Capítulo 138
Bella giró la cabeza y vio que el dorso de la mano de Pedro estaba quemado de rojo.

—Lo siento, lo siento ... —El sorprendido camarero se apresuró a disculparse—, es que no conseguí esquivarlo ...

Pedro dijo: —No tiene nada que ver contigo, haz que la cocina vuelva a hacer la sopa, yo cubriré este coste.

Luego el camarero se marchó muy agradecido. En este momento Bella, conteniendo su preocupación que casi se le fue de la lengua, dijo a Pedro: —Lava tu mano con agua fría.

Aunque ella ocultó sus sentimientos bien, Pedro capturó su mirada llena de preocupación. Entonces Pedro la miró con sus ojos oscuros y le dijo: —Ayúdame.

Bella no se negó. Por casualidad, había un pequeño lavabo justo delante del pasillo. Bella abrió el grifo. Temiendo que el impacto del agua sea demasiado grande, primero cogió el agua con ambas manos y luego la regó lentamente sobre el dorso de la mano enrojecida de Pedro.

La luz del pasillo era de un color cálido amarillo, que se reflejó en el pelo y el delicado ros
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