El líder de los hombres comenzó a reír. ―¡Eres valiente! Tal y como se esperaría de la descendiente de la bruja de Endor… no tienes nada que temer de nosotros, somos amigos, no enemigos… somos brujos y hemos venido a buscarte para que tomes el control de tu gente ―pronunció, pero la expresión en el rostro del hombre contradecía sus palabras.Lucía no tenía idea de lo que estaba pasando, pero Damon a pesar de no poder moverse podía gritar.―¡Lucía no confíes en él, no creas en sus palabras! ―gritó Damon, porque estaba seguro de que el interés de esa gente en Lucía era por su cachorro.Antes de que ella pudiera reaccionar, el líder de los hombres levantó la mano y una especie de humo comenzó a salir de él, rodeándolos a todo, haciendo que Lucía comenzará a gritar en un tono ensordecedor, mientras levantaba la mano en un gesto imperceptible, haciendo que el humo se alejara de ellos, y haciendo al mismo tiempo que Damon y John se despertaran de su parálisis y corrieran hacia ella, para
Lucía esperaba atenta que se durmieran, pero ambos parecían no querer hacerlo, solo se escuchaba su discusión.―¡John arrímate para allá! Me estás rozando una pierna ―expresaba un irritado Damon.―Contigo casi que voy a dormir en el suelo, además, tú estás poniendo tus patas de mi lado, ¡Arrímate! ―exclamaba un molesto John.Mientras las disputas se daban entre ellos, Lucía trataba de contener la risa, parecían un par de cachorros peleando, aunque lo que más estaba deseando en ese momento era verlos dormir para seguir con su plan.Un par de minutos después escuchó unos golpes, la curiosidad era grande, se giró en la cama, arropada de pies a cabeza, para evitar ser descubierta, y levantó un poco la tela para observar lo que había pasado.En ese momento vio como Damon le daba varias patadas a John para tumbarlo, este como se iba a caer se la sostuvo, agarrándose de él, y ambos terminaron tirados en el suelo y discutiendo.―¡No voy a dormir en el suelo! ―dijo John.―Yo tampoco pienso hac
Lucía se alejó un poco, mirándolo a los ojos con esperanza.―¿Cómo? Damon, no tengo ni idea de cómo hacerlo, ni de cómo puedo lograr eso y menos, se de una manera para detenerlos. Y si no lo logramos…―No podemos fallar, yo te protegeré y te ayudaré, debes prometerme que nunca le harás daño a nadie inofensivo.―Eso jamás lo haría ―se apresuró a responder Lucía ―. Nunca le haría daño a nadie Damon… por lo menos no de manera consciente. ―Entonces debes confiar en mí y en nuestro instinto ―le dijo él, tomando su mano para calmarla.Asintiendo en silencio, Lucía cerró los ojos. Se sentía exhausta y perdida. Comenzó a llorar y de ese llanto surgió una fuerte sensación de dolor y su pecho comenzó a oprimirse.Lucía se aferró a la mano de Damon, no estaba segura de cómo lo iba a hacer, pero una fuerte sensación, un poco de pánico, pero un poco de desesperación comenzó a llenarla. Cerró los ojos, y tomando profundas bocanadas de aire, dejó salir todo su dolor y su miedo.―¡Vamos Lucía, debes
―¡¿No lo escuchaste?! ¡Dijo que la bebé es la pareja destinada de John! ―gritó Lucía, llorando ― ¿Cómo es eso posible? Ni se te ocurra John acercarte a mi hija porque te abro el estómago ―espetó molesta.―Tendrás que ponerte en la cola y ver si yo le dejo algo ―dijo Damon golpeando su puño contra su mano acercándose peligrosamente a John quien los miraba como si hubiesen enloquecido. ―¡No! ¡Te equivocaste! Yo no tengo nada que ver con esto ¿Por qué me van a golpear a mí? Vayan y presente su reclamo a la Diosa Luna, además, yo ni loco pensaría en cosas extrañas con una cachorra ―contestó John alterado.―Ya cálmate… ella no va a quedarse pequeña toda la vida, cuando cumpla la edad adecuada, harán el rito… ―las palabras de Grimm fueron interrumpidas por unos furiosos padres.―¡Ni que cumpla cien! ―dijeron los dos al unísono y Grimm alzó las cejas con sorpresa.―Están equivocados… no están pensando con claridad, saben que el vínculo entre ellos, hará que se reclamen tarde o temprano… ―com
La lucha con los lobos fue sangrienta, por más intentos de Damon y John de contenerlos, aquellos los superaban en números, y con la ausencia de sus lobos, ellos estaban en una situación de desventaja.A medida que la batalla avanzaba, John y Damon se encontraban luchando por mantener su posición frente a la avalancha de lobos furiosos.Grimm observaba impotente desde la barrera cómo los chicos eran atacados con feroz determinación por lobos de la manada. Quienes se habían alzado en contra de su alfa. Sabía que era su culpa, debió mantenerlos alejados de allí, para que no pudieran hacerles daño, cuando se dio cuenta de que sus lobos no estaban. Sentía un inmenso remordimiento por haber defraudado a su Alfa.―¡Vamos! ―gritó Damon mientras saltaba para atacar a uno de los lobos. ―¡Tenemos que proteger a Lucía y a mi cachorra!Y aunque no lo dijo, las palabras llevaban implícitas un mensaje para John, porque en el futuro la pequeña sería su Luna.John asintió con tristeza, sabiendo que ah
El rostro de Damon palideció y miró a su padre con rabia y luego respondió de manera enfática.―¡No es lo que parece Lucía! ―exclamó Damon, agitando su mano y girándose hacia su luna, pero la chica dio un paso atrás, mientras apretaba sus dientes con evidente enojo.—¡Eres tan descarado! Aquí todo es evidente y pretendes negarlo —gruñó tratando de contener a Nash que estaba furiosa pidiéndoles tomar el control. ―No estoy pretendiendo nada, las cosas no son como ella está diciendo… antes de este momento ni siquiera había hablado con ella —refutó.—Pero parece que ella sí te conoce y muy bien —siguió enfadada y más cuando el padre de Damon agregó.—Hijo, Lucía, estaba desaparecida, no tienes que darle ninguna explicación sobre tu prometida porque… —sus palabras fueron interrumpidas por un molesto Damon.—Deja de decir que soy su prometido, no tenemos nada que ver ―expresó con firmeza.―¡Por supuesto que lo soy! Tu padre firmó un acuerdo con el mío, el antiguo Alfa de la manada Agua Cl
El hombre asintió. Subieron al auto y comenzaron a conducir hacia la casa de la bruja, el camino estaba a cierta distancia, por lo cual le llevó un poco más de media hora.―No olvides que debes dejar que sea ella quien nos diga las razones por las que vamos, solo le vas a responder si ella te pregunta ―le advirtió Damon.―Está bien, no tengo ningún problema con eso. Espero solo que sepa la respuesta y podamos continuar con nuestras vidas, yo necesito recuperar mi manada.Arribaron a la casa de la bruja, un lugar muy antiguo y lleno de magia y misterio. Se acercaron a la puerta e hicieron un pequeño golpe para anunciarse. Pasó algún tiempo hasta que salió, la mujer vieja y cansada de las sombras de la casa. Estaba muy distinta a la última vez que la vio, parecía estar rota por dentro como si el peso de todo el tiempo hubiera hecho mella en su corazón.―Bienvenidos ¿Qué puedo hacer por ustedes? —preguntó la mujer.―Pensé que usted podría decirnos el motivo de nuestra visita ―dijo John y
Damon se quedó viendo a la bruja, a pesar de la aparente expresión de sorpresa que puso cuando vio a Los Wild, no le creyó… desde el mismo momento cuando llegó estaba inquieto, vio algo en ella que no le agradó y le dio una sensación de peligro y estaba reacio a continuar, en ese instante se arrepentía de no haberle hecho caso a su instinto.―Usted los trajo, todo no era más que una trampa… piensa que es más conveniente estar con ellos, que apoyarnos a nosotros, por eso decidió traicionarnos… yo le voy a demostrar que ha cometido el peor error de su vida y haré que se arrepienta el tiempo que viva ―dijo Damon. Apretando los dientes con furia.A medida que Damon fue hablando, los feroces Wild los rodearon, sus fauces mostrando sus afilados y peligrosos dientes, se veían rabiosos y dispuestos a acabar con ellos.Iban creciendo en tamaño, a medida que se acercaban amenazantes hacia ellos, sabía que ese el momento de decidir si se rendía o luchaba por sí mismo y por los suyos.Dejando atr