¿Quieres intentarlo?El corazón de Madison latía con fuerza, casi podía escucharlo retumbar en sus oídos mientras observaba al hombre que se acercaba a ella. Era como si el tiempo se hubiera detenido, y todo a su alrededor se desvaneciera, dejándola sola con aquel desconocido que la miraba con intensidad.El hombre era más alto cuando estuvo frente a ella, con una figura atlética que se destacaba bajo su traje oscuro y elegante. Sus ojos azules la atravesaban con una mirada penetrante, y sus labios esbozaban una sonrisa cautivadora que enviaba escalofríos por su espalda.Madison se sintió repentinamente consciente de sí misma, de su vestido ajustado, de la forma en que se aferraba a su bolso con nerviosismo.Sin embargo, algo en la seguridad y el magnetismo de su presencia la atrajo hacia él, como si estuviera hipnotizada por su mirada y su presencia dominante.Él exudaba confianza y sensualidad, sobre todo porque en esa sonrisa le mostraba a quien fuera que él podía solo con lo que s
Puedo hacer los tuyos, realidad… El susurro de Omar resonaba en los oídos de Madison como un eco seductor que la envolvía por completo. Su corazón latía con fuerza, y una mezcla de emoción y nerviosismo la invadió de pies a cabeza, como si, en vez de huesos, hubiese sido suplantado por gelatina. Había algo en la presencia de ese hombre que la atraía de una manera que no podía explicar, algo que la tentaba a dejar atrás todas sus inhibiciones y sumergirse en un mundo… en el mundo de ese hombre. Ella se apartó un poco, nada más para ver que la boca del hombre se volvía a curvar, y sintió cómo su corazón latía con fuerza en su pecho. Su rostro se calentó al sentir la proximidad de Omar, y podía incluso oler su aliento cálido rozando su piel. Era como si estuviera atrapada en un hechizo, incapaz de apartar la mirada de esos ojos azules penetrantes que la miraban con deseo. —Yo… no… ¿Está loco? —murmuró Madison con apenas un susurro en medio del bullicio del club. La idea de compartir
Ellos no harán nada… Omar observaba a esta chica desconocida con una mezcla de fascinación y satisfacción mientras ella luchaba con sus propias emociones y deseos. Había algo en ella, en su forma de moverse, en la chispa de curiosidad en sus ojos, que lo intrigaba más de lo que estaba dispuesto a admitir. Cuando la vio vacilar antes de tomar otra copa, y sabía que ya había tomado muchas, una sonrisa juguetona se curvó en sus labios. Sabía que estaba jugando con fuego, que estaba desafiando los límites de lo aceptable, pero no pudo evitar sentirse atraído por el brillo de emoción en los ojos de esa chica, que ya sabía que estaba teniendo su hora de rebeldía. Ella no era igual de manejable que las otras mujeres, a leguas podía reconocer que era inexperta, y que por supuesto estaba experimento un mal momento para venir a un antro con su amiga, e inundarse de alcohol. Cada gesto, cada mirada, cada contacto entre ellos estaba cargado de tensión y deseo, alimentando el fuego que ardía e
Dile cómo te llamas… Madison despertó con una resaca que le martillaba el cráneo, como si un equipo de construcción estuviera trabajando dentro de su cabeza. La luz del sol se filtraba a través de las cortinas entreabiertas, enviando destellos dolorosos a sus ojos. Se incorporó lentamente, sintiendo cada músculo de su cuerpo, protestar por el abuso de la noche anterior y, sobre todo, un estómago que se giraba, creándole náuseas.Sabía que había cruzado una línea esa noche, que había llevado las cosas demasiado lejos, y se prometió a sí misma ser más cautelosa en el futuro, porque estaba viva, aunque no sabía en qué se había metido.Con un gemido, se dejó caer de nuevo sobre la almohada, recordando los eventos borrosos de la noche anterior. El encuentro con Omar, las copas interminables, los besos ardientes y su obra maestra, el vómito en todo su esplendor.Se pasó una mano por el rostro, tratando de hacer un recuento de los hechos con una mente aún nublada por el alcohol y el cansanc
Encontré a tu hija… La revelación del nombre de Madison resonó en la habitación como un eco cargado de significado. Omar se quedó petrificado, con la mirada fija en Madison, como si no pudiera creer lo que acababa de escuchar. Por su parte, Madani observaba la escena con una sonrisa misteriosa, como si estuviera disfrutando del espectáculo.Después de unos segundos de silencio tenso, Omar recuperó la compostura y se enderezó en su asiento. Sin embargo, su expresión seguía mostrando sorpresa y desconcierto.—¿Madison Walker…? —repitió lentamente, como si estuviera saboreando las palabras—. ¿De verdad?Madison asintió con cautela, sintiendo el peso de la atención de ambos hombres sobre ella. Se preguntaba qué significaba ese nombre para Omar y por qué había reaccionado de esa manera.—¿Qué… qué significa esto? —preguntó con un tono de voz más bajo de lo habitual y no apartó la mirada de él.Madani se adelantó un paso, con una mirada penetrante que parecía leer los pensamientos de todos
Tengo que arreglarlo… El sol brillaba con intensidad sobre las calles de San Francisco, mientras Madison caminaba con paso rápido, tratando de alejarse lo más posible del hotel, donde acababa de tener un encuentro tan desconcertante. Las palabras de Omar y Madani resonaban en su mente, envolviéndola en una neblina de confusión y ansiedad. No podía evitar sentirse abrumada por la revelación de que su nombre había desencadenado una reacción tan inesperada en esos dos hombres. ¿Qué significaba todo eso? ¿Por qué su identidad parecía tener tanto peso en ese lugar? A medida que caminaba por las concurridas aceras, se sentía como si estuviera siendo observada, como si una sombra invisible estuviera siguiéndola a cada paso. Se detuvo en un cruce de calles, tratando de controlar la creciente sensación de paranoia que se apoderaba de ella. —Tranquila, Madison, tranquila —se dijo a sí misma en un intento de calmar sus nervios—. Todo esto debe tener una explicación lógica. Sin embargo, por
Esto no le gustará al jefe… Madison llegó al hotel con determinación en sus pasos, su corazón latía y se quedó mirando el edificio alto mientras trataba de controlar su respiración. Sabía que tenía que enfrentar a ese hombre y dejarle claro que su intento de comprarla no funcionaría. No importaba cuánto dinero gastara en ella, Madison no estaba dispuesta a ser controlada o manipulada por un completo extraño. Además de que no sabía lo que había detrás de toda esta generosidad. Ni mucho menos de su verdadera intención.Cuando llegó, se metió al edificio, se fue a la recepción, pero se detuvo un momento para recuperar el aliento. Se aseguró de que su postura fuera firme y su expresión determinada antes de hablar:—Hola… necesito regresar a la habitación en la que estuve ayer…La mujer ajustó sus gafas y la miró con el ceño pronunciado.—¿Disculpe? ¿Quién es usted?Madison pasó un trago.—Soy… dígale a ese hombre… él se hospeda aquí…—Señorita, tenemos más de cien personas hospedadas en
Somos una buena familia… Madani mantuvo su compostura mientras observaba la escena frente a él. Esta familia literalmente trataba a Madison como a una sirvienta, y él tuvo que tomar un trago de su bebida esperando que Omar no se volviera loco y jodiera todo el plan.Por su parte, Madison no dejaba de pensar. Sentía un nudo en el estómago y solo pensó que este hombre estaba aquí, para descubrirla ante su familia. Y era de seguro que su madre y su padre no lo iban a soportar, después de lo que había hecho, quizás hasta la echarán de su casa.Y no podía permitirse eso ahora.¿Qué haría?—Señor… ¿De qué empresa es? —ella se atrevió a preguntar con los ojos inyectados de indirectas, pero rápidamente fue interrumpida por su hermano.—¿Eso te importa, Madi? Deja en paz al señor… son negocios de papá, y él…—Ni que fueses a ayudar a papá… Madi… —Emmy dijo torciendo los ojos y Madani miró a Madi.—Una multinacional… muy importante —Madison pasó un trago.—¿Usted fuma? Tengo unos buenos cigarr