John estaba ardiendo de la rabia, ¿Cómo se atrevía a cerrarle la puerta en sus propias narices? ¿Cómo ese hombre podía ser tan descarado? ¿Por qué le cerró la puerta? ¿Acaso pensaban hacer algo? No, no lo creo, no se atreverían, se decía mentalmente mientras Neo arañaba en su mente molesto.“¿No crees? ¡Idiota! ¿Cómo crees que hicieron al cachorro ese que tiene Lucía en la panza? ¿Jugando pimpón?” habló ardido Neo, deseando volver a esa habitación, sacar a Lucía y destrozar a Boss, aunque en el interior sabía que ese lobo no era fácil de vencer “¡Maldit4 sea! Piensa rápido antes que empecemos a escuchar los sonoros gemidos de los dos, porque si no te has dado cuenta esta cabaña no es insonora” dijo molesto.―¡Ya cálmate! ―exclamó en voz alta John, sintiéndose atormentado entre las palabras de su lobo y los arañazos que daba―. Si te portas de esa manera no puedo pensar, además, Damon me dio su palabra que no estaría con ella hasta después de dar a luz el cachorro.“¿Y le crees? Eres de
John se quedó sorprendido de que hubiera sido descubierto, ¿Cómo lo hizo? Se preguntó; sin embargo, y pese a ello decidió no ceder y seguir negándose.―¡No sé de qué me estás hablando! ¡No tengo idea de lo que pasó! ¿Me estás acusando de provocar el incendio? ―gritó John con un gruñido de indignación, más que por las palabras del hombre, era porque eso no lo hacía quedar muy bien parado frente a Lucía.Damon se dio cuenta de que, aunque su voz y su mirada parecían sinceras, su corazón estaba agitado, lo estaba, no sabía si era porque estaba mintiendo o porque estaba diciendo la verdad.―¿Crees que soy tonto? Tú y el pobre perrito que tienes por lobo, no pueden compararse conmigo y con Boss ―expresó Damon con humillación.La rabia de John se agitó en su interior, más la de Neo era mayor, al punto que terminó tomando el control, y si no se le lanzó encima a Damon, fue porque este tenía a Lucía recostando su cabeza en las piernas y no quería hacerle daño.La chica no entendía lo que esta
―¡¿Qué?! ―exclamaron ambos al mismo tiempo con incredulidad.―¡Tienes que estudiar otra cosa! ―exclamó Damon, al ver que ella tomaba una expresión de miedo.―¡No, eso es lo que yo quiero estudiar! ―protestó ella molesta.―¿Cómo qué quieres estudiar eso? ¿No sabes nada de danza? ―preguntó John confuso.―No, no sé nada de eso y por eso es que quiero estudiarlo ―contestó con una sonrisa traviesa.―¿Por qué? ―preguntó en tono serio él, no pudiendo creer lo que ella quería hacer.―Porque, desde niña quise ser una famosa bailarina.Damon la vio como si hubiese enloquecido, no podía creer que realmente ella quisiera estudiar eso, tenía su sospecha de que Lucía lo estaba haciendo a propósito porque ellos habían dicho que querían estudiar con ella, no recordaba que le hubiera dicho que quería ser bailarina. ―¡Mentira! A ti no te gusta esa carrera, lo haces para jodernos la vida a nosotros ―dijo molesto Damon.―¿Y piensan que yo voy a joderme la vida mía para estudiar algo que no me gusta por
Lucía caminó hacia donde estaba Damon, mientras Nash permanecía sin decir nada, aunque los ojos de Lucía estaban color ámbar, dejando en evidencia que estaba a punto de tomar el control. Se le estaba haciendo imposible controlar su ira, la frustración y el enojo que causó en ella, que las mujeres quisieran manosear a su pareja, en ese momento no se dio cuenta que estaba reconociendo el vínculo entre ellos; estaba concentrada en desear destrozar a todas ellas, aunque era como una forma de catarsis porque sabía que no podía hacerlo, ellas no eran animales, sino humanas, así que debían controlar sus emociones y pensar lo que iban a hacer, porque querían cortarle la cabeza a todas esas estúpidas muchachas que miraban a Damon como si fuera un pedazo de carne y él por ser tan amable, seductor y creído, siguió pensando enfurecida,Ya en el pasillo, Lucía se dio cuenta de que todos la miraban con una expresión de sorpresa, apartándose a un lado y dejando libre el espacio a su alrededor, pero
―¡Estás haciendo el ridículo! ―gritó Lucía, mientras caminaba hacia la puerta, mientras por otra parte, se peleaba consigo misma «¿Cómo no puedes controlar tus impulsos Lucía?», se dijo mentalmente.Damon la miró con confusión, y al ver su cara sonrojada, no quiso arriesgar nada y bajó rápidamente del escenario. Mientras tanto, Lucía al salir del aula, corrió por los pasillos sin dudarlo. Entretanto, John y Damon corrieron tras ella hasta alcanzarla.―¿Qué pasa? ¿Por qué estás tan enfadada? ―preguntó Damon, aún tratando de entender qué la había molestado tanto.―¡Eres un coqueto desvergonzado! ―exclamó enfadada, mirándole fijamente a los ojos.―¡No estaba coqueteando! ¡Solo era una actividad para la clase! Y además, fuiste tú la que insistió en estudiar danza a pesar de mis advertencias de que debías optar por otra carrera―, replicó Damon acaloradamente.―Así que esta es tu manera de vengarte de mí, entonces―afirmó.―Claro que no, solo se trataba de un simple baile ―habló Damon, sint
El líder de los hombres comenzó a reír. ―¡Eres valiente! Tal y como se esperaría de la descendiente de la bruja de Endor… no tienes nada que temer de nosotros, somos amigos, no enemigos… somos brujos y hemos venido a buscarte para que tomes el control de tu gente ―pronunció, pero la expresión en el rostro del hombre contradecía sus palabras.Lucía no tenía idea de lo que estaba pasando, pero Damon a pesar de no poder moverse podía gritar.―¡Lucía no confíes en él, no creas en sus palabras! ―gritó Damon, porque estaba seguro de que el interés de esa gente en Lucía era por su cachorro.Antes de que ella pudiera reaccionar, el líder de los hombres levantó la mano y una especie de humo comenzó a salir de él, rodeándolos a todo, haciendo que Lucía comenzará a gritar en un tono ensordecedor, mientras levantaba la mano en un gesto imperceptible, haciendo que el humo se alejara de ellos, y haciendo al mismo tiempo que Damon y John se despertaran de su parálisis y corrieran hacia ella, para
Lucía esperaba atenta que se durmieran, pero ambos parecían no querer hacerlo, solo se escuchaba su discusión.―¡John arrímate para allá! Me estás rozando una pierna ―expresaba un irritado Damon.―Contigo casi que voy a dormir en el suelo, además, tú estás poniendo tus patas de mi lado, ¡Arrímate! ―exclamaba un molesto John.Mientras las disputas se daban entre ellos, Lucía trataba de contener la risa, parecían un par de cachorros peleando, aunque lo que más estaba deseando en ese momento era verlos dormir para seguir con su plan.Un par de minutos después escuchó unos golpes, la curiosidad era grande, se giró en la cama, arropada de pies a cabeza, para evitar ser descubierta, y levantó un poco la tela para observar lo que había pasado.En ese momento vio como Damon le daba varias patadas a John para tumbarlo, este como se iba a caer se la sostuvo, agarrándose de él, y ambos terminaron tirados en el suelo y discutiendo.―¡No voy a dormir en el suelo! ―dijo John.―Yo tampoco pienso hac
Lucía se alejó un poco, mirándolo a los ojos con esperanza.―¿Cómo? Damon, no tengo ni idea de cómo hacerlo, ni de cómo puedo lograr eso y menos, se de una manera para detenerlos. Y si no lo logramos…―No podemos fallar, yo te protegeré y te ayudaré, debes prometerme que nunca le harás daño a nadie inofensivo.―Eso jamás lo haría ―se apresuró a responder Lucía ―. Nunca le haría daño a nadie Damon… por lo menos no de manera consciente. ―Entonces debes confiar en mí y en nuestro instinto ―le dijo él, tomando su mano para calmarla.Asintiendo en silencio, Lucía cerró los ojos. Se sentía exhausta y perdida. Comenzó a llorar y de ese llanto surgió una fuerte sensación de dolor y su pecho comenzó a oprimirse.Lucía se aferró a la mano de Damon, no estaba segura de cómo lo iba a hacer, pero una fuerte sensación, un poco de pánico, pero un poco de desesperación comenzó a llenarla. Cerró los ojos, y tomando profundas bocanadas de aire, dejó salir todo su dolor y su miedo.―¡Vamos Lucía, debes