-¿A qué te refieres con que me desprendí? -Estoy tenso, me duele el cuerpo, me tiemblan las manos y siento frío.
-Tranquilo Nuevo, tienes que relajarte. No debes alterarte tanto como ayer, tienes mucha energía dentro de ti. Puedes causar estragos en el mundo físico, ¿sabes?
-Pero ayer no pasó nada.
-Pues claro que no, ¡dah! estaba Mike que contrarrestó tu energía de golpe.
-Estás tú para contrarrestar mi energía esta vez ¿no?
-Por mi naturaleza no debo desprender grandes cantidades de energía, podría resultar peor.
Pasamos por la cafetería, aún quedan donas y café.
-¿Desayunaste?
-Me desperté tarde, solo me dio tiempo de tomarme un vaso de agua de limón.
-Tienes que comer algo, siempre que viajes al regresar lo primero es comer, seguro te duele el cuerpo. ¿Verdad?
-Si.
Me compro una dona y un café para desayunar. Nos sentamos a la mesa ella frente a mí.
-Por lo que me cuentas Nuevo, anoche te desprendiste y viajaste. Tranquilo, eres muy expresivo y puedo ver en tu rostro que te está costando trabajo entender esto. El verte y escucharte dormir es algo a lo que le llamamos desprendimiento. Esto quiere decir que separaste el alma del cuerpo. El señor que viste es un visitante que por alguna razón está intentando comunicarse contigo, si te llevo con él es porque te necesita.
-¿Cómo sabes tanto? ¿Tú también tuviste un accidente?
-Se podría decir que si estuve en alguna clase de "accidente", pero muy distinto al tuyo. Yo a diferencia de ti, nunca me he alejado de mis habilidades, al contrario las he reforzado toda mi vida. Mi accidente fue nacer fría y de color azul. Los doctores creyeron que estaba muerta, pero tenía todos mis signos vitales. Con el paso de los días y en una incubadora fui tomando un color y una temperatura más normal. Los doctores me consideraron una anomalía médica, pero mi madre no estuvo satisfecha con esa respuesta.
Así que desde que soy muy pequeña me llevo con padres, brujas, chamanes y todo tipo de guía espiritual que te puedas imaginar, en su mayoría le decían a mi mamá que yo tenía mucha luz pero nadie le podía decir con certeza qué clase de luz, ni le podían explicar porque había nacido así.
Fue alrededor de mis cinco años, que una de sus amigas le recomendó llevarme con la gitana que ella iba a ver, Madame Vadoma. Ella se dedica a leer las cartas, el tarot, la suerte, decirles a las personas cosas que pasarán en su futuro y poder ver las vidas pasadas de las personas.
Pero además de todo esto la mujer es vidente. Ella ha sido mi guía desde el día en que la conocí. Enseñándome a no tener miedo y ayudándome a entender que soy.
-¿Crees que Madame Vadoma pueda decirme qué onda conmigo?
-Quizá, la próxima vez que la vea le preguntare.
-¿Y qué pasó cuando conociste a Madame Vadoma?
Suena el timbre que indica el cambio de clases, Sandra se encoge de hombros, se levanta de la mesa. Me levanto al unísono y camino detrás de ella.
-¡Sandra, espera! ¿Qué pasó después? ¡Dime!
-Camina Nuevo, vamos a llegar tarde a nuestra siguiente clase, después te termino de contar. -Me toma Sandra del brazo mientras caminamos por el patio.
Mike niega con la cabeza mientras entramos tomados del brazo al salón. Lo ignoramos al sentarnos en nuestros lugares de siempre.
-Si van a venir hoy a mi casa, ¿Verdad?
-Yo sí puedo ir Mike, -contesto mientras saco mis útiles de la mochila.
-Yo también puedo, -Sandra me ve con ojos de pistola, como si hubiera dicho que no va a ir. -Pero quede de salir con Calíope hoy, ¿Les molestaría que ella me acompañe?
La cara de Mike es de molestia, -está bien, ve con ella pero es para que trabajemos en la tarea de física.
-Bueno, pero Calíope no sabe nada de allá, así que cuando esté ella no podemos hablar de eso. ¡Eh!
Mike bufa con molestia, a mí me desanima no poder hablar con Sandra. Pero estoy seguro que tendremos oportunidad de terminar nuestra plática. Tomamos las clases sin ni siquiera voltearnos a ver. Suena el timbre de la última clase para salir al descanso. Salgo a la cafetería a comer mi almuerzo, Mike se queda en el salón y Sandra se pasea por el patio de la escuela tomada de la mano de una niña rubia, robusta, un poco más alta que ella. Es un año mayor que nosotros.
Suena el timbre y regresamos al salón. Mike se la pasa haciéndole caras a Sandra sin decirle nada, ella lo ignora, yo me dedico a poner atención a las clases. Suena el timbre marcando las 14:30, mientras guardo mis cosas en la mochila Mike y Sandra salen al patio
-¿Si va a venir Calíope a mi casa, hacer la tarea con nosotros?
-Sí, pero vamos a llegar más tarde, quiere que vayamos a comer antes. Puedes aprovechar y platicar de allá con Nuevo.
Al estar entre Mike y Sandra siento el aire tornarse pesado, como si obscureciera solo entre ellos. En la puerta de la entrada de la escuela está la niña rubia esperando a Sandra.
-Ya era hora que salieras. -Toma de la mano a Sandra y le da un jalón para que caminen. Se van tan rápido que ya no nos da tiempo de decirle nada.
-Oye. ¿Sandra sabe dónde vives?
-Si, ya ha ido varias veces a mi casa.
Caminamos cinco minutos de la escuela a casa de Mike. Vive en un condominio. La primera puerta por la que entramos nos lleva a un área común. Donde hay varias entradas. Las casas son blancas y largas. Su casa es la primera a la derecha. Tiene una puerta grande de madera con un vitral al centro.
La puerta de la entrada da a un pasillo, a mano izquierda hay una sala de color turquesa. A la derecha un pasillo que lleva a unas escaleras. Toda la casa está pintada de blanco. Pasando la sala está el comedor, donde hay dos pizzas familiares y varios refrescos de cola a la mesa.
-¿Están tus papás?
-No, mi mamá trabaja todo el día y mi papá vive con su familia en la playa. Ahorita solo están mi chofer y la señora que nos ayuda con el aseo de la casa. Normalmente solo estoy con ellos hasta que llega mi mamá en la noche de trabajar.
Entiendo a Mike, yo tampoco veo a mi papá desde que se separó de mi mamá y a ella tampoco la veo porque trabaja todo el día para pagar mi escuela y la de mi hermano. Pero tengo a mi abuelo, a Anny, Ofe y Dana que siempre están ahí. No me imagino lo que ha de sentir Mike estando todos los días solo.
Comemos alternando las rebanadas de pizza entre carnes frías y mexicana sin hablar. Al cabo de un rato decido romper el tan incómodo silencio.
-Sabes yo ya les conté lo que me paso, pero no tengo ni idea de que te hizo a ti capaz de percibirme.
-Así que lo justo sería que yo te contara a ti que me paso, ¿no?
-¡Claro!
-Pues no.
-¡¿No?!
-No, si en verdad quieres saber mi origen averígualo.
Mike aparta las cajas de pizza, los vasos y los platos. Extiende sus manos sobre la mesa con sus palmas boca arriba. Entrecierra los ojos, su mirada retadora esperando que yo haga algo. En mi pecho la llama palpita con fuerza, me hace sentir seguro. Extiendo mis manos colocando mis palmas sobre las de Mike sin que nuestras manos se toquen. Él sonríe, cierro los ojos dejando que el calor fluya a través de mí hasta encontrarse con las palmas de él. El calor se concentra entre nuestras manos, mientras empuja para entrar en Mike.
El silencio en mi mente se rompe con una avalancha de emociones, que sé que no son mías. Pero las puedo interpretar como si así lo fueran.
-Sientes culpa de haber sido sietemesino, sobretodo porque tu papá culpa a tu mamá de no haber dejado de trabajar ni un día cuando estaba embarazada de ti, la tristeza es que por eso se separaron. Más el haber crecido sin un familiar que te guíe, sin que te acompañe, sin que te cuide. Estás orgulloso que solo has descubierto todo lo que sabes. La felicidad de compartir con tu mamá los fines de semana. EL rencor de que tu papá tiene una nueva familia, el hecho de que en vacaciones cuando lo vas a visitar el solo trabaje y te haga estar con su familia sin ponerte atención a ti.
Mike jala sus manos hacia atrás, del repentino sobresalto abro los ojos. Tiene una sonrisa de oreja a oreja, como si le acabara de dar algo que llevaba esperando durante mucho tiempo. Me examina mientras abre y cierra sus manos.
-Sabes, todo lo que acabas de decir es verdad, incluso estoy seguro que de no haber quitado mis manos seguirías acertando en más cosas sobre mí. Dime cómo fue que lo hiciste, ¿lo viste?
La luz me deslumbra, los aromas a mi alrededor son intensos, tengo un vacío en el estómago como si no hubiera comido nada. Me estiro y tomo una rebanada de mexicana. Las palabras de Mike como si se hubieran quedado flotando en el aire se van haciendo claras.
-No, me llene de emociones. Cada una con una intensidad distinta, solo fue cuestión de interpretarlas.
-Vaya, -Mike se lleva la mano derecha a la barbilla mientras me mira con los ojos entre cerrados. Se levanta de la mesa y desaparece metiéndose al pasillo que hay en la sala.
-Sígueme. –lo escucho acompañado del ruido de sus pisadas subiendo escaleras.
Su casa está construida de manera vertical. Subimos varios pisos hasta llegar a su habitación. Pasando la puerta hay un corto pasillo que nos lleva a un escritorio donde tiene su computadora. Junto a la silla de la computadora está su cama y en la pared tiene un pizarrón.
-¿Sabes lo que está escrito en el pizarrón?
-El alfabeto griego.
-Interesante.
Mike pone música en la computadora y se deja caer en su cama estirando los brazos para después ponerlos detrás de su cabeza.
-¿No vamos hacer la tarea de física?
Mike se ríe, -Sabes, nunca he entendido esa necesidad humana de cumplir con lo que otros quieren que hagamos. Pero de todas maneras tenemos que esperar a Sandra para hacer la tarea, ¿o tú copiaste los problemas? Porque yo no.
No había pensado eso, durante la clase de física Mike y yo nos dedicamos a resolver los problemas en el cuaderno de Sandra y ninguno de los dos se molestó en copiarlos.
-Y si Sandra no viene, ¿qué vamos hacer?
-Tranquilo, si va a venir. Pero va a tardar, todo porque su novia es muy pero muy celosa y seguro ya se enteró de que te beso, así que va hacer que la traiga para tenerla "checadita" contigo.
Así que Calíope y Sandra son novias, me beso teniendo novia. ¿De verdad habrá sido un último recurso por lo que estaba pasando? ¿Será que le está explicando ahorita a su novia el por qué me besó? o ¿Le estará mintiendo? ¿Cómo se habrá enterado que me beso? ¿Cuántas personas habrá como nosotros en el mundo?
-¡YA!, estás pensando muy fuerte y no me dejas oír la música.
-¿Perdón?
-Sí, fue como último recurso, obvio no, por supuesto que sí, ¿crees que esta es la única prepa del mundo donde no se cuentan chismes?, el 2% de la población global. Esas fueron todas tus preguntas, ¿no?
¿Que acaba de pasar?, de un salto me paro de la silla y camino hacia la puerta.
-¿Puedes leer mentes?
-No es como que sea un personaje sacado de un cómic y tenga súper poderes. Pero tú estabas pensando muy fuerte.
Camino por el cuarto, me siento muy ansioso y en gran parte asustado. ¿Cómo es posible que haya podido contestar cada pregunta? ¿Será que no me di cuenta y las hice en voz alta?
-Lo estás haciendo de nuevo, estás pensando muy fuerte.
-Quizá para ti esto sea muy normal, pero no lo es. Necesito una explicación de lo que acaba de pasar.
-Tranquilízate, que te alteres no va ayudarte a entender nada. Siéntate y respira.
Me quedo de pie frente a la cama.
-Perfecto, como quieras.
-¡Explícame!
Mike me ve con molestia.
-¿Qué es lo que no entiendes?
-¡Todo! Nada. No sé. –Me dejo caer en la silla de la computadora, llevándome las manos a la cabeza. –De verdad no sé qué está pasando conmigo, todo esto es tan extraño.
Mike gira los ojos, -a ver, así como tú pudiste percibir mis emociones he interpretarlas como propias, yo puedo interpretar la energía, tu poco control hace que te exaltes y me permite ver lo que estás pensando.
-Eso significa que todos los que son como tú o como yo, ¿pueden saber lo que pienso?
-Ah, ¿tú crees que hay más como yo?
Me quedo en silencio viéndolo, no sé si su pregunta es retórica o está esperando que responda.
-No conozco a nadie que sea un vínculo como yo.
Nos quedamos por un momento en silencio. Solo interrumpido por Mike tornándose los dedos de la mano y el cuello. –Mira, existe una jerarquía de poderes, sólo aquellos con mayor rango que tú pueden verte sin tu autorización, al igual que los que sean menores a ti podrás verlos sin que ellos lo sepan.
-Significa, ¿Que mi rango es menor que el tuyo?
-Tendremos que investigarlo, porque yo no puedo ver que eres. Sin embargo puedo verte y a pesar de que yo no me abrí para ti, pudiste ver mucho de mi pasado. Así que por favor trata de no pensar, quiero disfrutar de la música en calma mientras llega Sandra.
-¿Cómo se supone que no piense?
-Muy fácil, ponte a jugar con energía al ritmo de la música. Eso es lo que yo estoy haciendo, no solo es muy relajante, es un gran entrenamiento.
-¿Cómo hago eso?
-Lo primero que tienes que hacer es concentrar tu energía, como lo hiciste en la cafetería. Una vez que consigas controlar el flujo en tu cuerpo. Acerca tus manos sin que se toquen, concéntrate en lo que sientes. Cuando sientas que tienes algo entre ellas, juega con eso. Aleja las manos y sigue controlando tu energía, el límite es tu imaginación.
La sensación de la llama en mi pecho sigue presente, me concentro en ella, siento como de ahí alimenta calor al resto de mi cuerpo. Puedo sentir como fluye por el torso, las piernas, la cabeza y los brazos. Junto las manos sin cerrar los ojos, me concentro en lo que siento. Una brisa caliente sale de mis manos y se posa entre las dos. Mientras más me concentro siento como esa brisa se va transformando en una especie de boligoma invisible. La puedo moldear como quiero y mantenerla mientras alejo las manos. AL cerrar los ojos puedo ver como algo de color púrpura se mueve de un lado a otro.
Con los ojos cerrados veo que Mike acostado en su cama tiene una bola de energía que avienta de una mano a la otra sin ningún esfuerzo. Yo trato de hacer que mi energía sea una esfera. Pero cada vez que intento dividir mi energía, está hace un tipo de explosión y deja de fluir. Así que juego siendo yo el circuito por donde corre.
Suena el timbre, unos momentos después la señora que hace el aseo en la casa de Mike le grita. -Joven hay dos señoritas afuera diciendo que vienen hacer una tarea.
Mike se sienta a la orilla de la cama.
-Ves, te dije que si iba a venir pero acompañada, vamos al comedor hacer la tarea. No te vayas a sorprender si te trata mal, acuérdate que te besaste con su novia.
Mientras bajamos las escaleras Mike se ríe. Al llegar al comedor ya están Sandra y su novia paradas frente a la mesa. La novia de Sandra tiene cara de muy pocos amigos, al verme gira los ojos hacia arriba y tuerce la boca.
-Hola, mucho gusto me llamo Rolando pero todos me dicen Rol.
Me acerco a la novia de Sandra para saludarla, ella frunce el ceño pone su mano sobre mi pecho y me empuja hacia atrás, estoy seguro que de poder me desaparecía con la mirada en ese instante. Toma a Sandra de la mano para jalarla y darle un buen beso en la boca.
-Buenas tardes, -nos saluda.
-¿Quieren un vaso de refresco?
Mike les extiende un vaso a cada una para que ellas se puedan servir del refresco que quieran. -Qué les parece si aprovechando que nos acompaña una compañera de 5. ¿Empezamos con la tarea de física?
Sandra saca su cuaderno de la mochila, lo pone sobre la mesa. Su novia saca unas gafas cuadradas de su bolsa y se las coloca.
-Con tal de que mi Sandy y yo nos vayamos antes, haré los problemas de física sola. -Saca el pecho mientras me ve.
Azota el cuaderno en la mesa y comienza a resolver los problemas sin que la ayudemos. Mike me voltea a ver mientras levanta las cejas, diciéndome, te lo dije. Yo le respondo haciendo una mueca con la boca, diciendo, que me siento muy incómodo.
-Listo termine -se pone de pie, guarda sus lentes en su bolso y toma a Sandra de la mano. -Vámonos mi amor, no te quiero cerca de él. -Me señala con el dedo índice cuando dice él.
-No eres quien para decirme que hacer, - Sandra jala su mano y da un paso atrás. -Siempre te quejas de que tus papás te controlan, no voy a dejar que tú hagas lo mismo conmigo.
-¡Cómo te atreves a decir eso! O te vas conmigo o terminamos. -Se cruza de brazos, comienza a golpear el piso con el pie, se ve muy enojada y se le están llenando los ojos de lágrimas.
-Pues no se tu que vayas hacer, pero yo les dije a mis papás que pasaran por mí a casa de Mike. Si te quieres ir es tu problema nadie te está corriendo. -Sandra se sienta en una silla, voltea a vernos a Mike y a mí.
Mike me voltea a ver como si todo esto fuera culpa mía. Sandra también me está viendo con cara de pena y Calíope tiene una expresión de sorpresa al ver que Sandra se sentó y decidió ignorarla, las lágrimas empiezan a brotar por sus ojos, su cara se torna roja como si fuera a explotar.
-¡Me voy! -dice con tono fuerte mientras da un duro pisotón, -¿Te vas a quedar con él? -Me vuelve a señalar con el dedo, la voz se le empieza a entrecortar. Sandra levanta la mano izquierda en señal de despedida.
-¿Me puedes abrir la puerta? -dice mientras se limpia las lágrimas de la mejilla.
-Por supuesto, siempre es un gusto verte, -Mike pasa detrás de mí dándome una palmada en la espalda.
Me siento a la mesa mientras veo como caminan hacia la puerta de la entrada desapareciendo al cruzarla. Sandra me sigue viendo con cara de estar apenada. Nunca he sabido qué hacer o decir después de que se pela una pareja. Me quedo viendo mi mano porque me siento muy incómodo viendo a Sandra a los ojos. Con los dedos comienzo a golpetear la mesa. Sandra se estira y me toma de la mano.
-Tranquilo Nuevo, no fue tu culpa.
Su forma tan tierna de decir las cosas me hace sentir mejor. Con mi mano aprieto su mano, volteo a verla a los ojos, sonrío. Ella tiene sus ojos cristalinos al borde de romper en llanto.
-Sabes, no puedo evitar sentirme culpable. Ella no quiere que estés conmigo porque nos besamos.
-No Nuevo, yo te bese.
Nos quedamos viendo en silencio, aun sostengo su mano. Su piel es tan suave, tan fría. Las uñas de sus manos están pintadas de color azul. Con mi pulgar acaricio su mano y ella solo aprieta más fuerte la mía. La temperatura de mi mano empieza a enfriarse y la de ella comienza a calentarse. Sus labios carnosos tiemblan al esbozar una sonrisa, el labio superior de su boca queda debajo de la bolita del arete de su nariz. Sus pómulos se ruborizan, sus orejas también se ponen rojas. Sus ojos cafés brillan cuando ella sonríe.
Siento la llama en mi pecho moverse como si el aire soplara dentro mí. Las piernas me comienzan a temblar, en la boca del estómago siento como se va formando un remolino. El calor en mi cara aumenta, me siento muy nervioso. Recargo mi cabeza sobre mi otra mano, no puedo dejar de ver sus grandes ojos cafés.
-¿Qué pasa Nuevo?
La voz de Sandra hace que me sienta como si estuviera en un bosque de pinos nevados.
-Hay tanto que quiero saber. -No puedo evitar suspirar.
La mirada de Sandra es cálida, su voz se escucha distinta.
-Pregúntame lo que quieras Markent.
-¿Cómo me llamaste?
-¿En verdad, es eso lo que quieres saber?
El frío que sale de su mano es más intenso, el color de sus uñas comienzan a tomar un tono de azul aún más obscuro, sus ojos comienzan a verse azul casi blancos y su voz. Es como si al hablar de su boca saliera una brisa de aire helado que poco a poco va cubriendo nuestro alrededor. Su cabello empieza a tornarse de un tono blanco. Ya no es Sandra con la que estoy hablando.
-¿Quién eres?
Sonríe mostrando todos sus dientes, completamente blancos.
-Soy Evangelina.
El aire a mi alrededor se torna helado, sus facciones se afilan. Es una mujer mayor, muy hermosa. Siento como la llama en mi pecho se intensifica al igual que la energía en mi cuerpo.
-¿Qué eres?
-Esa, querido, es la pregunta correcta. Soy el alma de Sandra, -sus ojos brillan, ya no estoy en el comedor de la casa de Mike, estoy en un bosque nevado de pinos. -Yo nací en su cuerpo, al igual que tu, Sandra porta en ella el alma de un ser ancestral.- Sus manos son más largas y afiladas, su cuerpo es muy delgado, lleva un vestido de color azul claro, su cabello rizado recogido en una cola de caballo.
Toma mi mano con sus dos manos cubriendo mí alrededor en una nube de aire helado. La llama de mi pecho aumenta, creando una ola de calor que recorre todo mi cuerpo. La columna vertebral me duele, el respaldo de la silla me estorba, es como si algo quisiera salirme de la espalda, el dolor es intolerable.
-¿Qué me estás haciendo?
Su sonrisa me inquieta, sus ojos blancos brillan intensos, el aire a su alrededor es el de una tormenta helada.
-Eso, libera tu verdadera forma.
Un chasquido se escucha a la distancia, bolas de energía comienzan a explotar en el aire, otro chasquido más, bolas de energía explotando en el aire. Me siento aturdido y mareado. Sobre la cabeza de Evangelina veo una mano cubierta en fuego de color negro. El dolor en mi espalda comienza a desvanecerse, Evangelina entierra sus uñas en mi mano para que no la suelte. El fuego negro comienza a cubrirla de la cabeza hacia abajo. Mientras la obscuridad va pasando Evangelina va desapareciendo. En su lugar comienzo a ver a Sandra.
Tiene la mirada perdida, se ve aún más pálida que de costumbre. Detrás de ella está parado Mike con su mano sobre su cabeza. El bosque nevado de pinos comienza a desaparecer, nos encontramos de nuevo en el comedor de Mike. Me falta el aire, el cuerpo me tiembla, tengo mucho calor. Sandra aún sujeta mi mano en la cual tengo sus uñas enterradas. Su respiración se acelera, parece que se va a desmayar.
Mike sujeta con sus manos la cabeza de Sandra, respira profundo, siento como la energía fluye de todo alrededor hacia él. Pasa por el cuerpo de Mike a través de sus manos y llega hasta la cabeza de Sandra. Mientras él hace eso el color de Sandra comienza a normalizarse al igual que su respiración.
Sostengo la mano de Sandra. Cierro los ojos. Todo me da vueltas, no logro concentrarme. El ansia, el nervio, la desidia son emociones presentes en mí. Que no son mías. Hay una voz que no conozco, pero es extrañamente maternal.Dejo de poner resistencia, de pensar en el comedor, en Sandra, en Evangelina y en Mike. Dejo que las emociones me guíen a donde quieran llevarme. Dejándome fluir en ellas hasta dejar de ser yo.-Vamos Sandy, se nos hace tarde. Sandra está muy pálida, sus ojos rojos hinchados, tiene muy mala pinta. Parece que está a punto de desmayarse. Mike sigue de pie detrás de ella sosteniendo su cabeza. Como si el comedor estuviera alumbrado por pequeños soles me lastima la luz de los focos. Sandra le da un sorbo a su vaso de refresco, el color le va regresando a la cara. El aire a mí alrededor me agita, como a una hoja de papel. Me estiro para tomar una rebanada de pizza, pero mi mano se mueve con retraso. Mi cuerpo es como un cascarón el cual no logro controlar del todo. La boca de Mike se mueve y Sandra asiente. Se levanta de la silla meneando la mano.-Ding,dong.-¿Es el timbre? Cierro los ojos, veo jeroglíficos cada uno encerrado en un círculo de manera individual. Agarro un cuaderno que tengo en blanco para escribir. En cada hoja plasmo cada uno de los símbolos que veo en mi mente. Entre ellos tienen muy pocas similitudes, me da miedo olvidar lo que representan. Así que escribo debajo de cada uno su significado.El sol se está poniendo, lo único que he comido en todo el día es el sándwich que almorcé. Bajo a la cocina, en la mesa hay un plato de crema de zanahoria y otro con una gran porción de pastel de carne con vegetales al vapor como guarnición, acompañados de un vaso y una jarra de agua de papaya. Me imagino que ya comieron todos.VI.-La Gran Biblioteca.
VII.- El pacto.
-Rol, ya son las once de la mañana, ¿no piensas levantarte adesayunar?-Annyestá parada en la puerta de mi habitación, el brillo que refleja el piso de mosaicos del pasillo es deslumbrante, al igual que el calor bochornoso a esta hora del día aquí arriba.Me incorporo despacio sobre la cama, cubriéndome el rostro con la mano mientras mis ojos se acostumbran a la luz. Me estiro despacio, tengo cada músculo del cuerpo entumido. Bajo los pies de la cama para ponerme en pie. ¡Ah! No puedo sostener mi peso sobre mi pie derecho, me desplomo al piso apenas logrando detenerme por la silla de mi escritorio. La noche está fría, el viento sopla desconsolado, el cielo está cubierto con nubes, no se ve ni una sola estrella ni la luna, la obscuridad reina en esta noche. Dejo mi celular cargando, lo veo encenderse con una notificación.Mike: Cuidado son tiempos peligrosos.Pongo boca abajo la pantalla de mi celular.Un golpe hueIX.- ¿Nuestro Aliado?
Tomo una bocanada de aire mientras me levanto de golpe. La soledad es profunda, cubierta por la obscuridad de la noche. Tengo frío en los huesos, me abrazo el abdomen y me doblego sobre la cama. Estoy temblando sin parar, el dolor en el rostro me quema, en el abdomen siento que tuviera rota cada costilla de mi lado izquierdo, los muslos me están latiendo desenfrenados y los brazos. Los brazos me arden como si aceite hirviendo recorriera mis venas.Me zumban los oídos, todo me da vueltas, creo que voy a vomitar. Me pongo de pie a tumbos, no puedo caminar en línea recta. El dolor es tan intenso que camino encorvado hasta el baño. Me hinco frente al escusado y vómito. El esfuerzo provocaque mear
La noche está tranquila, el viento sopla suave. En el cielola luna con las estrellas iluminantodo. Estoy tranquilo, el sueño me va venciendo mientras me arropo en la cama.Un chillido me despierta a medias, a lo lejos veo un águila blanca surcando los aires. Su plumaje refleja la luz, es tan majestuosa. Quieroalcanzarlaaunque sea para poder admirarla de cerca. Corro a toda prisa, ella sin notarme sigue surcando los aires. De pronto una pluma se desprende y comienza a caer, como si acariciara el viento debajo de ella. Sigocorriendopero el águila por los aires es demasiado rápida para alcanzarla. La pierdo de vista en la inmensidad de la nada. Es una habitación profunda, con poca iluminación, la cual proviene de la parte del fondo. Donde se ve un trono grande al centro. La energía aquí es poderosa, se acumula toda en una sola presencia.-Hola.-Grito, pero lo único que me responde es el eco.Detrás de mí las puertas se cierran con fuerza. Camino hacia el trono, llamas azules se encienden decorando la habitación.Último capítuloXII.- ¿Quién es ese ente?