Hoy me iba a juntar con el hermano de Alex, habíamos quedado a la salida del almuerzo. Estaba nerviosa, no sabía ni lo que estaba haciendo, ¿Era correcto salir con su hermano?
Probablemente no lo era, teniendo en cuenta que él también gobernaba un imperio mafioso, pero quizás él era más amable e humano que Alex.
Pero a quién quieres es al demonio
Muevo la cabeza, hoy en la mañana, Alex había llegado a la oficina antes que yo, no había salido de su oficina, ni tampoco me había llamado, al parecer estaba solo y ninguna mujer entro a su oficina.
Eso en parte me hacía sentir bien, y no debería hacerlo.
Me habían asignado un nuevo computador, uno más nuevo, no había venido el demonio personalmente a dej&aacu
Estábamos comiendo con Max, me había llevado a un sitio muy lujoso, el nombre de las comidas era demasiado raro, y yo no tenía idea de qué elegir porque no conocía nada, es decir, no sabía que contenían.Max se había dado cuenta de esto, lejos de reírse como creo habría echo Alex, él me explico que contenían los platos y cuál podría gustarme. Había sido muy atento en todo.Me había acompañado a la notaría, me había asesorado, y yo me sentía realmente cómoda con él. Si en un principio dude en salir con él, ahora estaba completamente agradecida de haber accedido.—¿Qué tal está? —me pregunta, yo asiento. La carne que me había recomendado, estaba exquisita, estaba bañada de una salsa que definitivamente era de otro mundo.—Muy rico, era muy buena o
—Cuando gemías mi nombre, parecía que eras mía —dice Alex abrochándose los pantalones, yo me puse el pantalón y el sujetador, teniendo en cuenta que no tengo una blusa para salir.—Pues, pensaste mal, porque yo podría gemir el nombre de cualquier hombre, pero eso no significa que sea de él —digo, él se encoge de hombros.—Estabas gimiendo mi nombre, por lo que sí, eres mía —dice, yo ruedo los ojos, sé que lo esta haciendo para fastidiarme.—Piensa lo que quieras, pero no es así —digo, me mira el pecho—. ¿Ahora cómo voy a salir? ——Tendrás que quedarte en mi oficina todo el día —dice.—¿Cómo voy a hacer eso si tengo que trabajar? —digo alto, Alex hace un ademán de taparse los oídos.—Estoy justo a tu lado, no es nece
—¿Hoy tienes escuela? —pregunta, luego frunce el ceño—. Me siento como si estuviera con una escolar ——Bueno, lo estás, solo tengo dieciocho —digo rodando los ojos.—Tienes razón, ¿luego nos vemos en tu nuevo departamento? —pregunta, ahora es mi turno de fruncir el ceño.—¿Cómo sabes? ——Nena, ¿te olvidas de quien soy? —dice levantando una ceja.—Claro que no, ¿me seguiste? ——No, yo no —guiña un ojo—. Aunque me molesta que hayas ido con Max, y ahora él sabe dónde vives —dice.Me tiro en su sofá, Alex había mandado a uno de sus choferes, a buscarle una camisa y una blusa para mí, no sé de donde la sacaría, es decir, si acaso la iba a comprar o no, solo esperaba que fuera una bonita y que me quedara.<
Alex me había mandado a pedir ropa, así que ahora estábamos saliendo de su edificio para ir al trabajo.—Te queda bien —me dice, yo asiento.—Todo me queda bien ——Bueno doña vanidosa, vamos —Alex toma sus llaves y salimos del edificio, cuando llegamos a la empresa, siento un pequeño sudor frío en mi espalda cuando veo que Max esta entrando al edificio, no digo nada, hago como que no lo vi, Alex parece no haberlo visto porque no dice nada y mientras vamos subiendo por el ascensor, todo mi cuerpo comienza a sudar frío.—¿Estás bien? —pregunta Alex, yo le doy una mueca que se supone era una sonrisa.—Si —Las puertas se abren y el demonio me deja pasar primero, un pie afuera, y los ojos de Max directamente en los míos.—Fui a tu departamento a buscarte pero no estabas —me dice, cuando voy
—¿De qué hablas? —le pregunta Max al demonio—. Tú eres el puto demonio, ella no es como tú —dice apuntándome, la verdad eso me molesto, el hecho de que él pensara que yo no podía hacer nada malo. Me molestaban mucho los hombres que creían que las mujeres teníamos que ser blancas palomas, a algunas nos embargaba una oscuridad que aunque fuera provocada, ahí estaba.—No me conoces, no hables de mí como si lo hicieras, no sabes las cosas que he hecho, lamentablemente tu hermano y yo somos iguales, no intentes hacerte una idea errónea de mí —digo, Max me mira sorprendido por mis palabras, de hecho yo también lo estoy. Salieron con tanta fuerza que resultaron un poco intimidantes.—Te lo dije hermanito, ¿Te acuerdas cuándo me decías que nunca encontraría una buena mujer? —dice Alex, yo lo miro, sus ojos
Alex se había tomado muy en serio sobre lo de reinar juntos, yo ya no era su secretaria, había pasado un mes desde que habíamos oficializado la relación, íbamos bien, de hecho demasiado bien.Román no había aprobado la relación, se había enojado tanto conmigo que me había echado de su departamento llamándome zorra.Me había dolido.Pero no iba a aguantar que él me tratara así y ahora que tenía cierto poder sobre el demonio iba a pedirle que dejara libre a los chicos.—Hola preciosa —saluda Alex cuando entro a su oficina, camino hacia él y me siento en sus piernas.—Te fuiste temprano —digo, él asiente y me da un beso en los labios.—Tuve una reunión temprano, hablando de reuniones, hay una cena en la noche, tenemos que ver lo que vamos a presentar —dice, yo asiento.&md
—¿De qué trata la cena? —le pregunto a Alex, ya estamos en su oficina, había elegido un vestido de color rojo, largo, que tenía un corte sensual en mi pierna derecha. Me había encantado.—Es algo más peligroso, me junte con dos socios, y creemos que alguien esta dando información a la policía de nosotros —dice, yo lo miro sorprendida.—¿Bromeas? ——Por desgracia no, tenemos a gran parte de la policía de nuestro lado pero, le están dando información al FBI —dice él, lo miro preocupada.—Eso es muy malo —digo, la sola idea de que él pudiera ir a la cárcel, de que alguien lo separara de mí, no ahora, no ahora que por fin me estaba sintiendo viva.—Tranquila, en la cena seremos solo unas cuantas personas, tenemos que buscar una estrategia para poder dan con quién es el m
Estaba terminando de arreglarme para la cena, Alex ya estaba listo y caminaba de un lugar a otro como si fuera un animal encerrado.—Tranquilo, todo va a salir bien —digo saliendo del baño, él me mira de arriba a abajo.—Espero que nadie se pase de listo contigo, porque si no todo se va a la mierda —dice pasando sus manos por mi cintura y acercándome a él.—Para eso tienes autocontrol —digo, él niega y me da un beso, gracias a dios, el labial rojo era de aprueba de agua y de besos al parecer.—No cuando se trata de ti ——Pues tendrás que hacerlo, porque hoy es una cena muy importante, lo ideal es que no levantes sospechas de que sabes que alguien nos delata —digo, él pasa una mano por mi cuello hasta el escote.—Sabes que se me ocurren muchas cosas que podemos hacer ahora mismo, lo que incluye a ti, sobre la mesa, con el vestido