—Nos vemos mañana, jefa —se despidió James. No se contuvo de rodar los ojos ante el apodo—. Eso no es lo que haría una señorita.
—Con lo mucho que me importa. Vete de una vez antes de que se me ocurra algo más que de debas hacer. Hablando de eso creo que…
James sacudió la mano y desapareció apresurado. Ese era su segundo día de trabajo y Skylar no le había dado ni un corto respiro. Aunque su jefe no le había dicho la verdad respecto a porque lo estaba poniendo a su cargo —no es que él diera explicaciones alguna vez—, era obvio que era una especie de castigo.
En ese corto tiempo le había bastado para llegar a la conclusión que James no era un mal sujeto, solo demasiado pagado de sí mismo y un algo arrogante. Sonaba a alguien muy conocido, debía ser algo de familia. Como sea, no sabía lo que había hecho p
—Este lugar es muy hermoso, no había tenido la oportunidad de venir antes.Dan miró a su cita tratando de procesar sus palabras. Había salido con Sadie un par de veces en el pasado. Era una mujer hermosa y no esperaba nada de él más que un encuentro ocasional. Usualmente disfrutaba de su compañía, pero esa noche sus pensamientos estaban atrapados en otro lado y le estaba costando bastante mantenerse concentrado. —Lo es —respondió sin saber que más decir. Al parecer su respuesta fue suficiente porque Sadie continuó hablando.Se preguntó por qué estaba allí en lugar de su departamento. No estaba de humor para una cita, ni para nada en realidad. Debería haberle enviado un mensaje a Sadie para cancelarle tan pronto dejó el ascensor, pero no se sintió bien haciendo eso con poca antelación. En su lugar había decidido co
—Está bien, iré con usted —aceptó Skylar sin estar del todo segura de cuan inteligente era; pero sabía que tenían que hablar. Tenía que dejarle claro a su jefe que su relación era estrictamente profesional y no iba a lograr eso evitándolo.Además, era mejor hablar en un lugar público antes que regresar a su oficina. Eso mantendría a Dan bajo raya y ella podría concentrarse en que decir y no en lo que se sentiría que la besara otra vez o cómo se veía detrás de su traje. Esa última pregunta la había estado fastidiando demasiado.La noche anterior le había costado dormir. Cada vez que había cerrado los ojos había visto a Dan junto a ella haciéndole cosas que estaba segura no debería haber imaginado acerca de su jefe.Cansada y con ojeras debajo del maquillaje, esa mañana, mientras viajaba
Dan tenía la capacidad de pasar de fuego a hielo en un parpadeo. Habían pasado algunos días desde que él la había invitado a cenar para hacerle su inesperada proposición y, ahora, él actuaba como si nada hubiera sucedido. Al parecer era una clara declaración de que la pelota estaba en su cancha y que hasta que ella no decidiera que hacer a continuación, él no iba a decir nada más. ¿Quién demonios le hace una proposición como esa a una mujer y luego actúa como si nada? Bueno, pues dos podían jugar al mismo juego. No pensaba decir nada hasta que él lo hiciera, aunque tenía una respuesta clara. No había manera que se involucrara con su jefe. No era ninguna idiota, ella tenía mucho que perder a diferencia de él. No, no se iba a arriesgar a perder la poca estabilidad que había ganado por deseo y una noche de sexo. Los sonidos de pasos en el pasillo la sacaron de su ensoñación. Miró el reloj en su muñeca y se dio cuenta que aún faltaba quince minutos para l
Dan entró a la casa de sus padres, la casa en la cual había crecido. La ama de llaves la guio directo a la sala.Sus padres estaban sentados en uno de los sillones y su tía estaba en el sofá individual con una taza de té en la mano. Saludó a su papá y a su tía, antes de acercarse a su mamá.—Feliz cumpleaños, mamá —dijo Dan inclinándose un poco para abrazarla. Luego se separó y le entregó una pequeña maceta que tenía una rosa en su interior.Su mamá amaba la jardinería, así que prefería las flores vivas a cortadas. Él, como su único hijo, no tenía ningún problema en complacerla. —Gracias, hijo. —Ella le entregó la maceta al ama de llaves—. ¿Viniste solo? —preguntó mirando por sus costados como si de milagro alguien fuera a apar
Dan observó a Laurie tratando de saber si había hablado en serio. No confiaba en ella, pero en esas circunstancias no le quedaba más opción si quería llegar con Skylar pronto.—Sabe que no le conviene ningún truco sucio —amenazó—. No me gusta las estupideces.La mujer lo miró en silencio unos segundos y luego asintió. Eso fue suficiente para él, si ella sabía lo que le convenía no iba a hacer nada imprudente. Dan no iba a tener reparos en acabar con ella si intentaba algo, aunque probablemente lo haría de todas formas.Nunca le había importado mucho aquel negocio en el pasado. Las cosas habían cambiado con esto. Si se habían llevado a Skylar a la fuerza probablemente no era ni la primera ni la última vez que lo hacían y eso era otra cosa. No iba a desviar la mirada sabiendo que había mujeres que corr
Skylar estaba caminando rumbo a la casa de su amiga. Estaba apenas a un par de cuadras cuando un hombre se detuvo frente a ella impidiéndole el paso. Ella trató de esquivarlo, pero él se movió a la par que ella.—Hola, hermosa. ¿Quieres un poco de compañía? —preguntó él mirándola de pies a cabeza.No era la primera vez que se topaba con alguien como él y sabía que demostrar miedo era lo peor que podía hacer. Se giró para cruzar la pista, pero otro hombre detuvo su escape.Sintió el miedo crecer dentro de ella, pero no dejó que la dominara. No tenía tiempo que perder. No había gente cerca, así que gritar por ayuda no parecía una idea sabia. No sabía si ellos tenían armas.—Solo quiero irme a casa por favor, no me hagan daño —dijo con temor para que ellos no se dieran cuenta
—Tengo que irme —dijo Lily apenas atravesó la puerta. Se acercó a Skylar con un gesto que dejaba claro que no quería dejarla allí—. El idiota de mi jefe necesita unos documentos. No entiendo su gusto por arruinar el fin de semana de los demás, solo porque él no tiene una vida fuera del trabajo. Dan escuchó desde su lugar la interacción. —Tranquila, no es necesario que te quedes, me las arreglaré. ¿Puedo quedarme en tu departamento al menos hasta la tarde? —No tienes ni que preguntar. —Lily rebuscó en su bolso y luego sacó una llave y se la dio a Skylar—. ¿Segura que estarás bien? —Sí, no te preocupes. Lily asintió y luego abrazó a su amiga. —Fue un gusto conocerlo, señor Harris —dijo ella dirigiéndose a él antes de marcharse. —Usted también debería marcharse. —Esperaré a que el médico te dé el alta. Mi nombre está en los documentos como contacto y podrían necesitar que firme algo. —No creía que fuera así. Skylar
En cuanto Skylar despertó, pensó que su habitación lucía más grande de lo que ella recordaba y muy diferente. Le tomó un poco de tiempo recordar que aquella no era su habitación y que ni siquiera estaba en su casa.Se sentó de inmediato y el brusco movimiento le provocó un ligero mareo, pero desapareció tan pronto como apareció. Su cabeza había dejado de doler y cuando se puso de pie no sintió que fuera a desvanecerse en cualquier momento.No sabía cuánto tiempo había estado durmiendo y su celular estaba desaparecido al igual que su bolso con el resto de sus cosas. Asumió que no demasiado porque afuera todavía era de día, a menos que se hubiera quedado dormida por un día completo.Apenas Dan la había dejado a solas, se había recostado y a los segundos se había quedado dormida. Afinó los oíd