A Bella le alegraba verla así.Sin embargo, el más contento era Carlos.Mientras competía bebiendo con Manuel, de repente escuchó a Laura decir que anulaba el compromiso, y rápidamente dejó la copa y se acercó a ella.—¿Lo estás diciendo en serio?Laura ocultó la tristeza que había en sus ojos y lanzó una risa burlona. —¡Ni siquiera me gustabas demasiado! Sólo fui engañada por nuestras familias. Pero ahora me he librado del abismo de amor, ¡y te toca a ti! ¡Espero que sufras más que yo por amor!—¡Bella, te encargo este asunto! —dijo Laura, pidiéndole ayuda a su amiga.Bella se sentía divertida pero también algo incómoda, y no supo qué responder a Laura.Sin embargo, Carlos no le dio importancia. —No pasa nada, si es por Bella, sufrir un poco por amor no es nada. ¡Al fin y al cabo, en la vida hay que probarlo todo para ser perfecto!Tanto Bella como Laura se quedaron sin palabras.—Carlos, no me digas que te has acobardado. ¡Ven a seguir bebiendo con nosotros!Al ver a Carlos tan cerca
Pedro seguía muy cerca de ella, con sus brazos apoyados a ambos lados. —Aceptaste que te cortejara, pero aún te resistes a mí y en cambio eres tan cercana a Carlos.Pensaba en cómo la tarde anterior Carlos se había ido con Bella en su coche desde la oficina.En regreso a casa, Bella había dejado que Carlos las llevara a ella y a Elena a casa.E interacción entre ellos en el reservado, todo lo cual irritaba muchísimo a Pedro.Bella lo miró desafiante. —¡Que no te haya echado ya es que no me resisto tanto!Pedro se contuvo, pero no pudo evitar estrechar a Bella entre sus brazos. —Bella, te prometo que nada de lo que pasó en tu sueño va a ocurrir, ¿no me guardes rencor, vale?Bella sintió un leve estremecimiento. Aunque en esta vida no fuera a ocurrir, las heridas del pasado seguían ahí. Iba a decir algo cuando...—¡Bella! —sonó de pronto la voz de Laura.Bella y ella cruzaron las miradas.—Ah, así que has estado tanto tiempo fuera con el director Romero. —dijo Laura sorprendida.Bella, a
Bella sintió un leve dolor en su corazón al escuchar eso.En su momento, realmente había odiado a Pedro.Lo odiaba por obligarla a abortar, por impedirle asfixiar a Anna, por no creer que el niño era suyo.Sin embargo, al calmarse y pensarlo bien, se dio cuenta de que ella lo había engañado desde el principio, y el niño era en realidad de Carlos.Dada la personalidad desconfiada de Pedro, era normal que no le creyera.Bella se soltó de la mano de Pedro. —Ya no lo odio, eso quedó en el pasado.Dicho esto, Bella no volvió a dirigirle la palabra a Pedro y regresó al reservado.Esa noche, Elena se emborrachó por completo.Bella la ayudó a subir al auto, y Elena, recostada sobre su hombro, murmuró: —Bella, me siento tan liviana y liberada ahora, estos últimos dos años han sido una tortura para mí.—Sí, deberías haberte liberado de eso hace tiempo.—¡Bella, soy una grandísima tonta, la más tonta del mundo! Me aferré a eso durante tanto tiempo, ¡sólo logré conmoverme a mí misma! —exclamó de n
Bella recibió la llamada de Juan, quien le preguntó si recordaba la gala benéfica de esta noche.Bella, que no lo había recordado, respondió:—¡Ahora mismo me preparo y llegaré a tiempo!—¿Quieres que vaya a recogerte? —preguntó Juan.Bella se apresuró a rechazar la oferta: —No hace falta, nos encontraremos allí.Dado que Juan aún gozaba de gran popularidad por su título de campeón, Bella no se atrevía a dejar que la recogiera, pues no quería que los reporteros los fotografiaran juntos.Bella subió a cambiarse a un vestido un poco más formal, pues aunque solía acudir a este tipo de eventos más por compromiso que por ganas, no quería parecer demasiado informal.Tras arreglarse con un maquillaje sencillo y recogerse el cabello, Bella se dirigió en coche a la sede del evento desde la casa de su abuelo.Al llegar, Bella se dio cuenta de que la gala no era tan pequeña como le había dicho Juan.De hecho, resultó ser bastante lujosa, con la presencia de algunas celebridades y gente influyente
Era Natalia.Ella vestía un elegante vestido en un tenue tono de rosa, con el cabello recogido. Su delicado maquillaje acentuaba aún más su dulce belleza natural.Acompañaba a Natalia un caballero de unos cincuenta años, con porte distinguido y vestido con un traje chino tradicional.A pesar de su aire apacible y discreto, emanaba una presencia imponente que denotaba su alta posición.—Él es mi padre —presentó Natalia a Bella—. He traído a mi padre esta noche a la gala benéfica porque hay unas joyas que me han encantado.—Papá, esta es la señorita Fernández, ¡ella me ayudó mucho en China antes!—Señorita Fernández, un placer conocerla. Gracias por cuidar tan bien de mi hija. —dijo el señor Llona con voz serena.Bella respondió con naturalidad: —No ha sido nada, señor Llona.—Señorita Fernández, dígame qué joyas le han llamado la atención y yo me encargaré de que se las reserven como agradecimiento. —ofreció Natalia.Bella sonrió y negó con la cabeza—: No es necesario, de verdad. He ven
Bella se agarró a la barandilla y contempló el paisaje.Poco después, Juan se acercó.Primero se disculpó por haberse ido, pero cuando Bella lo detuvo, Juan mencionó que sus compañeros de banda echaban de menos a Bella y que deberían reunirse alguna vez.Bella aceptó de buen grado. —Está bien, de hecho quería recomendarte a una amiga mía, para que fueras la imagen de una marca de Ron.—¿La marca Caza?Juan preguntó con cierta vergüenza, —Recordé esa marca porque saliste mencionada en las noticias por eso antes.Después de tanto tiempo, Juan aún lo recordaba.Bella asintió. —Sí, tengo participación en Caza y ahora están en proceso de salir a bolsa, así que quiero encontrar a alguien que encaje con la imagen para aumentar su popularidad.Juan de inmediato se ofreció a ser el portavoz sin cobrar nada.Bella no podía permitir que él saliera perdiendo. —Hay que pagar lo que corresponde, como mucho te haré un descuento de amigo.—Hermanita, la amistad para mí no tiene precio, tú me has ayuda
Juan lo miró con confusión. —Señor Romero, ¿me buscaba para algo?—Este traje no parece ser de la última colección. —dijo Pedro, sin mostrar emoción.Tanto Juan como Bella se extrañaron ante este comentario.¿Por qué Pedro habría de detenerlos solo para opinar sobre la ropa de Juan?Pedro no solía reparar en esos detalles.Juan miró su traje, sin encontrar nada fuera de lugar. —Efectivamente, lo compré hace unos meses. ¿Hay algún problema con él?El representante de Juan intervino: —Señor Romero, Juan me dijo que este traje tiene un gran significado personal para él, por eso insistió en usarlo. Si usted considera que hay algo inapropiado, haremos los ajustes necesarios.El representante conocía bien a Pedro y su posición influyente.¿Cómo podría ofender a un personaje así?Por lo que prefería mostrarse conciliador.Pedro esbozó una leve sonrisa y preguntó con aparente indiferencia: —¿Qué significado personal?Juan respondió con tranquilidad: —Lo siento, señor Romero, pero eso es un asu
—¿Acaso no puedo regalar a mi amigo si no estamos divorciados? —replicó Bella con sarcasmo—. ¿Acaso tienes que aprobar todo lo que yo le regalo a alguien?—¿Qué le he regalado yo a Anna? —preguntó Pedro.—Las flores de su cumpleaños, un jugoso contrato de proyecto, unos pendientes de diamantes... ¿ya lo has olvidado?Dijo Bella con una risa irónica. —Y eso es solo lo que yo sé, ni me imagino cuántas otras cosas más habrás obsequiado sin que yo me entere.Pedro respondió con ira. —El proyecto se lo di a ella como compensación, porque en ese momento tú la habías atacado. ¡Ni siquiera sabía lo de las flores y los pendientes de diamantes!—¿No lo sabías? —Bella lo miró con burla—. ¿Acaso pretendes negar todo lo que has hecho?—El día de nuestro quinto aniversario, fuiste a celebrar el cumpleaños de Anna, ¿y no le llevaste flores? Cuando la golpeó la lámpara y tuvo que ser hospitalizada, ¿acaso no fuiste tú quien fue compró dos pendientes de diamantes y le regalaste uno a Anna?Pedro tambié