Edgar
Existen dos tipos de personas, las que se quedan en tu vida para cambiarla de repente y las que pasan de paso y te las arruinan por completo, la existencia de Zoe es la razón por la que mi vida se complicó después de dejar que entrara donde juré que nadie se acercaría, pero también sé la clase de mujer que es y de lo que es capaz cuando se siente herida.
—Desde que te encerraron ningún investigador a cargo de capturar a Antón lo pudo hacer— Zeus me informa.
—Mejor ¿no? — aclaré la garganta mientras miraba cada segundo hacia las escaleras para ver si Zoe bajaba con mi hijo.
—Jefe, sé que fu
ZoeMe cuesta decir lo que siento, me arde el alma al ver cómo quiero expresarme y sacar todo lo que tengo dentro, pero cuando estoy frente a él todo cambia, yo dejo de ser la misma por miedo a perder mi propio control.Una semana desde que he vuelto a vivir con Edgar en su casa, siete días desde que lo h
EdgarPuedes mentir y engañar a los demás, pero hacerlo a ti mismo es como mirar a la lluvia y decir creerte que son rayos de sol los que caen cuando sabes muy bien que es lluvia fría que refresca el clima de tu alrededor.
ZoeQuiero amarlo, sentirme amada como lo hacía antes, verme pegada a él y deseo tanto verlo desnudo, de besarlo y no quedarme con las ganas de degustar sus labios, deseo una noche como las de antes y no dejar testigos de nuestra pasión, pero siempre mi egoísmo y el orgullo no me deja avanzar, no puedo continuar lo que tanto anhelo, no puedo perdonarlo porque aún no me ha pedido perdón, no lo hizo y sigue sin hacerlo. EdgarAna María de la Luz era el nombre completo de mi madre, la mujer que me abandonó y me dejó a tan temprana edad, la mujer que lleva en mi casa muchos años y siempre dije que la consideraba mi madre porque realmente lo era, mi madre, la mujer que siempre necesité y que después de años y añosvolvióa aparecer en mi vida como la mujer de la limpieza, con otro aspecto, otra cara pero con el mismo corazón, y pensar que he vivido con este secreto mucho tiempo es como tragarme mi propia lengua una y otra53
ZoeNo fueron ni una ni dos ni tres las veces que le hablé a Edgar sobre Ana, mientras intentaba ablandar su corazón, él ya sabía la verdad y aun así no mostró ni un signo de que lo sabía todo, no me creía que todo este tiempo él era consciente que su madre estaba cerca y aun así no dudó en hablar de ella como si no estuviera bajo su mismo techo.—¿Cómo fue? — pregunté a Ana quebajóecha un mar de lágrimas.—Pensé que sería peor, pero ahora mismo no sé si alegrarme o sentirme más mal de lo que ya me sentía. Lo sabía desde siempre y no dijo nada, me trató bien, pero cómo iba a saber que mi voz aún seguía en su memoria.—¿Tereconociósolo por la voz?Ella a
EdgarUna simple palabra bastó para que Zoe dejara de pensar y centrarse en lo que su cuerpo le pedía. Su piel suave y su pelo despeinado se dejan ver sobre la almohada que tenía al lado, una ducha me refresca al llegar a casa y descubrir lo lindo que qued&
ZoeEra obvio que nuestras diferencias me duelan, mi orgullo está dañado y mis sentimientos lastimados, mi corazón llora y la necesidad de volver a ser lo que era antesmesacuden con fuerzas, y de él solo necesitaba que me pidiera perdón por haber matado al hombre que me dio la vida, tal vez es lo único que necesite escuchar y saber que lo hace con mucha sinceridad, y así poder decirle todas las cosas que tengo guardadas.
EdgarDicen <<quien domina su propio ser, es más valiente que aquel que conquista una ciudad>> y entonces pienso ¿acaso no merezco ser feliz ahora que puedo?, todo por lo que he luchado lo vi reflejado después de concluir lo que siempre tenía en mente, acabar con las personas que me lastimaron, y no solo eso, también llegué a lastimar y terminé por alejar a la única persona que vio algo bueno de mí.Último capítulo