Carolina BenElla me había dicho que necesitaba pruebas para inculparlos y que le dieran mi tutela, lo que significaba el camino hacia mi libertad. Por ello, cuando mamá me llevó de regreso a casa me pasé el camino entero saludando a las personas mientras ella apretaba su mano con fuerza alrededor de mi muñeca y me siseaba que dejara de hacer eso que terminaría siendo una puta de mayor si continuaba por ese camino.Pero la ignoré olímpicamente cosa que ella odiaba y continué con mi rutina de sonrisa y saludo hasta que doblamos en una esquina y ella clavó profundamente sus uñas en mi carne sacándome un gemido angustioso.—Compórtate o te castigo al llegar a casa.Bien, que me castigara era lo que quería y si me golpeaba fuerte sería mejor.—¿Sabes que me tienes harta, mamá? —cuestioné con el ceño fruncido y eso no era del todo mentira.Realmente odiaba a esta mujer que se hacía llamar mi madre.—Estoy harta de que me cohíbas como si fueras una maldita dictadora. Así que déjame saludar
Kadet KravecHabía desvelado sobre Fany cada cosa que pensaba de la situación y su única excusa había sido que pronto me diría, pero era claro que no tenía pensado hacerlo. Ella mantendría nuestra relación en el limbo hasta que uno de los dos cediera y yo me cansara de que solo me tuviera a medias. Lo quería todo de ella y claramente ella no me había dado ni siquiera la mitad, aun cuando yo le había entregado todo lo que era.Había salido de casa para alejarme de ella y le pedí que se fuera. Joder, le dije que debía irse y claro, no lo pensé del todo cuando lo dije, pero mientras estaba sentado en el parque cerca de mi edificio solo esperaba que ella no se hubiese ido.Pero cuando recorrí la distancia que e separaba de casa y subí a mi piso ella no estaba en ningún lado, se había ido y todas sus cosas estaban exactamente donde ella las había dejado.Suspirando pesadamente me dejé caer sobre el sofá y miré al techo por largo tiempo mientras trataba de entender que tanta confianza le ha
Kadet KravecEstaba conduciendo por encima del límite permitido en el centro de la ciudad, pero no me importaba, pues la lluvia estaba descendiendo y eso haría que fuera más fácil encontrar a Carolina.No me tomó más de diez minutos acercarme al barrio que ella me había indicado. Era uno de los suburbios y eso hacía un poco más peligroso el que ella estuviera afuera porque claramente cualquiera podría encontrarla escondida en el callejón. Al ver un teléfono público en una esquina cerca del lugar que ella me había indicado reduje la velocidad y comencé a mirar a ambos laos de la calle hasta que encontré la cafetería de la que hablaba y estacioné junto delante del callejón tratando de ubicarla.Noté que una cabellera húmeda y castaña sobresalía desde detrás de un contenedor y bajé los cristales del auto mientras tocaba la bocina para que ella supiera que estaba ahí por ella.Cuando pudo ver a través de las gotas de lluvia que era yo salió completamente del callejón y corrió hacia la pue
Estefanía WolskyMónica había llegado a casa hacía un rato, pero no se había percatado de que estaba en la casa. Todo estaba en silencio mientras yo miraba hacia el techo tratando de darle un poco de sentido a como me sentía.Pero era imposible encontrárselo. Así que preferí quedarme ahí, sintiéndome miserable todo el tiempo que necesitara. Hacia demasiado tiempo que no me bajoneaba de esta forma y debía darles cabida a todos mis sentimientos si no quería terminar envuelta en un torbellino sin fin.Si lloraba mis perdidas lo suficiente hoy podría fácilmente salir adelante al siguiente día.Pero al recordar que tendría que salir mañana a un nuevo día y que tendría que encontrármelo en la oficina volvían las ganas de llorar.Media hora después de la llegada de Mónica sentí unos toques mi puerta mientras su voz amortiguada por la puerta cerrada se escuchaba del otro lado.—Sí, no la he visto, pero tiene que estar aquí.—Ella estaba hablando con alguien de mí y al saber que solo una perso
Estefanía WolskyKadet cocino bistec de carne de res con papas y algunos espárragos.Carolina se tragó todo a una velocidad de vértigo y le pidió otro plato a Kadet para repetir. No la culpaba. Mamá era diabética y por lo que recordaba debía llevar una dieta rigurosa para no seguir empeorando sus enfermedades mórbidas que la llevarían a la muerte, entonces todo en casa debían seguir su rutina de alimentación, aunque eso significara matarnos de hambre. Papa siempre había estado acostumbrado, peor yo no y por lo que veía, Carolina tampoco se había adaptado a eso.Nos habíamos sentado en los sofás para que ella estuviera más cómoda en la superficie mullida y no en una de esas sillas ásperas de madera, sin mencionar que no quería moverla mucho para que no fuera a afectar su tobillo magullado.Unas vez cenamos Kadet le dio los medicamentos que aparentemente le había comprado y al darme cuenta de que ella no tenía seguro médico me cuestioné cuanto había tenido que pagar Kadet en la clínica
Estefanía WolskyCuando desperté a la mañana siguiente me encontré sobre la superficie de la cama desparramada sobre Kadet. En algún momento de la noche nos había llevado a ambos a la cama y eso me hizo sonreír levemente mientras me retiraba de su cuerpo con calma para no despertarlo.Al bajar de la cama fui al baño para lavar mis dientes y amarrar mi cabello en un moño para luego moverme hacia la cocina.Eran a penas las seis de la mañana y aunque siempre empezaba mi día a esta hora porque tenía que ir a trabajar, hoy decidí no ir para quedarme junto con Carolina. Quería cuidarla, atenderla durante los primeros días afuera para que sintiera la confianza de decirme lo que necesitaba.No sabía si ella había dejado algo de valor en dónde estaba antes, la que era su casa, pero esperaba que no porque no quería que tuviera nada de su anterior vida. Según había aprendido, la mejor forma de cortar lazos con el pasado era dejando todo ahí. Aunque mi pasado vino bruscamente a mí porque había d
Kadet KravecEran las una de la madrugada cuando regresé a casa. Había permanecido toda la tarde en casa de mi mamá y casi me quedaba a dormir allá.Ambos tomamos demasiado vino durante nuestra plática y luego tuve que esperar mucho tiempo antes de que se me bajara la ebriedad y luego tuve que tomar el helicóptero para regresar a la ciudad.Al llegar a casa me encontré con las luces de la cocina encendidas y un ramo de flores en un jarrón con agua justo frente al microondas.Al acercarme noté que tenía una nota y sonreí suavemente al leer las palabras escritas con la letra de Fany. Y dentro del microondas se encontraba lo que supuse era el almuerzo que ella había preparado.Fany no cocinada, por eso me dolió no venir a comer, peor debía tomar un helicóptero para ir a casa, porque ver a mamá era esencial para mí en ese momento.Una vez calenté el plato me senté en la isla y comencé a comer despacio para ver si me gustaba. Al final sabía benditamente delicioso y continué el plato por co
Estefanía WolskyCarolina al igual que yo estábamos algo emocionadas durante todo el camino hacia el centro comercial del centro de la ciudad. Era el más grande y había un montón de tiendas que podríamos visitar para comprarle ropa, zapatos y todo lo que necesitara. Mañana durante la mañana entraríamos a su plataforma de la escuela para retirar sus pendientes y que pudiera culminar los meses que le faltaban del año escolar en casa y ya al siguiente podría integrarse a la escuela presencial.Ella no estaba del todo emocionada con la idea, pero le dije que debía integrarse a la sociedad lo antes posible si quería ser un miembro funcional de la misma ya que vivir aislada no la ayudaría a entablar relaciones sociales de calidad.Ella aceptó diciendo que solo yo sabía cómo ella se sentía y que seguiría mis consejos porque quería superar el pasado tal y como yo lo había hecho.Al llegar al centro comercial bajamos del auto y caminamos despacio hacia la entrada para evitar forzar mucho su to