Cuando despertaron se dieron cuenta de que era de noche, habían perdido la noción del tiempo, el cielo estaba muy oscuro y la luna, como si fuera un farol, iluminaba el océano, que se estremecía y se esparcía como una espuma blanca, como si estuviera encerrado en una botella.―¿Qué es eso? ―quiso saber Lucía.―No lo sé, mi amor, creo que deberíamos irnos ―respondió Damon tomándola por la mano y halándola un poco hacia él, para besar con suavidad sus labios.―No quiero separarme de ti ―dijo Lucía, echando todo su peso sobre Damon para recostarse, mientras él con una mano la acariciaba y con la otra jugaba con su cabello.―No tienes por qué hacerlo. Yo siempre estaré a tu lado―Tú eres lo único que necesito ―indicó Lucía y Damon la giró y la besó apasionadamente.Se vistieron y regresaron a la manada, él la llevó a su casa, donde se despidió con un profundo beso.―Te amo, ya quiero marcarte como mía y no dejarte ir jamás ―dijo con voz ronca.―Ya será… hemos esperado tanto que un mes más
Lucía sintió un sobresalto en su pecho, había estado tan emocionada con la ceremonia de Damon que no percibió lo que sucedería.Al ver una atenta mirada a los ojos de Damon, no sabía si la causa era porque estaba preocupado por ella o porque esperaba que ella los atacara o quizás las dos cosas.―Lo siento, no pude percibirlos ―Se disculpó gesticulando las palabras, aunque sin pronunciarlas.“No te preocupes” le dijo por el enlace mental Boss, mientras caminaba hacia ella para protegerla. ―La bruja es nuestra ―dijo uno de los brujos hablando en representación del grupo de brujos―Tenemos que matarla, debemos sacrificarla a la Diosa Luna.Esto lo decían para lograr que la manada, se pudiera en contra de Boss/Damon.“Tendrán que pasar por encima de mi cadáver para hacer eso” respondió Boss ―¿Por qué defiendes a la la bruja? Es una lástima cuando se la queremos ofrendar a tu Diosa―dijo el brujo― ¡¿Qué diría la Diosa Luna al ver la deshonra en sus acciones que le hace uno de los líderes d
Damon se había llevado a Lucía a la casa de la manada, la acostó en su cama mientras él ocupó un lugar al lado de ella, sin poder dejar de verla, no podía dormir esperando que ella se recuperara completamente, la amaba tanto que no se imaginaba la vida sin esa mujer y su loba, y eso a pesar de aún no haberla marcado, sin embargo, esperaba ansioso ese momento, pues ese sería el instante más feliz de su vida. Estiró su mano y acarició su vientre, deseando el momento en que ya su cachorra estuviera en sus brazos.Se fue adormitando y decidió dormir hasta que ella abriera sus ojos y le sonriera.Lucía y él habían recorrido mucho para conseguir estar como estaban, y no iba a permitir que eso se viera afectado por nadie, lucharía contra todo aquello que quisiera separarlos, porque su Lucía debía estar a su lado para siempre. Él la sintió moverse suavemente en la cama y abrió los ojos.―Mi amor, ¿estás despierta? ―le preguntó con voz ronca, aunque cargada de ternura.Lucía se sonrió y abrió
John la escuchó y temiendo lo peor, corrió a una velocidad asombrosa hacia ella y le sostuvo el brazo. ―¡¿Qué carajos estás haciendo?! ¿Te volviste loca? ―le dijo sacudiéndole el brazo mientras la tomaba con fuerza. Olivia trató de zafarse de él, pero la fuerza de John era suficiente para sostenerla de esa forma. John la miró amenazante y ella se calló. ―¡¿Qué rayos estás diciendo?! ―le gritó Damon con furia. Olivia hizo caso omiso a la pregunta de Damon y se dirigió hacia Lucía con una expresión misteriosa. ―¡Lo siento! ―dijo con voz suave― Creo que hay un mal entendido, yo no estoy interrumpiendo la boda… solo quería darle esta joya para que se la colocara. Aunque no eres humana, las tradiciones humanas señalan que la novia debe ir con algo regalado, algo prestado y algo usado para que le den suerte. Yo solo quería obsequiarle una prenda y prestarle otra, para cumplir esa tradición.Cuando la escuchó hablar, tanto Lucía como Damon respiraron con alivio, sin embargo, Lucí
Una semana despuésHabía llegado la hora de partir, Damon estaba unido más que nunca a Lucía, y le causaba ansiedad tener que irse y dejarla.―No quiero irme… no puedo quitarme esta sensación de peligro que me carcome… si John no me hubiera ayudado tanto para protegerte, no habría ido con él… pero sabes que nació una amistad entre nosotros y… ―y ella lo interrumpió.―Y aunque te cueste admitirlo, él será la pareja destinada de nuestra hija, debes proteger a John y su manada, porque esa será en el futuro la manada de nuestra cachorra ―dijo Lucía, pero ante sus palabras Damon protestó.―No intentes convencerme con esos argumentos, porque temo que lograrás lo contrario ―le dijo sonriendo sin dejar de abrazarla―. Quiero que estés bien y que me informes a través de nuestro enlace si algo malo te está sucediendo.―Tranquilo, yo voy a estar bien aquí, no voy a estar sola, tengo a la manada, a mi papá, a Grimm, tu mamá y no creo que tu papá vaya a entregarme o dejar que me lleven Los Wild… ―
Lucía intentó resistirse y pelear cuando el grupo de Wild la rodearon, durante años había sido entrenada por Damon para que pudiera defenderse, sin embargo, el brebaje que la mujer le había dado durante todo ese tiempo la había puesto débil, y no respondía con la misma pericia que antes.En medio del caos, Lucía vio que Grimm se había recuperado y se había transformado en su forma de lobo, pero cuando intentaba atacar para defenderla, cinco lobos Wild se lanzaron contra él, atacándolo de forma violenta hasta herirlo y lo obligaron a rendirse. Esa distracción produjo que pudieran atrapar a Lucia y la empujaran hacia el carro, en ese mismo momento vio cómo Olivia comenzaba a hacer un conjuro que la abrazaba, y luego le tapaba la con un paño con doble propósito para que no gritara y para que absorbiera la sustancia que le había puesto para que lo inhala y cayera desmayada, pero ella tratando de proveer esa situación dejó de respirar, mientras trataba de pensar, que si esa mujer la logra
Ante la expresión severa del hombre Olivia empezó a llorar más.―Estábamos en la biblioteca, porque Lucía quería ir a leer unos libros… y de repente aparecieron unos Wild y…―comenzó a decir, pero Damon la interrumpió.―¿Qué libros? ―interrogó Damon con tono implacable… la mujer comenzó a ponerse nerviosa.―No recuerdo… yo… solo sé que luché con ellos me golpearon… y me hicieron caer en el suelo… cuando desperté se los habían llevado ―pronunció con voz titubeante.―Dime, ¿Cómo qué no recuerdas? ¿Cuándo salieron de aquí qué argumento te dio ella para que fueran a la biblioteca? ―seguía preguntando el hombre de manera inclemente.―Creo que se la llevó la bruja Bel, la que tenías encerrada en los calabozos porque ella también huyó y… ―la mujer no esperaba que Damon la tomara con más fuerzas, prácticamente le estaba clavando las garras en los brazos.―¡Habla de una maldit4 vez! Y no cuentes las cosas a gota a gota porque estás colmando mi paciencia. La mujer estaba nerviosa, tenía miedo s
Aterrada y llena de ansiedad, Lucía se dobló de dolor cuando las contracciones se intensificaron. Gritó con angustia, sintiendo que todo su cuerpo era aplastado desde dentro.A medida que pasaban los minutos, se esforzaba por mantener la calma y la concentración en medio de las intensas sensaciones que recorrían su cuerpo. Pero lo único en lo que podía pensar era en su bebé, su dulce niña que luchaba por nacer en este duro mundo y en unas condiciones que no eran para nada adecuadas, así no se había imaginado ese momento, no pudo evitar los gritos de dolor de dolor.La gente la escuchó y corrieron para sacarla de allí a otra sala, para su alivio se llevaron también con ella a Grimm para que la atendiera junto con otras tres personas vestidas con túnicas oscuras y capuchas en la cabeza. Esto no hizo sino aumentar su creciente sensación de miedo y ansiedad.―¿Quiénes son ustedes? ¿Por qué andan vestidos así? Por favor, no le hagan daño a mi hija ―suplicó sin poder dejar de sollozar, en e