*Se mencionan malos tratos y Violencia*ÁngelLas palabras se atoraron en mi garganta cuando la mano del Alfa Aarón me rodeó el cuello, con suficiente presión para impedirme respirar.Mucho pelo comenzó a brotar de sus brazos y sus ojos brillantes se centraron en mí mientras soltaba un fuerte aullido visceral."¡Maldita perra! ¿Crees que una pequeña perra como tú puede rechazarme? No, no puedes. Pero no tendré a una criatura tan baja como tú como mi Luna. La Diosa de la Luna me dará a alguien que sea digna de mí y de mi manada; ¡una compañera de segunda oportunidad para corregir el inmenso error de este encuentro!", gritó, las palabras salían de él en oleadas de ira.Levanté las manos lentamente y como mi cuerpo estaba demasiado débil para luchar, no conseguí apartar su mano que me estrangulaba.“Ángel, nos rechazará. No hay forma de que sobrevivamos al rechazo. Ahora estamos demasiado débiles con tanto acónito. Apenas siento mi cola. Él no puede hacer esto”. Sia gimió en mi mente, su
Angeline (Ángel)Todo comenzó en el momento en el que morí. Bueno, supongo que ahora no estoy del todo muerta, sino que me estoy acercando. ¿Cómo terminé así? Esa es una excelente pregunta. Fue una muerte rápida. Tuve suerte, ¿verdad? Pues yo no lo creo.En un momento intentaba luchar contra el misterioso hombre que salió de la nada. Y antes de mi siguiente parpadeo, una cortina de magia negra me rodeó, quitándome el aliento de los pulmones y llenando de oscuridad mis ojos.Pero no te preocupes, esta no es una historia de terror, ¡esas son tonterías! Esta es la historia de cómo regreso o muero en el intento. Bueno, la parte de morir ya está contemplada.Pero por el momento vivamos -o muramos-, ¿estás de acuerdo?Nadie habla de lo que se siente al morir. Así que yo seré la primera. Sientes mucho frío. Es más oscuro que esas noches en las que te daba miedo dormir solo cuando eras pequeño. Más que nada, la muerte es el silencio y a mí nunca me ha gustado el silencio. La muerte no me agra
AngelineDespués de aullar todo lo que pude, volví a la película de mi vida que se reproducía en mi mente. Oh, ¡esa era una buena parte! Sucedió hace solo una semana, justo antes de que la mierda se desatara.Era mi cumpleaños número dieciocho y estaba tan emocionada que salté de la cama por la mañana temprano, algo que no hago. Nunca.Saltando de mi cama, me dirigí a la habitación de mi hermana pequeña, Stella, y entré en ella de puntillas antes de saltar sobre su cama."¡Buenos días, cachorrita! ¿Sabes qué día es hoy?" Mi voz rebosaba de emoción."¡Ángel!", se incorporó inmediatamente, frotándose los ojitos con la mano y sonriendo, "¿Es mi cumpleaños? ¡Oh, no! Es tu cumpleaños, el día en que conocerás a tu loba". Me dedicó una enorme sonrisa de oreja a oreja. Se le acababa de caer uno de los dientes de leche delanteros y ahora tenía ese adorable hueco que tienen los cachorros de su edad."¡¡¡Sí!!! Y mejor que eso, ¡significa que podré empezar mi entrenamiento de guerrera la semana q
ÁngelSia solo dejó de gemir en mi mente cuando el alfa salió de su aturdimiento y, con un rápido movimiento, atravesó la multitud, caminando directamente hacia mí. Antes de que pudiera darme cuenta de lo que estaba ocurriendo, me tomó por las caderas y me levantó en brazos. Mis piernas rodearon su torso y mis ojos se encontraron con sus ojos grises muy de cerca. ¡Dios mío, qué ojos tan hermosos!“¡Eres MÍA!”, dijo, afirmando con un gruñido salvaje antes de estrellar sus ojos contra los míos. Su lengua entró como remolino en mi boca mientras sus manos recorrían mi columna hasta que una de ellas se posó en mi trasero.Demonios, acababa de arruinar mis bragas y él – así como todos los demás – seguramente podrán olerlo.Sin separarnos de nuestro beso, Alfa Aarón me llevó hacia algún lugar y, cuando me di cuenta, estábamos en lo más profundo del bosque. Mis ojos se abrieron de golpe y jadeé en el beso. Confundida. Abrumada. Cachonda.Tantas emociones intensas y contradictorias se agitaban
ÁngelSus labios acariciaron los míos, sus manos se deslizaron por mi cintura desnuda y se posaron en mis caderas.“Finalmente”, murmuró, con una sonrisa de alivio en los labios. Su rostro estaba borroso, casi cubierto por la sombra de la noche. Ni siquiera mi visión de lobo podía captar mucho más que sus deliciosos labios carnosos y su barba incipiente. No sabía quién era ese hombre, pero ahora lo deseaba más que a nada.La sonrisa en mi cara era brillante y clara mientras él me acercaba más a sus brazos.“Te extrañaba, Lil, incluso antes de nuestro primer encuentro, te extrañaba cada día. Sabía que un día encontraría por fin a la mujer, la fuerza de la naturaleza, que iluminaría mi corazón”. Sus dulces palabras resonaron en mi mente y me hicieron gemir tanto como la forma en que sus manos recorrían mi columna de arriba abajo.Una sacudida de electricidad consumió mi cuerpo. ¿Eran esas las malditas mariposas en el estómago de las que tanto hablan todas las revistas de lobos adolescen