REINA DEL ODIO. CAPÍTULO 15. Esto entre los dosMe encantan esas palabras, ni siquiera puedo negarlo. ¿Opciones? ¿Este niño malcriado que se cree el último oasis del desierto viene y me dice que si tiene opciones, después del espectáculo donde me ha dicho que me cobrará su dinero como sea?La atmósfera se vuelve densa, y el error de Christian St Jhon es pensar que este es mi primer rodeo, así que mi respuesta es corta, precisa y casi encantadora mientras me inclino hacia él.—Si no te gustan esas opciones, siempre puedo firmarte un cheque por tus veinte millones y te largas de mi maldit@ empresa ahora mismo —sentencio y veo a Regina salir de aquí demasiado rápido. Christian me sostiene la mirada por un segundo. Solo un segundo, antes de caminar hacia la puerta y creo que se irá... y ese es mi error.Pasa el seguro tan rápido que apenas tengo tiempo de reaccionar y cuando camina de vuelta a mí me sobresalto… muy tarde. Las luces de la oficina proyectan sombras largas sobre su rostro,
REINA DEL ODIO. CAPÍTULO 16. Un encuentro con recuerdosPara cuando la puerta se cierra detrás de él, mi corazón todavía parece el de un caballo de carreras. No sé ni qué acaba de pasar, algo dentro de mí está un poco en shock, pero no puedo negar que hay una sonrisa en mi cara, una que no se borrará de ahí en un buen tiempo porque esa amenaza, eso de que las cosas no han terminado entre él y yo, de verdad me gustó.Christian es… diferente. Un poco como yo, supongo. Nadie que lo ve puede imaginar de cuántas cosas es capaz, pero yo sí. Quizás es por eso que reaccionar a él es algo tan natural, pero es un sentimiento que no puedo permitir que me domine.Paso el resto del día siguiendo las métricas de nuestra inversión para asegurarme de que Regina no tenga problemas, y estoy a punto de salir de la oficina cuando mi teléfono vibra en mi bolso.Lo saco con desgana, esperando algún recordatorio de una reunión o un mensaje de Ruby preguntándome si quiero cenar con ella y Regina. Pero no.Es
REINA DEL ODIO. CAPÍTULO 17. Peligrosas provocaciones.Estoy revisando unos informes en el salón de mi casa cuando el teléfono empieza a sonar y escucho al voz de mi asistente."Señorita Lynch, el señor Finnigan, de TradeLink, está solicitando una entrevista para presentarse en Crown Capital. Quería preguntarle si lo recibirá."Sus palabras me hacen fruncir el ceño.Ese asqueroso está tratando de sobrevivir como pueda, Regina lo está acorralando por todos lados, así que alguna trampa debe estar preparando.—Dile que le devolverás la llamada cuando el CEO de Crown Capital tenga un hueco en su agenda. Luego te daré más instrucciones —le digo a mi asistente, pero la verdad es que yo misma tengo que esperar por instrucciones.No puedo hablar con Regina de esto por teléfono porque sé que es un tema delicado, así que Ruby y yo la esperamos hasta que llega. Estoy preocupada por esto, sé lo que pesa una recaída en momentos de crisis, pero no hay forma de que pueda endulzarlo.—Acabo de recibi
REINA DEL ODIO. CAPÍTULO 18. Quién para juzgarNo puedo evitarlo, y lo peor es que es algo que jamás había sentido por ningún hombre. El simple susurro de sus labios me eriza la piel. Christian St Jhon tiene algo que…—No digas nada —le advierto porque acabo de provocarlo y ya tengo miedo de que me responda.—Ni siquiera he abierto la boca —me dice con tono inocente.—Pero lo ibas a hacer —le digo y veo que me mira de arriba abajo, y la contradicción es que aunque espero lujuria, todo lo que hay en sus ojos es admiración.—Eres hermosa —dice sonriendo de lado—. Eres la criatura más hermosa y más letal que he conocido.Levanto una ceja y me apoyo en su mano cuando me lo ofrece.—Oye, no vayas diciendo eso por ahí. La gente puede hacerse ideas equivocadas —le reclamo y mi aliento se corta mientras tira de mí hacia él.—“De mujer… pues puede ser /que mueras de su mordida, /pero no empañes tu vida /diciendo mal de mujer” —recita con descaro y mis dientes van a su cuello, arrancándole un su
REINA DEL ODIO. CAPÍTULO 19. Una representante médicaLlego a casa y me dejo caer en el sofá, sin siquiera encender las luces; la oscuridad siempre me ha parecido reconfortante. Cierro los ojos y respiro hondo.Me repito a mí misma que está bien, que no debería importarme que Christian no quiera verme más."Tú no esperas nada de los hombres", me digo y lo cierto es que, no. No tengo expectativas de nadie.No debo tenerlas.Si las personas que más debían amarme en el mundo me fallaron, ¿cómo puedo creer que no me fallará un extraño? He sido estúpida al hacerme ilusiones de que Christian sería diferente, que sería el que finalmente me tratara como… como algo más que una jodida opción.Pero Christian no es diferente.Me quito los zapatos, el vestido que aún llevo puesto desde la gala, y me dirijo al baño. El agua caliente cae sobre mi piel, pero no alivia la sensación de vacío en mi pecho. Ya debería estar acostumbrada ella y me molesta que no sea así.Me convenzo a mí misma de que lo qu
REINA DEL ODIO. CAPÍTULO 20. AlmaChristian no se mueve de mi lado el resto de la noche, pero cuando amanece, insiste en que coma algo y me lleva a la cafetería del hospital.Estoy en piloto automático y todo me parece borroso. Ruby y Regina son todo lo que tengo en mi vida, no puedo perder a ninguna de las dos, así que esto me está afectando más de lo que cualquiera podría imaginar.Solo alcanzo a escuchar la voz de Christian de fondo, hablándome con suavidad, como si temiera que me rompiera en cualquier momento. Me sienta en una silla mientras va por un café y entonces, de repente, escucho una vocecita infantil.—Señora, se le cayó esto.Levanto la vista para ver a una niña de cabello rubio ondulado y ojos oscuros, que sostiene algo que se ha caído de mi bolso.Siento que la sangre se me hiela en las venas cuando la veo y mi rostro se desencaja sin que pueda evitarlo.—¡¿Qué haces aquí?! —pregunto alcanzando sus manos y mirándola de arriba abajo—. ¿Estás bien? ¿Qué te pasó? ¿Por qué
REINA DEL ODIO. CAPÍTULO 21. Una madre y su hijaLloro porque lo necesito, porque si no lo hago siento que voy a morirme de una vez. He tenido este dolor atorado por tantos años que ya no sé cómo calmarlo, como si me hubiera hecho resistente al alivio. Pero ella estuvo aquí, me vio, me habló… y yo sigo viéndola como si tuviera todavía tres meses y me la estuvieran arrancando los brazos.Christian me envuelve en un abrazo apretado y me deja llorar, no sé cuánto tiempo, solo que para cuando volvemos adentro mi cuerpo se siente como si estuviera en inercia: existiendo porque debe.Esperamos dos horas más para que nos den un nuevo reporte de Ruby, Regina y Viggo ya están aquí de nuevo y por suerte los resultados son mejores que la última vez.Dejo a todos conversando sobre el alivio que representa esto, y espero a que estén ocupados para escabullirme de la salita de espera.No puedo evitarlo, mis pasos se dirigen al ala de oncología del hospital, y busco con la mirada en casa pequeña habi
REINA DEL ODIO. CAPÍTULO 22. La mejor madre del mundoEstoy sentada en el sillón junto a Christian, con el vaso de whisky que ha puesto entre mis manos. No me gustan este tipo de conversaciones, las que nos llevan a territorios que preferiría dejar olvidados, pero algo en su mirada me hace sentir que ya no hay vuelta atrás; como si me estuviera obligando a abrir una caja que ni siquiera yo me atreví a tocar en años.—¿Cómo te diste cuenta? —le pregunto, aunque ya sé que la respuesta no va a ser sencilla.Christian deja el vaso sobre la mesa de vidrio con una suavidad extraña, como si no quisiera romper algo. Después me mira, y sus ojos parecen profundos, demasiado analíticos.—Mi éxito depende de eso, Verónica —responde, como si fuera lo más obvio del mundo—. Dependo de poder evaluar a las personas y soy bastante bueno leyendo entre líneas.Su tono es serio, casi desapasionado, pero lo que dice tiene sentido. Tiene mucho sentido.—Una mujer fría y dura como tú no se pondría mal por ve