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__Nos necesitamos hablar con mi niña... -dijo Robin angustiado durante tanto tiempo separado de la. __Eu actué como un idiota.
__Concordó!
__Me no perdonar? _estaban frente a la puerta de su casa.
__Prometo pensar...
Ella tenía el impulso de reír con la expresión de desesperación en sus hermosos ojos.
__No me haría esto, Sana. Dame una respuesta. ¡Otro día sin ti y yo nos volvo locos para siempre!
Ella
EPÍLOGO El lunes, Rosana caminó de un lado a otro sin saber qué poner a trabajar. Estaba abatida, desanimada y pensando en renunciar a todo cuando escuchó un golpe en la puerta. Se encontró con Rubia y Rosa. Ambos se rieron con una expresión extraña. Entraron como locos, sosteniendo dos bolsas y hablando como dos matracas despertando a los niños. __O ¿qué está pasando? - preguntó Belinha bostezando, arrojándose en el sofá de la habitación, somnoliento. __No sé... Buena pregunta. ¿Qué pasa? - preguntó Rosana confundida. Aún más Anne que entró en la habitación y se detuvo aturdida sin entender nada. Nunca se levantó de la cama tan temprano. Rosa abrió su bolso y se quit&oac
Recuerdos de RosanaAutor Emiliana Vaz(Esta es una historia ficticia. Cualquier parecido es pura coincidencia). RECUERDOS DE ROSANA (por Regilene Rodrigues Neves)<
(2) Rosana no pudo explicar lo que estaba pasando, pero su madre Anne, y una de sus tías salieron juntas de la casa, y regresaron días después, cada una con un pequeño paquete en sus brazos. Ana dio a luz un día y Rubia al día siguiente. El alboroto que rodeaba a las dos mujeres dejó a la niña zumbando. Todo el mundo hablaba al mismo tiempo, cosas como: __Ele es tan dulce. y así feo! ¿A quién tiró de Rubia? ¡Te garantizo que ni siquiera sabes quién es el padre! __Ora, ¡días por estar! __ ¿Como no lo amaman
(3) Las frecuentes peleas y los gritos de los vecinos de esa casa comenzaron a asustar profundamente a Rosana. A veces corría hacia atrás y se quedaba detrás de un árbol hasta que todos se callaran. ¡Lo cual era raro! Las razones casi siempre se debían a facturas, comida o situaciones que causaban vergüenza a algunos de los hermanos. __Oí estás haciendo un punto en un pequeño bar cerca de las cataratas, ¡eres ordinario! -acusó a Guideon, una vez, dirigiéndose a Rubia que salía todas las noches sin decir a dónde iba. Dejó a Neto durmiendo
(4) Rosana se sentía responsable de su hermana y su primo, Neto, y pasaba todo su tiempo vigilándolos. Jugaba con ellos, los sostenía cuando se daba cuenta de que se iban a caer o lastimarse, y trataba de compartir lo que comía, casi siempre poco, esperando a que sus padres volvieran a casa. Anne se había visto obligada a conseguir un trabajo de ama de casa para ayudar con los gastos. Estaba horrorizada por el deplorable estado de los niños, a veces con el pañal sucio todo el día, y lo peor, hambrientos. Las peleas se hicieron constantes entre Ana y Romeo.
(5) El siguiente evento quedaría grabado para siempre en la memoria de la niña. Rosana nunca volvió a ver a su abuela ir a su habitación. Bebió tanto que se quedó dormida en el sofá de la sala de estar, sentada con los brazos hacia abajo, la cabeza agachada hacia adelante y las piernas estiradas en el suelo. María José era pequeña en tamaño, y ya estaba llena de problemas de salud. Bebía y fumaba todo el día. Se quejó de su vida, de sus hijos, de su marido que se fue y la dejó en la calle de la amargura, sin dinero, sin perspectivas de futuro. Y todo lo que quería era hac
(6) Con el paso del tiempo, Rosana ganó otro hermano, Roco. Ahora había cuatro, porque Neto fue tomado por Romeo y Ana definitivamente. La vida personal de Rubia era de dominio público. Ya no lo ocultaba a nadie que trabajara de noche y no tenía tiempo para cuidar a su hijo. El niño estaba demasiado apegado a la familia de Romeo. __Pelo menos es dinero fácil y rápido. Si vendo el cuerpo, es mío, ¡y nadie tiene nada que ver con él! ¡Tengo muchas bocas que mantener y no me importa lo que digan de mí!-dijo, refiriéndose a su madre, a su hermano Pompeyo que intentaba retirarse del ejército de la esqui
(7) En otra ocasión, cuando salía de la escuela, Rosana encontró a Pompeyo sentado en la puerta con su periódico habitual bajo el brazo. __O qué pasó, tío Papa? __ Yo vine recogerla. Tu madre me pidió este favor. __Andia bien. - soplar la niña aliviada. __Seno tendría que quedarse aquí durante horas esperando a uno de ellos. - algo muy común. Pompeyo, que ese día parecía muy lúcido, miró a la niña con preocupación. __Esso sucede con demasiada frecuencia?