SÍ, ESTÁS CONDENADA…Madison se quedó sin aliento, sus pensamientos se agolpaban en su mente mientras intentaba procesar la revelación que acababa de escuchar. Omar Al-Amad, el hombre con el que había compartido momentos íntimos, risas y confidencias, resultaba ser nada menos que el Emir de Omán y Yemen. La realidad golpeaba con fuerza, y ella se encontraba en medio de un torbellino de emociones y preguntas sin respuesta.—¿Eres el Emir? —repitió Madison como una tonta, todavía incrédula, buscando en los ojos de Omar alguna señal de que esto fuera una broma de mal gusto.Omar permaneció en silencio por un momento, dejando que sus palabras se asentaran en la mente de Madison. Sabía que esta revelación cambiaría todo, que tendría que enfrentar las consecuencias de su verdad, pero también sabía que era necesario que Madison supiera quién era realmente.—Sí, Madison… lo soy… —confirmó con seguridad mientras ella abría más los ojos.Un mar de preguntas inundaba la mente de Madison, pero u
YEMEN…Madison se sentía como si estuviera parada en el borde de un abismo, con el vacío extendiéndose frente a ella. Las palabras de Omar resonaban en su mente, llenándola de una mezcla de miedo y emoción a la vez. De hecho, solo esa sonrisa que de cierta forma le daba la seguridad, es la que la sostenía, porque con Omar, ella nunca sabía si era real.De lo que no tenía duda, es que estaba en un punto crucial de su vida, y la decisión que tomara en cualquier momento, tendría un impacto profundo en su futuro.—Omar… no sé si hablas en serio, pero esto es mucho por procesar ahora mismo… —murmuró, sintiendo el peso de la incertidumbre sobre sus hombros.Él la miró extendiendo la sonrisa mientras sus ojos oscuros reflejaban determinación.—Lo sé… pero soy sincero. Quiero que sepas que estoy aquí para ti, pase lo que pase. No tienes que enfrentar esto sola…—¿Enfrentar?—Me refiero a todo… yo…—¿Qué quieres decir con que estoy condenada? —preguntó, buscando claridad en medio de la confus
ALGUIEN TENÍA QUE DECÍRTELO…La declaración de Omar resonó en el aire como una bomba, dejando a Madison sin aliento y a los presentes en estado de shock. La sorpresa se reflejaba en cada rostro mientras miraban a Madison con una mezcla de incredulidad y curiosidad.El aire también se volvió denso en el patio del palacio de Yemen mientras las palabras de Omar resonaban en el aire. Madison sintió que todos los ojos se clavaban en ella, y una sensación de nerviosismo la invadió por completo. ¿Novia? La palabra parecía tan cargada de significado en ese momento, y aunque sabía que su relación con Omar era especial, nunca había considerado que llegarían a ese punto.Las miradas de sorpresa y curiosidad de los presentes se transformaron en murmullos susurrantes, mientras Madison se esforzaba por mantener la compostura bajo la intensidad del escrutinio de aquellos que la rodeaban.Unos completos desconocidos para ella.Omar, por su parte, la sostuvo con firmeza con una expresión serena pero
SI… ME PAREZCO MUCHO A ELLA… —Tío… —Omar tocó el brazo de su tío, sacudiendo de forma suave, mientras su mirada notaba la palidez de su rostro, y lo debilitado que se veía esta vez.Alrededor había una serie de máquinas, las enfermeras ya habían salido, y se encontraban totalmente solo.—Omar… —Rashi sonrió al verlo y le puso la palma en el rostro—. Me alegra verte… esta gente… no ha hecho sino… fastidiarme…Omar frunció el ceño lleno de preocupación. Su tío se veía agotado, incluso para hablar.—¿Te sientes como te ves? —Rashi amplió más su sonrisa—Tan jodido me veo…—Realmente sí… pero nada que no se arregle con un buen baño y perfume…Rashi negó, pero luego pasó un trago.—¿Estás aquí porque te dijeron que me puse enfermo o…?—Por ambas cosas… —Rashi intentó sentarse.—Cuando hablé contigo, me dijiste que la encontraste… ¿Cómo es?Omar soltó el aliento y se rascó los ojos.—Bellísima… —Rashi frunció el ceño.—¿Hablaste con ella…? —Omar abrió la boca, pero la volvió a cerrar—. ¿O
QUIERO QUE HAGAS ALGO POR MÍ… El silencio se instaló en la habitación, pesado y denso como una losa. Madison miraba a Rashid con una mezcla de curiosidad y nerviosismo, mientras Omar se sentía cada vez más incómodo ante la situación que se había desencadenado.Rashid luchaba por controlar las emociones que amenazaban con desbordarse en su interior. Había pasado tantos años sin saber de la existencia de Madison, sin imaginar siquiera que tenía una hija, y ahora se encontraba frente a ella, sintiendo un torbellino de emociones que lo abrumaban.—Debe ser muy bella… —Pensó que Madison sonreiría ante el cumplido, pero ella solo bajó la cabeza y Omar le comenzó a hacer muecas, como de muerte y Rashid se apresuró a cortar el tema—. ¿Cuánto tiempo te quedarás?Omar volvió a rodar los ojos mientras Madison negó.—No lo sé… puede que sea corto mi periodo de estadía…Omar frunció el ceño mirando a Madi y comenzó a mover su rodilla.—En cualquier caso… —Rashid dijo agitado—. Siempre serás bien
HAY ALGO QUE… El silencio se hizo palpable en la habitación mientras Mirel esperaba ansiosamente la respuesta de su padre. Rashid la miraba con una mezcla de sorpresa y preocupación, consciente del peso de lo que su hija acababa de pedirle. —Mirel, hija… —comenzó Rashid, tomando su mano—. Entiendo lo que estás sintiendo y sé cómo tienes a Omar en tu cabeza. Pero no puedo interferir en los asuntos personales de él. Él es libre de tomar sus propias decisiones. Además, lo conozco como la palma de mi mano, Mirel… nunca haría algo que otra persona quiera, e incluso tampoco se lo pediría… ya sabes cómo es… Mirel sintió un nudo en la garganta al escuchar las palabras de su padre. Sabía que él tenía razón, pero, aun así, no podía evitar sentirse desesperada por retener a Omar a su lado. Y más con esta sorpresa que ella no esperaba. No estaba segura si esa mujer era un peligro, pero el hecho de que fuese extranjera era un punto a su favor. De seguro, Omar estaba convenciéndola de que se ac
ES… IMPOSIBLE…El corazón de Madison latía con fuerza mientras observaba a Omar, quien parecía sumido en un torbellino de emociones. La luz de la luna iluminaba sus rostros, añadiendo un halo de misterio al momento, sin embargo, ella sentía algo de lo que sabía que no estaba preparada.—¿Ocultándome algo? —repitió Madison, con una mezcla de sorpresa y ansiedad—. ¿De qué se trata?Omar exhaló profundamente, como si estuviera preparándose para lo que iba a decir a continuación. Sabía que no podía postergarlo más, que Madison merecía la verdad, por más difícil que fuera.El corazón de Madison empezó a latir con fuerza mientras esperaba a que Omar continuara. Una oleada de preguntas e inquietudes invadió su mente, pero se obligó a mantener la calma y esperar a escuchar lo que él tenía que decir.—Lo que voy a decirte puede cambiarlo todo… y no puedo prometerte que será fácil de aceptar… pero necesitas saber la verdad…Madison asintió, instándolo a seguir adelante.—Madison… yo… —Omar titu
¿CÓMO SERÍAN?El corazón de Madison retumbaba en sus oídos, su respiración estaba trancada en su garganta, y aunque intentara controlar las lágrimas, en este punto ella no podía.Se detuvo en un pasillo y se recostó a él para cerrar sus ojos.Esto no podía ser verdad. ¿Cómo?Su boca se apretó y un gran sollozo salió de su boca.—Esto no puede estar pasando… —de un momento a otro sintió que todo le daba vueltas, era como un ataque de pánico.Estaba en un país que no conocía, con gente que no sabía ni quién era.Ella tenía la culpa de todo.Se tomó de las paredes mientras el pánico la invadía, mientras su mente le repetía una y otra vez.“Eres su hija…”La realidad era implacable, y los recuerdos de las palabras de Omar se repetían una y otra vez en su mente, como un eco doloroso que no podía silenciar.¿Cómo era posible que ella fuera la hija de ese hombre, Rashid, del que apenas sabía nada? ¿Cómo podía haber estado tan cerca de Omar sin siquiera sospechar la conexión entre ellos? Las