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Un sábado, Anne, que había llegado temprano a casa, perdió la cabeza cuando no pudo encontrar a su hija mayor y fue al club dispuesta a golpear a la niña frente a todos, tan enojada que estaba.
Pero al ver a su hija en la pista de baile, girando, girando y siendo guiada por uno de sus compañeros magníficamente, lloró de emoción. Rosana tenía casi dieciséis años. Se convirtió en una mujer hermosa.
Cabello justo debajo de los hombros, ondulado. El cuerpo delgado y perfecto. Estaba maravillosa con ese vestido de crep&eac
(15) Ha sido un sueño de dos meses. Robin había terminado su relación con Vera y se había hecho cargo del romance con Rosana. ¡Estaba demasiado feliz! Salía a cenar a restaurantes a los que nunca imaginó asistir. Conoció a varios amigos suyos, de la universidad, del trabajo, y a Macedo, su mejor amigo desde la infancia. Pasó a asistir a su casa y tuvo que soportar la ira de Cris, quien desde el primer momento dejó claro su antagonismo y decepción por la elección de su hijo. Cada vez que Rosana estaba cerca, daba una pequeña forma de hablar de Vera, recordando lo mucho que se quer&iacut
(16) __Nos necesitamos hablar con mi niña... -dijo Robin angustiado durante tanto tiempo separado de la. __Eu actué como un idiota. __Concordó! __Me no perdonar? _estaban frente a la puerta de su casa. __Prometo pensar...Ella tenía el impulso de reír con la expresión de desesperación en sus hermosos ojos. __No me haría esto, Sana. Dame una respuesta. ¡Otro día sin ti y yo nos volvo locos para siempre!Ella
EPÍLOGO El lunes, Rosana caminó de un lado a otro sin saber qué poner a trabajar. Estaba abatida, desanimada y pensando en renunciar a todo cuando escuchó un golpe en la puerta. Se encontró con Rubia y Rosa. Ambos se rieron con una expresión extraña. Entraron como locos, sosteniendo dos bolsas y hablando como dos matracas despertando a los niños. __O ¿qué está pasando? - preguntó Belinha bostezando, arrojándose en el sofá de la habitación, somnoliento. __No sé... Buena pregunta. ¿Qué pasa? - preguntó Rosana confundida. Aún más Anne que entró en la habitación y se detuvo aturdida sin entender nada. Nunca se levantó de la cama tan temprano. Rosa abrió su bolso y se quit&oac
Recuerdos de RosanaAutor Emiliana Vaz(Esta es una historia ficticia. Cualquier parecido es pura coincidencia). RECUERDOS DE ROSANA (por Regilene Rodrigues Neves)<
(2) Rosana no pudo explicar lo que estaba pasando, pero su madre Anne, y una de sus tías salieron juntas de la casa, y regresaron días después, cada una con un pequeño paquete en sus brazos. Ana dio a luz un día y Rubia al día siguiente. El alboroto que rodeaba a las dos mujeres dejó a la niña zumbando. Todo el mundo hablaba al mismo tiempo, cosas como: __Ele es tan dulce. y así feo! ¿A quién tiró de Rubia? ¡Te garantizo que ni siquiera sabes quién es el padre! __Ora, ¡días por estar! __ ¿Como no lo amaman
(3) Las frecuentes peleas y los gritos de los vecinos de esa casa comenzaron a asustar profundamente a Rosana. A veces corría hacia atrás y se quedaba detrás de un árbol hasta que todos se callaran. ¡Lo cual era raro! Las razones casi siempre se debían a facturas, comida o situaciones que causaban vergüenza a algunos de los hermanos. __Oí estás haciendo un punto en un pequeño bar cerca de las cataratas, ¡eres ordinario! -acusó a Guideon, una vez, dirigiéndose a Rubia que salía todas las noches sin decir a dónde iba. Dejó a Neto durmiendo
(4) Rosana se sentía responsable de su hermana y su primo, Neto, y pasaba todo su tiempo vigilándolos. Jugaba con ellos, los sostenía cuando se daba cuenta de que se iban a caer o lastimarse, y trataba de compartir lo que comía, casi siempre poco, esperando a que sus padres volvieran a casa. Anne se había visto obligada a conseguir un trabajo de ama de casa para ayudar con los gastos. Estaba horrorizada por el deplorable estado de los niños, a veces con el pañal sucio todo el día, y lo peor, hambrientos. Las peleas se hicieron constantes entre Ana y Romeo.
(5) El siguiente evento quedaría grabado para siempre en la memoria de la niña. Rosana nunca volvió a ver a su abuela ir a su habitación. Bebió tanto que se quedó dormida en el sofá de la sala de estar, sentada con los brazos hacia abajo, la cabeza agachada hacia adelante y las piernas estiradas en el suelo. María José era pequeña en tamaño, y ya estaba llena de problemas de salud. Bebía y fumaba todo el día. Se quejó de su vida, de sus hijos, de su marido que se fue y la dejó en la calle de la amargura, sin dinero, sin perspectivas de futuro. Y todo lo que quería era hac