Huye

Mis manos se apretaron en puño y lo observé llena de odio, este hijo de puta, él no puede venir a aquí y simplemente decir estas palabras con esa m*****a cara llena de desdén y superioridad, yo no soy una muñeca, yo no soy una jodida carta de poder, ellos no pueden usarme a su beneficio, no lo voy a permitir, por esa razón solo levente mi cabeza y los enfrente cara a cara, mientras que ellos parecían sorprendido porque por primera vez en toda esta jodida vida yo me mostraba reacia a hacer lo que ellos han decidido por mí y nunca los había cuestionado, nunca había hecho la más mínima muestra de querer enfrentarlos, pero ahora perecía dispuesta incluso en asesinarlos si era posible.

--¿Desde cuándo una omega debe ser la sirviente de un alfa que ni siquiera tiene el mínimo de habilidad que ella? —los rostros de los dos alfas frente a mí se reventaron de enojo, mientras yo me mostraba reacia a querer bajar la cabeza entre ellos, a lo que me levante determinada a hacerle frente, mientras que en ellos sus ojos relució su instinto de conservación, algo que no les ayudaría mucho contra mí

--Ten cuidado con lo que haces y dices Alya, no eres más que una omega, no eres más que…

--Estás equivocado gran alfa, yo soy una omega blanca, una que puede manipular la vida y muerte, una que puede acabar contigo si así lo desea….—me concentre en mi habilidad, en esa que descubrí durante la guerra, aquella en la que no solo puedo curar las heridas de los lobos, también puedo causarlas y agravarlas solo con mi mente, solo recodando todo lo que había llegado a curar, todo lo que me han causado, el problema es que necesito una fuerza terrible para poder lograrlo y en estos momentos no soy tan fuerte, pero ellos no lo saben

--Ya basta m*****a mocosa, ¿quieres que te mate? Si no te comportas mataré a tu madre, la desollaré frente a ti ¿eso es lo que quieres? —hace muchos años él podía manipularme con ello, él podía usar esa palabra solo para que yo bajara mi cabeza y permitiera que me usara, pero el problema es que descubrí que mi madre era igual que él, ellos eran basura para mí, por esa razón solo reí divertida y levante una ceja como quien él decía que lo intentará, que no me importaba

--Adelante hazlo, quiero ver como lo haces, tal vez apretada un poco, y pueda hacer lo mismo contigo…--sé que estaba siendo altanera, pero si ellos no me permitieron acabar ese maldito compromiso por las buenas entonces yo les mostraré que cometieron un grave error

Pero entonces justamente cuando estaba preparada para atacarlo, incluso arrebatando cada pequeña gota de mi energía un gran rugido se escuchó en la distancia, aquello no solo coloco en alerta a los alfas, también lo hizo conmigo, peor ese fue mi mayor error, había perdido por completo mi concentración, pues a los segundos ya estaba en el suelo, Raiden me había dado un fuerte golpe que me dejo en el suelo completamente mareada, ese cuerpo, mi yo de dieciocho años es demasiado débil, soy solo una niña y odio aquello, por lo que fue solo instante ´para tener unas enormes pulseras de plata en mis muñecas, estas puestas por mi madre, aquella que hizo que le mostrara mis dientes y sentimientos de resentimiento hacia ellos solo incremento

--Déjame decirte algo Alya, voy a perdonar esa manera grotesca de contestar a tu alfa y a tu padre, solo esta vez, a cambio seguiremos con nuestro compromiso, después de todo mi mate comprende lo que está sucediendo, que nuestro compromiso es importante, después de todo yo no te cambie Alya, así que te dejaremos encerrada en tu habitación castigada sin agua y sin comida para que puedas pensar en todo aquello que hiciste mal…

--Salte hacia él, pero en un mínimo instante me ataco, aquellas manillas de plata solo hacían que mi fuerza se debilitara, entre más fuerza o energía usara más rápido era debilitada, por lo que caí al suelo completamente doblegada y fui tomada con brusquedad por mi padre --maldito sea el momento en el que decidí tenerte…--no entendí nada de lo que hablo.

Solo fui arrastrada medio mareada hacia mi habitación, en lo que al cruzarme con mi hermano note como este estaba dispuesto a defenderme en ayudarme, pero negué levemente intentando detenerlo, pues no perdonaría que él muriera otra vez, por lo que en medio de mi débil estado logre ver como sus ojos se llenaban de lágrimas y observaba lleno de odio a Raiden quien le daba un suave golpe en el hombro antes de salir de mi casa

Y entonces el tiempo paso, estuve tres días encerrada en el lugar, completamente adormilada y sin fuerza, por lo menos eso aparente, aunque solo estaba esperando, solo estaba allí completamente relajada, intentado que estas malditas cosas no me mataran al moverme mucho, acumulando las energías suficientes para poder escapar, tanto así que cuando note como la luna se mostraba en todo su esplendor entendí que era el momento de salir de allí, así que me levante de mi cama y camine hacia la ventana, aquella por la que solía escaparme las noches de luna llena para subir a la montaña de nieve y ver la penumbra de la oscuridad de aquel lugar, era algo mágico, algo que era solo para mí, incluso creo que antes de morir, justo cuando cerré mis ojos la vi allí, la imagen más perfecta y mágica que había visto

Ahora bajaba con mucha cautela, me moví de manera lenta y con calma, no podía hace movimientos fuertes o llenos de energía, con ellos esas malditas cosas que no he podido quitar de mis muñecas me dejarían noqueada y eso es lo menos que deseo, por lo menos no hasta que salga de este malnacido lugar, mis padres deben estar ahora más que dormidos, además de estar convencidos de que nunca escaparía, ellos suelen pensar que soy demasiado tonta, que no tengo la fortaleza suficiente para poder entregarlo o alejarme de ellos, por eso cuando llegue al suelo y me sonreí mostrando una pequeña victoria en mi rostro aquel se apagó cuando vi una figura frente a mí

--La futura luna no debería estar bajando por una ventana, por esa razón mi alfa me ha enviado a cuidarla, ya veo que le preocupaba…--esto debía ser una m*****a broma, me quede completamente estática en el lugar, en lo que observe Duane, aquel moreno enorme que me causaba demasiado pánico, ese hombre que no le dolerá para nada arrancarte la cabeza en nombre del malnacido de Raiden, el perro fiel solían llamarlo en la guerra, yo lo llamaba el carnicero

--No veo el problema en salir a ver el paisaje que nos ofrece la manada, así que vuelve con Raiden, yo estoy bien…--Duane soltó una mirada llena de recelo y me observo como si lo creyera estúpido, en lo que trague en seco y di un paso atrás cuando note que él caminaba hacia mí

--La llevaré adentro futura luna, usted está castigada y no hay manera que eso pueda hacerme cambiar de parecer…--no, si entraba, si él me encerraba de nuevo yo no tendré ni una sola posibilidad de escapar, no poder hacerlo

--No, no entraré, me iré, no participaré en esto, no lo haré, ya no soy una muñeca, ya no soy un juguete de todos ustedes bastardos…--el ceño de Duane se frunció, por lo que corrí con fuerza hacia él y lo empuje lo más fuerte posible, en lo que su cara dio contra la antorcha que iluminaba en las paredes de mi hogar, haciendo que este solara un berrido lleno de dolor, pero no me importo aunque estaba mareada, aunque estaba agotada con solo ese movimiento, corrí, corrí lo más rápido posible, aunque me tambaleaba, aunque sentía como mi energía poco a poco era robada por aquellas pulseras, yo corrí, corrí hasta la salida de la manada.

Hasta el lugar que me daría la libertad, por lo menos me ayudaría a esconderme de ellos, pero entonces la luz de mis ojos se perdía, mi vista se nublaba y sentía como mis piernas se quedaban sin la más mínima gota de energía, como yo me quedaría para siempre aquí y seria no solo castigada por escapar de mi habitación, también por lastimar a Duane y entones moriré, moriré de nuevo y ahora sin ninguna oportunidad de vengarme, ahora no siendo más que una completa inútil, m*****a sea, m*****a sea por ellos, pero entonces justamente cuando creía que no habría salida y que todo estaba acabado sentí como alguien me apoyaba y me sacaba casi arrastras del lugar, en lo que me escindía tras un enorme árbol y hablaba con delicadeza y casi en susurros, conocía esa voz, lo hacía perfectamente

--Debes despertar, ellos estarán cerca muy pronto—mi hermano quieto mis manillas de plata y dio un quejido al sentir la quemazón en sus manos, pues la verdad es que aquellas cosas a un lobo de bajo estima puede hacer le mucho daño, lo sabía, justamente por mi fuerza no me había asesinado en tres días, pero me tenía demasiado débil—carajo no sé cómo puedes soportar todo esto, en este bolso hay comida, hay agua y dinero humano, debes ir por el norte, los Guiaré hacia el sur, tú debes escapar mientras consiga algo de tiempo y cuando ya se percaten que estaba jugando con ellos, ya será demasiado tarde y…

--No… no mueras por mí, no lo hagas, por favor no lo hagas…--habla llena de dolor, en lo que mi hermano me observo con aquella mirada, justamente la misma que uso justo antes de que lo decapitaran frente a mí y aquello solo hizo que mi corazón doliera y negara llena de dolor

--No moriré, escaparé, Dakari tiene todo listo, nosotros te llamaremos cuando estemos en tierras humanas, no debes preocuparte—negué con la cabeza y mi hermano tomo mi rostro y hablo con determinación

--No moriré Alya, no lo haré, estaremos juntos pronto, lo juro, ahora ve, vete ahora porque una vez que ellos te tenga no te dejaran libre, vamos… cuando nos volvamos a encontrar te contaré todo lo que pude investigar, pero ahora no es el momento, vete ahora…

Alioth me ayudo a levantarme y sentir como mi cuerpo se recuperaba poco a poco, no con la misma velocidad que lo hacía siempre, pero esta vez por lo menos podía pararme y caminar con más rapidez, por lo que corrí de manera lenta, cada vez aumentando con más rapidez, en lo que escuche como mi hermano era encontrado y le preguntaban por mí, este decía que me había visto corre hacia el este, en lo que le habían preguntado por qué no me habían detenido, a lo que mi hermano contesto que no era su problema, que él iría al campo de concentración y que no debía porque inmiscuirse en los problemas de la futura luna con su gran alfa, algo que pareció molestarlo, pues lo golpearon en el estómago y lo dejaron en el suelo, mientras corrían lejos de él.

Era mi oportunidad, debía corre, debía hacerlo, aunque deseaba ir por mi hermano en ese momento, deseaba ir por él, pero ahora no era el momento, debía escapar y luego cuando nos encontremos en el futuro seremos felices, juro por los dioses que así será.

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