Los ojos de Jake se quedaron perdidos en la orquesta, la letra de aquella canción lo envolvió en unos minutos, su mente se fue aquel lugar a ese sentimiento que lo embargaba.
Resuelto a unirse a la fiesta, prefirió ver el panorama desde la ventana, todas las familias de la zona allí reunidas, sus hijos corriendo entre los jardines la mesa principal de dulces, vinos, los chicos jugaban, sus rostros eran totalmente felices. En ese instante Sheila hizo su entrada junto a Horacio, Matt y su prometida, no dejaba de escuchar la música que lo transportaba lejos, decidió bajar al jardín, tomó en sus manos un pequeño estuche negro con bordes dorados, la guardo en el bolsillo de su traje y cerrando la puerta, se dirigió a las escaleras con prontitud, el vestíbulo estaba con una amplia mesa decorada, se fue directo a saludar sus amigos, Horacio y el se estrecharon las manos, dándose un fuer
Sheila siempre tan observadora, de cada pequeño detalle, los vio alejarse muy acaramelados, por lo visto Alejandro era todo un don juan tenorio, Clarisa se había ido de la fiesta, le vio subir a un auto, en fin, había tanta gente que era complicado saber todo.Jake no parecía quitar los ojos de la mujer que ahora ocupaba su corazón, tenía esa noche la oportunidad que había estado esperando, parecía que no pensaba quitar sus ojos de ella en toda la noche.Aymeth venia en dirección hacia la mesa donde se encontraban Sheila Angelina, Horacio, Jake y Natalia, que platicaban amenamente.La voz de Aymeth sobresalió entre las voces de todos.-Angelina- buenas noches- veo que te animaste a venir, que bueno que compartas esta noche con nosotros--Buenas noches Aymeth, - tu vestido es hermoso--Gracias querida, si es un color único--Buenas noches- la voz
Salieron de casa a paso tranquilo por el costado izquierdo, sin ser vistos por nadie. Todos estaban contemplando las luces, todo un espectáculo de admirar.Jake besaba su mejilla con suma ternura, su corazón latía a mil, ella sonrió tímidamente, se miraron a sus ojos hablando sin palabras, era intenso el amor y deseo que a gritos susurraba, él quería llevarla al altar, honrarla delante de todos, que importaba si les gustaba o no.Sus ojos se quedaron mirándose un instante, besó sus manos con risa triunfante, los ojos de Jake esa noche brillaban como sol de medianoche, le dijo que entraría a la casa para no llamar tanto la atención de todos, pues ya avanzaban hacia el jardín, se encaminó hacia la cocina, y sería menos llamativo.Angelina avanzó por el jardín, dirigiéndose de nuevo a tomar su lugar, se sentó intentando estar t
En el jardín Jake se quedaba solo, bebía su copa, estaba feliz, no sabía cómo lo tomarían sus padres, pero la decisión estaba, la orquesta tocaba aun, él les había dicho que tocaran un poco más, Rosita estaba terminando de supervisar, estaba, él estaba en la mesa del jardín, la música llenaba el lugar con fluidez, los meseros estaban dejando ya todo organizado y aseado, Anita y maría estaban terminando en la cocina, tenían dos días libres para descasar, Rosita daba las ultimas indicaciones para dejar las plantas nuevamente en sus lugares, habían contratado cinco personas más, para el aseo y limpieza, entraban en ese instante un gran auto para hacer la retirada de las mesas y sillas, la verdad que todo había estado tan organizado que eran cosas concretas las que quedaban por acomodar.Jake se sintió algo mareado, era e
Angelina en casa dormía profundamente, despertó de un momento a otro mirando su mesita de noche, el anillo estaba allí siendo tan real a sus ojos, se apoyó en su brazo alargando su mano, lo colocó en su dedo extendiendo su mano no podía dejar de mirarlo. Era un sueño bonito y ella no quería despertar. ¿Como estaría Jake? ya estaría descansando, esperando el amanecer.Muchas emociones vividas en las últimas horas le tenían feliz, emocionada, pero no podía evitar sentirse algo triste, su madre ya no estaría para llevarla del brazo, o darle su bendición.Angelina guardando el anillo en su estuche, lo volvió a colocar en la mesita de noche, en unas horas le vería, había quedado de darle una sorpresa, y por tanto esperaría mejor que él le contara de que se trataba, aunque decir que no estaba emocionada era men
Era una mañana sutilmente gris para Jake, sirvió a gusto otra taza de café, mientras la conversación giraba en torno a el paseo familiar que tendrían, irían de playa, almuerzo y descanso.Rosita ya trajo el jugo de naranja -dijo Aymeth -Estamos con hambre, así que disfrutemos en familia--Jake por favor puedes prestarme algo de tu botiquín- dijo Natalia--Si, en mi baño encontrarás lo que necesites-le respondió.Natalia se retiró del comedor, y subiendo las escaleras, al cabo de unos minutos lo llamaba a gritos, no encontraba nada, Jake se preguntaba en sus adentros, ¿Qué día estaba viviendo? parecía de comedia, con tintes de tragedia, pero no lo era, era real, quería imaginar que estaba en un estudio de cine, grabando una comedia irónica, donde una mujer desquiciada argumentaba que habían pasado una romá
- ¿Hablas con esta Sheila que está aquí? Sheila sonreía feliz.-Tengo todo listo, iremos a casarnos, viajaremos ahora, extendió la maleta, colocando algunas piezas de ropa, mientras ella con sus pies jugueteaba, haciendo un desorden, - ¿Podrías ayudar? vamos nena levántate, ponte algo ligero, así que; Las Vegas allá vamos, extendió sus manos imitando las alas del avión.Horacio tenía un sentido del humor único, era impecable de pies a cabeza, 1.80 de estatura, trigueño, deportista, sin bigote, lo detestaba y jamás lo dejaba crecer, su padre según él tenía uno que era brocha de pintor, de tanto en tanto don Víctor pasaba algunos días en Santa Barbara, a Horacio le hacía sentirse feliz, compartir con su padre.La meta era tomar carretera en ese mismo instante, al aeropuerto tendrían un
Natalia entrando en su habitación, se vistió rápidamente, iría a tomar aire, le sentaría mejor que aquel que había en casa. Vendría a la una y media para el almuerzo, ese si no se lo perdía por nada, quien podía perderse esas pechugas de pollo rellenas de Rosita, absolutamente nadie, encendiendo el auto se encamino a un café hacia las afueras. Tendría tiempo de tomar aire fuera de casa, después del almuerzo, sus padres su hermano y cuñada, saldrían a sus días de descanso, aunque todo parecía indicar que no pensaban ir, en fin, sus padres ya tenían todo listo. Ella tomaría ese día para salir sola, tomar un nuevo aire, esta situación de Jake y Claudia le tenía pensativa, estaba más que segura que era una sucia treta, la idea de Claudia comenzaba a cosechar sus pequeños seguidores, quería descubrir que tramaba con todo ese juego, y vaya que era astuta, era de sumo cuidado. Angelina sentía la fuerza del viento jugando con sus cabellos, iban
Claudia encendía un cigarrillo mientras, escuchaba la propuesta de Alberto, que bien era tentadora, podía pensárselo.-Te espero en la semana, podemos ir a cenar- iré al D.F. si gustas me acompañas, iremos en la avioneta, dos días, inventa algo, eres buena para decir pequeñas mentiras, ella le miro con picardía y cinismo, la abrazó -serán dos días solos y sin nadie más--Lo pensaré –te digo, no es un no rotundo- cepillando su cabello sacudió la cabeza, tenía que irse, le llamaría una vez estuviera llegando a casa, él le beso, le dijo que cuando quisiera podía quedarse, así sería un despertar diferente, Claudia acarició su rostro, procediendo a encaminarse hacia el ascensor, era una locura, ciertamente una locura que podía usarla a favor, aunque sentía un gusto, una atracción por Alber