Stanley, para ti no hay vuelta atrás, desde ahora considérame un enemigo más, y para que empieces a odiarme por algo que yo sí hice, te diré que en este momento… Rayo guardó silencio y enseguida miró su reloj e hizo una cuenta regresiva.—Cinco, cuatro, tres, dos, uno…—¡Buuum! La gran explosión que se escuchó también sacudió la embarcación de Stanley. En ese instante el Rey de Indonesia se alarmó y gritó. –¡Guardias! Stanley pensó que era él quien se encontraba en aprietos.Mientras que Rayo se despojó de la máscara y la sostuvo en su mano. —Stanley, no te desgastes, nadie va a venir, solamente esta embarcación quedó en pie, tus hombres fueron abordados por los míos. La acción de Rayo y sus hombres fue única, algo que pasará a la historia. Un plan muy bien elaborado, claro, fue planeado con prisa, pero el golpe fue certero y preciso. Y por supuesto que Rayo no perdió la oportunidad de jactarse.—¡Me creerías si te digo que logré manipular a todos los hombres de la marina, nada más i
Pese a todo eso, Rayo tuvo que llegar a un acuerdo con el presidente, pues no puede hacer nada durante el tiempo que dure todo este proceso. No podrá mover un dedo sin avisar a sus superiores. Ese día, Thiago se arrepintió de ser el gobernador, pero era su cabeza la que estaba en riesgo. Por tal motivo, aceptó la propuesta de sus superiores, aunque no piensa dejar de ser Rayo. Nunca lo hizo ni por Nicole, y no lo hará solamente porque se lo impongan. Sea como sea, Rayo se propuso encontrar a este impostor. Una misión que por ahora será algo imposible para él. Hans ha dejado el país y lo hizo con una identificación falsificada, y junto a su novia Tania. Cerca de la costa, Stanley ha permanecido en su embarcación, no se ha movido ni hace ningún mate raro, así pasó casi seis meses, hasta el día en que el aeropuerto sufrió un atentado. Así sucedió también en una estación de tren y en uno de los muelles. Todos estos sucesos sucedieron el mismo día y a la misma hora. El perpetrador de es
Ambas mujeres lucen más delgadas, en ese lugar a veces no les da hambre y no comen por depresión. Pero ese día ambas terminaron todo lo de la bandeja, y no tardaron nada en perder el conocimiento.—¡Ingenuas! Dijo Helen, al comprobar que ninguna reaccionaba, luego salió a hurtadillas y fue en busca de un guardia. Este la ayudó a sacarlas y las metieron en un contenedor de ropa sucia y fue así como lograron sacarlas del castillo.Helen no levantó sospecha, tenía sus métodos y podía comprar a los guardias del lugar.Dos horas después, Nicole sintió que la brisa fresca le dio en el rostro y frunció el ceño al sentir la claridad del día.—¿Qué es eso? Ella también podía escuchar el canto de las aves, y cerca de donde se encontraban ellas, pasaba un riachuelo.¡Ese sonido! Nicole se sentó de golpe y vio a su hija que tenía la cabeza recostada en sus piernas.—¡Victoria, abre los ojos, mira a tu alrededor! Nicole no lo podía creer, hacía tiempo que no se sentía tan libre como ese día.Por s
El doctor preparaba el alta de Thiago, cuando de repente se detuvo y preguntó. —Thiago, ¿a qué te refieres con eso? ¿Crees que Stanley le haga daño? La ingenuidad de Daniel no le ha permitido ver lo que en realidad ocultaba Stanley.—¡Stanley está enamorado de mi esposa, me lo confesó hace mucho tiempo, pero nunca pensé que llegaríamos a esto! Contestó Thiago a la ligera.¿Cómo así, Rayo, y por qué lo dejaste permanecer a tu lado? Daniel se asombró al enterarse de los sentimientos de Stanley.—¡Lo dejé porque sentía que le debía la vida, recuerda que fue gracias a él que sobreviví en altamar, pero esa deuda está saldada! En ese instante, Rayo entrecerró los ojos y apretó los puños. —Pude perder a mis hijos por culpa de ese maldito. Douglas aún no se recupera, él resultó herido por salvarle la vida a su hermano. Si mi hijo pierde su pierna, juro que cortaré cada extremidad de ese rey nefasto. Rugió Rayo con severidad y prosiguió:—Stanley pagará por esto, nadie puede atentar en contr
—El doctor dijo que lo único que podemos hacer es estar con ella, no dejarla sola, pues no sabemos cuándo dará su último… La verdad es que Douglas no terminó sus palabras, y no pudo evitar derramar lágrimas.—Comprendo lo que quieres decir, no la dejaremos sola. En ese instante, Thiago desvió la mirada, pues Diego bajaba del avión junto a su abuela. Alberto iba detrás de ellos, pero tan pronto vio a Rayo, corrió a los brazos de su padre.—¡Papá! Exclamó el niño con una gran sonrisa. “Mi pequeño” Rayo extrañaba mucho a ese niño, y antes de ver a su madre, alzó a su hijo. “Estamos nuevamente juntos y espero no volver a separarme de ti”. ¿Cuidaste de la abuela? Le preguntó al pellizcar la nariz, luego alzó la mirada para mirar a su madre.—¿Cómo te sientes? —¡Ya me siento mejor! Ahora solamente quiero volver a casa. Amelia no lo reflejaba, pero por dentro sentía un dolor atroz. —Estoy aquí para llevarte a la villa. Alberto y yo nos mudaremos ahí unos días.Rayo acaba de tomar esa decisió
Diego no midió sus palabras y, al parecer, ofendió a Thiago, pues el CEO golpeó la mesa al poner la copa.—¿Crees que soy un cobarde? —¿Estás diciendo que me faltan testículos? Rayo elevó una de sus cejas y sus venas se resaltaron en el cuello.—¡Papá, estoy seguro de que Diego no quiso decir eso! Douglas intervino para que las cosas no pasaran a más. Sin embargo, Rayo no se contuvo y continuó. —¿Crees que soy un pendejo por perder a su madre? ¿Me culpas por todo lo que pasó? A decir verdad, los aires se estaban calentando, y quizás hubiese pasado a más, pero en ese momento la puerta se abrió y Alberto entró con el ceño fruncido.—¡Diego, me decepciones, papá, no ha hecho nada malo, yo que soy un niño lo sé! Estoy por cumplir cinco años, pero conozco toda la trayectoria de mi héroe. He investigado toda su vida en internet. La verdad es que Alberto sacó la inteligencia de Rayo, tanto así que es el único de sus hijos que ha logrado cifrar la computadora del CEO.—Alberto, ven aquí. Al l
Mientras que el aterrado hombre tembló al escuchar mencionar el nombre de Rayo. Anteriormente, había tenido problemas con Thiago y fue por eso que huyó del centro de la ciudad. —¡Eso quedó en el pasado! Juro por mi vida que nunca más volvía a diseñar un traje de esos. El señor Rayo me dejó muy claro que no debía hacerlo y yo lo respeté. No tengo por qué mentir.—¡No te creo! Kenneth le golpeó una de las rodillas e hizo que el hombre flaqueara.—Dime. ¿Cuántos trajes hiciste y para quién los hiciste?—¡Juro que digo la verdad! “No fui yo”. Gritó el hombre aterrado: haría cualquier cosa para que no lo maten; por lo tanto, dijo. —¡Lo admito, hace unos meses vinieron unos hombres a verme, querían que les confeccionara el mismo traje, pero les dijo que no y les recomendé vital moda!Kenneth logró hacer temblar a este hombre; por tanto, él solo dijo lo que sabía.—Escuché que ahí trabaja un hombre llamado Edmundo, que es muy famoso en el mundo de la moda. De hecho, es una de las empresas q
Mientras que el aterrado hombre tembló al escuchar mencionar el nombre de Rayo. Anteriormente, había tenido problemas con Thiago y fue por eso que huyó del centro de la ciudad. —¡Eso quedó en el pasado! Juro por mi vida que nunca más volvía a diseñar un traje de esos. El señor Rayo me dejó muy claro que no debía hacerlo y yo lo respeté. No tengo por qué mentir.—¡No te creo! Kenneth le golpeó una de las rodillas e hizo que el hombre flaqueara.—Dime. ¿Cuántos trajes hiciste y para quién los hiciste?—¡Juro que digo la verdad! “No fui yo”. Gritó el hombre aterrado: haría cualquier cosa para que no lo maten; por lo tanto, dijo. —¡Lo admito, hace unos meses vinieron unos hombres a verme, querían que les confeccionara el mismo traje, pero les dijo que no y les recomendé vital moda!Kenneth logró hacer temblar a este hombre; por tanto, él solo dijo lo que sabía.—Escuché que ahí trabaja un hombre llamado Edmundo, que es muy famoso en el mundo de la moda. De hecho, es una de las empresas q