Capitulo 29

El rostro de Sandra se volvió feo e insistió — Aun si no te reconozco como mi hija, no significa que la amabilidad de la familia haya desaparecido. Te fuiste sin despedirte, y ahora vuelves y eres incapaz de mostrar respeto por nosotros. No espero que lo agradezcas, pero te crie. Y cualquier comportamiento indecoroso, es una vergüenza para mi reputación.

Después de escuchar las palabras de la mujer, Astrid quería reír

— ¿Agradecerte? No puedo agradecerte en lo absoluto, no cuando hiciste de mis primeros años un infierno. Mi único consuelo en esa casa fue Marta, ella es a quien debería agradecerle por darme todo el amor que necesitaba. En cambio, tú, solo sabias despreciarme, ignorarme y humillarme cada vez que podías. ¿No recuerdas? Permíteme refrescarte la memoria, ¡cortaste mi cabello, solo porque Sámara estaba celosa del! Y te haces llamar una madre. ¿Vergüenza? Por supuesto que sentirás vergüenza, el comportamiento de tu adorada e impoluta hija es de lo más reprochable.

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