Al otro día Antonio tenía la cara de cañón, así permaneció todo el día y procuraba mantener la distancia con Rosmery. Al medio día llegó con el niño, solo como saludó ella se percató que estaba molesto

Por la tarde cuando Arturo no se encontraba en casa y el niño estaba en natación, ella hizo café y le llevó a Antonio, él con el rostro serio le recibió el café y con un tono frío y distante le dijo:

—Gracias señora.

—¿Qué te sucede? ¿por qué me dice señora si estamos solos?

—Por qué es mejor tener claras las cosas y en su lugar.

—¿Qué cosas?

—Usted es la señora del hombre con el que se ha estado acostando los últimos días y yo el chofer de la familia.

—¿Lo dices por qu&eacu