Capítulo 434
Fiona lo vio y se apresuró a decir: —No se preocupe, me concentré tanto en recoger que olvidé la hora, ¿quiere descansar ahora? Saldré de inmediato y continuaré mañana.

—No es necesario que sigas recogiendo —dijo Pedro sin expresión, —déjalo así.

Fiona no terminó de entender, pero obedeció. —Bien, señor.

Diciendo esto, Fiona colocó las ropas que tenía en la mano en el armario y, al darse la vuelta, accidentalmente derribó una bolsa de papel que estaba en el suelo.

De la bolsa se asomó una caja de regalo de color púrpura.

—¿Qué es eso? —preguntó Pedro echándole un vistazo.

Fiona se apresuró a recogerla. —Es algo que la señora compró hace dos o tres meses. Le tenía mucho aprecio y me encargó que no lo tocara. No sé por qué no se lo llevó cuando recogía las cosas.

—Señor, ¿quiere que pregunte a la señora si se le olvidó?

Pedro no respondió, sino que tomó la bolsa y sacó la pequeña caja púrpura.

Al abrirla, dentro había un par de gemelos de diamantes.

Los gemelos estaban primorosamente hec
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