—Cuando desperté cerca de mí la verdad es que me preocupe demasiado, fue entonces cuando toque la pared del castillo y este me indico donde estabas, estaba muy preocupado, más cuando note que estabas descalza…—él aún me cargaba en sus brazos en lo que subíamos las escaleras, mientras yo lo observaba fijamente a los ojos, aquellos hermosos ojos dorados que tanto me gustaban desde el primer instante.Tanto fue así que aun en silencio posicione mi cabeza en su pecho y acaricie su rostro con mi mano, todo aun estado en silencio, pude escuchar su corazón con tranquilidad y pude percibir la paz que creía que jamás tendría, aquella que me habían privado en mi antigua vida, aquella que creía no merecer, aquella que estaba segura de que era algo imposible para alguien que debía ser castigada como yo lo era, todo aquel pensamiento que lograba hacerme sentir miserable y llena de tantas cosas, todas ellas, solo me llenaba no más que como simples recuerdos cuando él estaba allí para mí, cuando él
Observe en dirección al sol y pude ver la infinita belleza creada por nuestros dioses, sin duda alguna era magnífica, era una lástima que algo me decía que no sería fácil, que muchos de los que estábamos a punto de iniciar este camino no regresaríamos y que nos encontraremos con horrores que nos lastimarían demasiado, por esa razón observe como mi esposo ahora encontraba hablando firmemente con Hoku y como este no dejaba de observarlo como si estuviese molesto, como si algo que su alfa y príncipe, hubiese sido no más que una locura y un mal acto, aunque yo sabía que ocurría, justamente lo por lo que todos nos observaron cuando bajamos las escaleras y nos encontramos con todos los presentes.Yo tenía el tatuaje en mi clavícula que conectaba con una pequeña fracción de mi cuello, el cual mostraba la marca de apareamiento y unión de vidas en la que nos habíamos sometido el uno con el otro, pues Kialtom tenía todo su brazo tatuado con símbolos de unión, algo que había dejado sin palabra y
El atardecer parecía estar mostrándose a toda amplitud en el lugar, mientras no habíamos llegado a nuestro destino, lo curioso era que la camino estaba considerablemente tranquilo, hace muchas horas ya habíamos salido de las tierras oscurianas y nos encontrábamos en tierras inhóspitas, unas que eran consideradas peligrosas por monstruos y muchos peligros además de lobos rebeldes que se negaban a bajar la cabeza a eclipse e incluso al príncipe Kialtom, todo aquello debido a que este había permitido que su trono fuese robado, mucho no entendían que Kialtom era solo un lobezno cuando paso por todo aquello, además del hecho de que el antiguo rey había mostrado demasiada confianza hasta el punto que ahora las consecuencias podían verse claramente, era más que entendible que estuviesen enojados, pero a mi visita era algo racional.Siempre me había parecido de tal manera incluso en mi antigua vida, pero sabía que ahora no era el momento de pensar en ello, que no debía estar concentrada no má
Fue entonces cuando ella caminó con la elegancia de una loca oscuriana hacia mí y me dio una leve caricia, además de observar a otro lobo acercarse a Seren, mientras yo estaba paralizada igual que todos, no podíamos creerlo, los grandes solo habían desaparecido, y al parecer ellos pelaban con algo que no existía por lo menos así era, pues la verdad es que los que habían lastimado estaba muy heridos, mientras ellos estaban completamente intactos, yo solo observaba de un lado a otro, en lo que note como el enorme lobo oscuriano de cabello rubio casi banco sonrió a Seren y dio un aleve caricia, haciendo que su herida en la nariz dejara de sangrar y se curará instantáneamente, claramente no pudimos evitar escuchar un pequeño clac, en el que Seren gimió un poco y este río, pues al parecer le parecía divertido escucharla quejarse.—Aún no has cambiado mi bella y hermosa Seren…—Seren parecía una pequeña lobezna enamorada, en lo que escuchamos como alguien externo hacia un pequeño ruido con
Todo había pasado tan rápido, justamente en este instante, no habíamos esperado siquiera que el sol diera su primer vistazo, los lobos blancos y nuestros osados solo habíamos iniciado camino, mientras algunos hablaban divertidos y otros parecían preparados para la guerra, en lo que otros tenían su premier reencuentro y parecían no querer separarse y otros pelaban entre sí, pues no estaban dispuestos a perder el amor de su mate, todo era una completa novedad ante mis ojos, todo se veían animados, llenos de lo que parecía determinación para la batalla, pero había algo más que eme tenía inquieta, algo que no había dicho a nadie, pero sería como el castillo me llamaba, sentía como algo estaba mal.Tanto así que había pedido a Kialtom aun en madrugada que nos marcháramos de inmediato, que algo podía estar sucediendo, en lo que observe a mi hermano y él parecía notar lo mismo, él parecía estar igual de inquieto, el castillo nos llamaba, y esperaba que el ataque no hubiese sucedido aun, pues
--el castillo está inquieto, muy inquieto…--no sé si te has percatado Cia, pero hay una gran guerra fuera, las sanadoras están con los lobos heridos y hay lobos de luz afuera luchando con oscurianos, un clásico…--observe a mi hermano fastidiada, mientras Hoku quien tenía estaba muy serio nos había seguido y muchos se habían quedado afuera, solo estábamos mi hermano mayor, Hoku, Kialtom y yo, solo nosotros, nosotros nos encargaríamos de eclipse, así mismo había dicho el quinto príncipe, mientras había enviado a Seren con la guardia de curadores blancos, pues necesitarían ayuda, aunque Hoku le disgustara--no me refiero a eso tonto, hay algo mas, ¿Qué no lo escuchas?--mi amor, tal vez estás inquieta…--no te atrevas hacerlo de nuevo, ustedes no lo comprenden hay algo fuera de su lugar, hay algo que o debe estar allí y si es tocado o cambiado, puede que sea la perdición, eso dice, lo repite una y otra y otra vez… ¿De verdad no lo escuchen?—ello me observaron completamente incrédulos a
No, no, no puede ser, no, observe esos ojos negros, esa expresión completamente aterradora, mientras daba un paso hacia él y era detenido por Nash, quien se veía igual de tenso que yo y parecía estar completamente aterrado, pero no comprendía que estaba sucediendo, la verdad que no entiendo nada, más cuando note que el mismísimo eclipse parecía estar a punto decorar al igual que aquellas que nos habían tendido la trampa, aquellas que parecía estar a punto de gritar, pero de la nada solo cayeron de rodillas parecían estar a punto de iniciar a suplicar por ayuda, pero estás de la nada solo había caído completamente muertas, eso me había dejado aterrado, jamás había visto algo como sus muertes, aquellas en las que el rostro de las lobas estaba en completo terror, jamás me pareció que Cia fuera alguien peligrosa o malvada.Pero al ver su gesto lleno de diversión y al parecer encantado con el hecho de que le había hecho mucho comprendí que esa no era mi parea, además no sentía nuestro lazo
—No… Kialtom, Kialtom… no… no…—los gritos se escuchaban en la distancia, Nash había corrido hacia mí y había apartado a su hermana, en lo que Hoku, con sus ojos llenos de lágrimas me tomo en sus brazos y negaba al parecer intentando hacer lago, ellos no sabían si quitar la daga, no sabían si retirarla o no, no sabían que hacer mientras mis ojos estaban fijos en los suyos en aquello que ahora no tenían ningún tipo de expresión mientras veía los míos, mientras observaba todos a su alrededor, mientras notaba que todos lloraban y parecían estar a punto de mostrarse irremediablemente desconsolados.—Tranquilo amigo, tranquilo… quitaré la daga y te curaré, yo te voy a curar lo haré…—observe a mi amigo y supe que no había remedio, él no era un curador, aunque fuese de la familia real, su talento no es curar, de hecho, él solía decir que aquello era una mierda y que muchas veces ni siquiera al mismo podía llegar a curarse bien, además está herida, está herida me apaga poco a poco, esta herida