-Rol, ya son las once de la mañana, ¿no piensas levantarte a desayunar?- Anny está parada en la puerta de mi habitación, el brillo que refleja el piso de mosaicos del pasillo es deslumbrante, al igual que el calor bochornoso a esta hora del día aquí arriba.
Me incorporo despacio sobre la cama, cubriéndome el rostro con la mano mientras mis ojos se acostumbran a la luz. Me estiro despacio, tengo cada músculo del cuerpo entumido. Bajo los pies de la cama para ponerme en pie. ¡Ah! No puedo sostener mi peso sobre mi pie derecho, me desplomo al piso apenas logrando detenerme por la silla de mi escritorio.
La noche está fría, el viento sopla desconsolado, el cielo está cubierto con nubes, no se ve ni una sola estrella ni la luna, la obscuridad reina en esta noche. Dejo mi celular cargando, lo veo encenderse con una notificación.Mike: Cuidado son tiempos peligrosos.Pongo boca abajo la pantalla de mi celular.Un golpe hue
Tomo una bocanada de aire mientras me levanto de golpe. La soledad es profunda, cubierta por la obscuridad de la noche. Tengo frío en los huesos, me abrazo el abdomen y me doblego sobre la cama. Estoy temblando sin parar, el dolor en el rostro me quema, en el abdomen siento que tuviera rota cada costilla de mi lado izquierdo, los muslos me están latiendo desenfrenados y los brazos. Los brazos me arden como si aceite hirviendo recorriera mis venas.Me zumban los oídos, todo me da vueltas, creo que voy a vomitar. Me pongo de pie a tumbos, no puedo caminar en línea recta. El dolor es tan intenso que camino encorvado hasta el baño. Me hinco frente al escusado y vómito. El esfuerzo provocaque mear
La noche está tranquila, el viento sopla suave. En el cielola luna con las estrellas iluminantodo. Estoy tranquilo, el sueño me va venciendo mientras me arropo en la cama.Un chillido me despierta a medias, a lo lejos veo un águila blanca surcando los aires. Su plumaje refleja la luz, es tan majestuosa. Quieroalcanzarlaaunque sea para poder admirarla de cerca. Corro a toda prisa, ella sin notarme sigue surcando los aires. De pronto una pluma se desprende y comienza a caer, como si acariciara el viento debajo de ella. Sigocorriendopero el águila por los aires es demasiado rápida para alcanzarla. La pierdo de vista en la inmensidad de la nada. Es una habitación profunda, con poca iluminación, la cual proviene de la parte del fondo. Donde se ve un trono grande al centro. La energía aquí es poderosa, se acumula toda en una sola presencia.-Hola.-Grito, pero lo único que me responde es el eco.Detrás de mí las puertas se cierran con fuerza. Camino hacia el trono, llamas azules se encienden decorando la habitación. El aire que entra por mi boca me estremece, algo me oprime el pecho. En el resto del cuerpo siento como agujas se clavan. Este es un dolor nuevo. Los ojos me lloran.-AUUUUUUUUUHay un lobo de ojos blancos parado a la ventana de mi puerta.-Beep,Beep,Beep Abro los ojos de golpe, el sudor helado recorre mi cuerpo. Los ojos me arden, a pesar de estar a obscuras los colores son muy intensos. Me falta el aire, respiro acelerado. La boca la tengo completamente seca, el estómago ruge reclamando comida. Me levanto de la cama, en el pecho siento una presión como nunca antes. Estoy mareado, bajo las escaleras de caracol con cuidadorecargándoen la pared.Abro la puerta del refrigerador y saco un litro de leche frio, me pego la boquilla del cartón directo a la boca. Prácticamente me bebo lo que quedaba de un sorbo. Tomo la jarra de agua y bebo directamente de la boquilla de esta también. Suena mi despertador, son las 5 a.m. Hora de levantarme y alistarme para irme al colegio. Me meto al baño, tomo un regaderazo, me visto y bajo a desayunar. En la mesa de la cocina ya hay un plato con dos huevos estrellados y pan tostado al lado. La cafetera está llena y hay una tasa limpia junto.Me siento a la mesa,Annyya está sentada tomando su café. –Buenos días Rol. ¿Cómo amaneciste?-BienAnny, fue una noche muytranquila.-Sonrió mientXII.- ¿Quién es ese ente?
XIII.-Tenemos un plan.
XIV.- Los tres reyes.
XV.- Apenas comienza.
La noche cubre mi habitación, todos ya se fueron a dormir. Solo el eco del reloj de las escaleras retumba por la casa. Llevo horas acostado con los ojos cerrados. A pesar de estar tapado, puedo sentir con cada segundo que pasa como se enfría mi habitación más y más.Con sus doce campanadas el reloj marca la llegada de la media noche. Lo escucho a la distancia, entre sueños. Siento mi cuerpo flotando, como si abandonara mi cama y estuviera en un limbo.Me siento observado. El viento sopla tranq