Amanda llamó al señor Leandro luego de que se tranquilizó un poco. En veinte minutos él estaba ahí, al igual que su padre. ella les contó sobre la llamada y de lo poco que hablaron. Lorenzo la abrazó y ella se quedó acurrucada en sus brazos.—El equipo de rescate está más que listo para actuar en cualquier momento, tienen completamente vigilado cada uno de los movimientos de ese tal Choi. Fabrizio está ahora mismo en su casa —Anunció Leandro luego de colgar una llamada— No te preocupes querida, todo saldrá bien. —Ella asintió, al fin tenía al menos una noticia, esperaba que en las próximas horas supieran donde estaba Franco.Ivana entró a la habitación con una taza de té para ella. Los siguientes minutos se quedaron haciéndole compañía.—Papá ¿Podemos hablar ahora? —Preguntó. Seguro la historia de sus hermanos no era nada agradable, pero mantendría su mente en otra cosa.—Por supuesto, cariño.—Bueno, los dejaremos solos —Leandro y su esposa salieron de la habitación.Ese era el momen
Fabrizio estaba a unos cuantos pasos de llegar hasta el despacho de Choi. Al parecer el sur coreano estaba de buenas que había dado una pequeña cena para algunas personas de su círculo social, entre ellos obviamente había invitado a la familia Kan.Dae-hyun, había hecho que Fabrizio se escondiera en su auto. Una vez el auto estacionado dentro de la propiedad, Fabrizio se encargaría de todo, mientras Choi estaba distraído.Lo único que tenía que hacer Dae-hyun era vigilarlo y avisarle a Fabrizio en caso de que Choi se dirigiera hacia su despacho. Él había estado muchas veces ahí y sabía que Choi tenía una caja fuerte que se abría únicamente con su huella. Hace unas semanas con la ayuda de un experto, había logrado obtener la huella, pero aún faltaba lo más difícil. Y Era extraer los documentos que probarían toda la corrupción que Choi y su padre habían hecho por años.Fabrizio abrió la puerta y entró; la luz estaba apagada y dejó que así siguiera, con una pequeña linterna iluminó y obs
Ada fue la primera en colocarse de pie e ir hasta ella para saludarla.—Hermana —Dijo la joven antes de abrazarla y besarla en la mejilla. Que la llamara así hizo que su corazón se calentara y se llenara de amor por ella. Su sonrisa se hizo más grande. Era un hecho que gracias a su embarazo estaba pensando en el presente y en el futuro. No tenía caso mirar el pasado, nunca iba a recuperar el tiempo perdido, pero de seguro disfrutaría de cada momento junto a sus seres querido, solo faltaba una persona a su lado para que todo fuera perfecto.—Hola —Musitó ella— Me da gusto que vinieran. —Dijo cuándo se separaron.—¿Crees que me lo perdería? No sabes cuándo esperé por esto.—Me di cuenta cuando hablamos por teléfono la primera vez —Bromeó haciendo que Ada se sonrojara.—Nunca me harán olvidar eso ¿Verdad?—No sería divertido —Dijo Maurizio detrás de ella y llamando la atención. Al parecer ellos ya habían pasado el tiempo suficiente para tratarse como si se conocieran de toda la vida. La
—Min-joon.—¿Cómo estás? —Él intentó acercarse, pero Benedetto se interpuso. Ella vio la decepción en sus ojos y se sintió mal por eso. Conocía mejor a su primo desde hace algunos años, él era un hombre justo y responsable. Pero en ese momento no podía arriesgarse. Su padre lo tenía vigilado desde hace varios días, él había llamado a la mansión Ferri para avisar que Min-joon se dirigía hacia ahí. Todos los guardias se habían puesto en alerta incluso antes de que su primo llegara.Sus hermanos se habían marchado hace media hora, pero habían dejado muy claro que la visitarían más seguido al igual que Antonella, ella le había caído muy bien. Estaba a punto de irse a descansar cuando le avisaron que su primo solicitaba hablar con ella.—Estoy bien, Min. ¿Y tú?—Nuestra abuela me puso al tanto de lo que mi padre ha hecho contigo —Dijo en lugar de contestar a su pregunta. Min-joon sabía que alguien lo estaba siguiendo. En cuanto supo todo lo que su padre había hecho, dedujo el por qué lo te
Era de esperarse que Dae-hyun no se daría por vencido y mucho menos lucharía limpio, aprovechó la herida en la pierna de su oponente para golpearlo justamente ahí. Franco se quejó y no pudo mantenerse en pie, su rodilla se dobló cayendo al piso. Recibió una patada en el rostro por parte de Dae-hyun que lo tumbó por completo.Amanda gritó y Leandro corrió hasta ella tomándola de los hombros.—Tranquila, pequeña —Dijo. Pero se dio cuenta que ni él podía estarlo.Dae-hyun se colocó sobre Franco y lo golpeó en repetidas ocasiones. Amanda no podía ver a Franco, solo podía visualizar parte de la espalda de Dae-hyun porque ambos estaban en el piso.—¡Franco! Fran…Dae-hyun se levantó, dio un par de pasos y tomó el arma, luego caminó de regreso, miró hacia la cámara y sonrió, estaba disfrutando de verlos a ambos sufrir.—Franco levántate. —Gritó Amanda.—Hijo —Musitó Leandro.Franco tenía varios golpes en el rostro, pero no habían sido suficientes como para dejarlo inconsciente. Aun así, solo
A la mañana siguiente Amanda se levantó muy temprano y por primera vez las náuseas matutinas no hicieron acto de presencia. A las diez de la mañana estaría aterrizando el vuelo de Franco. Bajó a desayunar con sus suegros, cuñada y su padre que también se unió a ellos. Apenas podían esperar a que se llegara la hora de salir. Ella estaba ansiosa, pero su apetito no disminuyó, devoró el desayuno como si estuviera comiendo por cuatro y no por dos. Se sonrojó cuando notó la sonrisa divertida en el rostro de los demás.—Este bebé tiene mucha hambre —Musitó.—Seguro que sí —Comentó Fiorella, nunca en toda su vida la había visto comer de esa manera, ella siempre era muy… Amanda Viena.—No te avergüences querida, es normal —Dijo Ivana— Cuando estaba embarazada de Franco, fue igual, además de los extraños antojos que me daban. Tenía que levantarme en medio de la noche para asaltar la cocina. —Ella sonrió.Faltaban unos minutos para poder ver el avión privado aterrizar aquella pista. La familia
—No puedo creer que hicieras eso. ¡Qué vergüenza!—Bonita ¿Si recuerdas que ellos saben que estuvimos solos en una cabaña, por dos semanas? Y no precisamente descansando.Él tenía razón, no solo sabían eso, también lo de su embarazo. Pero era la primera vez que estaban frente a su familia como una pareja. Ni siquiera delante de su padre se había sentido tan cohibida como en ese momento.—Lo sé, pero no pude evitar sonrojarme delante de tus padres —Se acercó a ella y la abrazó por la cintura.—Te ves linda cuando te pones así, pero debes acostumbrarte, ya todos sabes que eres mi mujer —Dijo depositando un beso en la curvatura de su cuello.—¿Tu mujer? Creí que era tu novia. —Era lo mismo ¿no? Por poco suelta una risa de su propio comentario. Ahora no solo era su mujer, sino la madre de su hijo.—Mi novia, mi mujer y la futura madre de mis hijos —Su cuerpo se tensó ante sus palabras, era como si él estuviese leyéndole la mente. Ese debía ser el momento para decirle sobre el bebé. Abrió
Los futuros padres no pudieron evitar las lágrimas mientras observaban por primera vez la imagen de su hijo a través de aquella pantalla y escuchaban el rítmico golpeteo de su fuerte y sano corazón. Era bueno que la doctora que los atendió les diera privacidad en ese momento. Escuchar el corazón de su hijo o hija, fue la experiencia más hermosa que jamás había tenido. Y la mujer a su lado era quien le estaba dando ese maravilloso regalo de ser padre. Quizás todo entre ellos sucedió bastante rápido, pero jamás se arrepentiría de nada, la amaba y se encargaría de demostrárselo cada día.—Franco, no dudaste en aceptarnos, gracias por eso —Dijo ella sacándolo de sus pensamientos. ¿A que venían sus palabras? ¿A caso dudaba de su confianza en ella? No podría juzgarla. Lo que había pasado con su ex novia aún era muy reciente. Él no se había mostrado tan emocionado de ser padre y no era porque no lo quisiera y si había dudado era porque tenía sus motivos.—¿Estás bromeando? Tú eres mía —Coloc