CAPÍTULO 126. Como la primera vez—Quiero cada centímetro de ti… —Esa voz ronca a lenta sobre mi oído hace que hasta la última de mis fibras se estremezca.—Hablas como si fuera un trozo de carne —lo provoco solo para molestarlo y él baja despacio la blusa sobre mis hombros, mientras su boca recorre la piel e mi garganta y sigue bajando.—¡Oye, más respeto con mi carne! —sisea juguetón y mis manos van al mueble que tengo detrás, tratando de sostenerme.Hay algo casi insoportable en la forma en que me toca. Viggo no está hecho para la paciencia, para las caricias pausadas o los gestos suaves. No es su estilo. Me fascina la manera en que su aliento se vuelve errático, cómo su piel reacciona al contacto y se estremece contra la mía.Una de sus manos me recorre con un propósito claro, mientras la otra se aferra a mi cintura con una firmeza posesiva, y me empuja lentamente hacia el cuarto mientras me desnuda. Mi respiración se entrecorta cuando su pulgar roza uno de los pezones, activando
CAPÍTULO 127. DiamantesUn latigazo de anticipación recorre mi clítoris hasta mi nuca y las manos de Viggo sobre mis pechos son como un pasaje directo a la locura. Siento su erección contra mi trasero y sé que cuando dijo que mis maldiciones son “acumulativas”, significa que de verdad voy a necesitar otra semana, de reposo, pero no me importa.El calor de Viggo entre mis piernas me hace morder los labios, pero él desliza sus dedos dentro de mí antes de que pueda contenerme más. Jadeo mientras lo siento adentrarse, reclamando cada centímetro de mi cuerpo. Ha pasado demasiado tiempo y lo necesito, así que no puedo evitarlo: lo recibo con una desesperación absoluta. Me mide, empuja, escurre cada gota de humedad dentro de mí y la verdad es que no lo veo venir… quizás ese es todo el propósito de mantenerme inmóvil.Lo escucho reír fugazmente antes de penetrarme con fuerza, arrancándome el aliento. Mi grito llena la habitación mientras él embiste profundo, chocando contra el final de mi sex
CAPÍTULO 128. Un día diferente.DOS AÑOS DESPUÉS.Observo mi reflejo en el espejo, pero mis ojos no se detienen en mi rostro maquillado, en mis labios pintados con precisión o en el peinado que llevo cuidadosamente arreglado.Mi atención está en mi mano. En el anillo que brilla en mi dedo.Aún no puedo creer que le haya dicho que sí a Viggo en medio del post sexo más violento de nuestras vidas, pero al parecer lo hice.Suelto una risa baja por lo absurdo de la situación. Me acomodo en la silla y cierro los ojos sintiendo el roce de uno de mis piercings, es obvio que este condenado a preparado mi vida para que lo recuerde al más mínimo movimiento; y me doy cuenta de que Viggo Massari es un poco algo así como Thanos: inevitable.Paso el dedo sobre la delicada pieza de joyería que es este anillo de compromiso en mi mano. No es un anillo de compromiso convencional, ni fue entregado en un escenario romántico con una rodilla en el suelo. Fue una promesa entre nosotros, una que Viggo selló s
CAPÍTULO 129. Un virus solidario.Despedirme de Viggo nunca ha sido fácil, y menos cuando tiene esa cara de cachorro enfermo por más que trate de disimularla. Pero la verdad es que no puedo ir a hacer los trámites con él si quiero que esto sea una sorpresa.—En serio, no es necesario que me mires así —le digo, ajustando mi bolso en el hombro después de dejarlo acomodado en su oficina porque por supuesto que el macho alfa lomo plateado insistió en ir a trabajar—. Solo voy a mi oficina y después haré un par de cosas.Viggo me observa su escritorio, con el cabello alborotado y el ceño ligeramente fruncido.—¿Qué cosas?—Cosas.Él ladea la cabeza con sospecha.—No me gustan tus "cosas".Me inclino y le doy un beso rápido en los labios.—Tendrás que confiar en mí.—Siempre lo hago —susurra contra mi boca.Le hago un guiño antes de salir y me apresuro hacia el juzgado. Estoy emocionada. ¡Voy a hacer los trámites preliminares para casarme con Viggo! ¡Y él no tiene ni idea!El proceso en el j
CAPÍTULO 130. TresNo puedo respirar. Mi corazón está desbocado y siento que la habitación gira a mi alrededor. Apenas escucho las palabras del médico, pero su expresión seria me pone aún más nerviosa.—¿Es verdad? —logro preguntar con un hilo de voz, sintiendo que mi mundo entero está a punto de derrumbarse.—¿¡Qué demonios está pasado?! —reclama Viggo abrazándome mientras los sollozos se atoran en mi garganta, pero la atención del doctor solo está enfocada en calmarme a mí.Lo veo asentir con una mirada comprensiva pero profesional. Es evidente que ya revisó mi expediente médico y sabe a lo que se enfrenta.—Sí, Regina, es verdad. Pero necesitamos hacer una ecografía para determinar cuántas semanas tienes y asegurarnos de que todo está bien. Tus niveles hormonales están demasiado elevados.Mi estómago se revuelve aún más, y no tiene nada que ver con las náuseas. Estoy embarazada. Eso es lo que significa esta sala con un ecógrafo. Estoy embarazada y algo va mal incluso antes de empez
CAPÍTULO 131. Un matrimonio por amorCuando el médico nos deja solos, siento que mi cuerpo por fin reacciona. Mi mente todavía está atrapada en el momento en que escuché la palabra trillizos, pero mis brazos encuentran el camino hacia Viggo sin que tenga que pensarlo. Nos abrazamos con fuerza, como si eso pudiera estabilizarnos, como si al fundirnos en un solo ser pudiéramos entender mejor lo que acaba de pasar.Viggo me besa. No es un beso suave ni tiene intención de calmarme, es uno desesperado, como si necesitara grabarse en mi piel y asegurarse de que esto es real.—¡Es la mejor noticia del mundo! —susurra contra mis labios, con la voz cargada de emoción—. Te amo, reina. No sé cómo pasó esto, ni siquiera lo habíamos pensado pero… es genial, es maravilloso, te amo.Cierro los ojos y dejo que la calidez de sus palabras me envuelva. No sé si estoy en shock, si estoy aterrada o si la felicidad me está inundando por completo. Quizás todo a la vez.Alcanzo su cara entre mis manos y lo b
CAPÍTULO 132. Hasta el fin de mis días.—Me encanta esa propuesta —dice Viggo, con esa sonrisa suya que siempre me derrite—. Por supuesto que me casaré contigo.Sus palabras me llenan de alegría, y siento cómo mi corazón late más rápido. Escuchar su confirmación es simplemente… mágico. Me acerco a él y lo abrazo con todas mis fuerzas, como si así pudiera contener toda la felicidad que me invade.Nos besamos, nos acurrucamos, nos abrazamos, este es el puto concierto de los mimos…“¡Lenguaje!”¡Ay, maldit@, no me asustes así!“¡Lenguaje, que ahora traes tres y te tocan nueve meses sin castigos!”¡Eres mala, escritora!“¡Te jodes! ¡Ups, lenguaje! ¿Me prestas a tu marido para…?”¡Ya lárgate que tengo que seguir contando!En fin. El festival de los ñoños es lo que tenemos aquí.—¿Crees que quizás sea hora de mudarnos del departamento a una casa familiar? —le sugiero a Viggo y noto cómo su expresión se ilumina aún más.—Podemos hacer eso. ¡Por supuesto! Además, puedes remodelar mi casa todo
CAPÍTULO 133. ÁngelesSEIS MESES DESPUÉS.Han pasado seis meses desde que descubrimos que estamos embarazados, y tres desde que nos mudamos a nuestra nueva casa, y la emoción en el aire es palpable. Viggo está decidido a armar la cuna del bebé por sí mismo.—¡Es algo que todo padre debe hacer! —repite una y otra vez, como si eso le otorgara algún tipo de superpoder.Me encanta verlo tan entusiasmado, pero a medida que lucha con las instrucciones, puedo ver que su confianza comienza a tambalear.—¿Estás seguro de que no quieres ayuda? —le pregunto, mientras me recargo en el marco de la puerta, cruzando los brazos y tratando de ocultar una sonrisa.—¡No! —responde, frunciendo el ceño en su concentración—. Puedo hacerlo. Solo… dame un segundo.Cinco minutos después, está mirando la caja como si fuera un rompecabezas del que no tiene idea por dónde empezar.—OK, tal vez una ayudita no estaría tan mal. Soy CEO, no carpintero… —Suspira y toma su teléfono—. Voy a llamar a Ren y a Christian.