Alejandra Marie Costa Observo como Brayan se debate entre si puede o no hacer nada considerando la desventaja en la que se encuentra, noto las lucecitas parpadear sobre su frente como en el pecho de los tipos que lo acompañan no logro evitar que un escalofrió recorra mi piel es un hecho que si continúa haciéndose el duro es probable que termine herido. —Que te piensas que consiguieras intimidarme por favor… ustedes son los chicos buenos por eso mismo no son rivales para mi idiota —Sigue insistiendo en provocarlo Brayan, pero la respuesta del otro no se hace esperar. —¿Quién demonios te dijo que somos de los buenos? —A sus palabras mi hermano abre los ojos desmesuradamente cuando de repente un golpe sordo impacta contra su cuerpo en un principio no entiendo cuál es el motivo hasta que de su hombro izquierdo brotan gotas de sangre. —Ahora imbécil dime aun piensas que somos de los chicos buenos escúchame bien si no retrocedes la próxima iré directo entre tus ojos para tú mala suer
Richard Müller Verla marcharse es lo más difícil que tengo por soportar mi mujer tomo la decisión de irse con Brayan para salvarme confiando que Brayan cumpla con su palabra, pero sacrificarse no vale la pena solo está aumentando mi tortura. Porque si conozco bien a Brayan no retrocederá para conseguir sacarnos de su camino y mientras esté vivo eso jamás pasará. Por lo que tiene que matarme si quiere sacarme realmente de su camino. Axel me dirige una mirada que secunda mis pensamientos sabe que nos espera si lo permitimos, aunque en un principio estábamos con toda ventaja de nuestra parte todo dio un giro aterrador poniéndonos en clara desventaja. Pero solo es momentánea porque una vez Alex se marcho nos quedamos sin a quien proteger entre nosotros. Sin ningún civil por quien preocuparnos las cosas cambian. —De rodillas todos tengo ordenes que cumplir nuestro jefe quiere que terminemos deprisa con ustedes entre más rápido se muevan pronto iré a disfrutar el dinero que nos pagaran p
Jonathan BonnetLa angustia que me embarga tiene todo que ver con ella ya transcurrieron muchas horas sin ninguna noticia por parte de la policía o Richard. En este momento solo mirar su rostro sonriendo mientras disfruta sus postres favoritos con la mirada tierna de una niña es lo único que me conforta.Alejandra repito en mi cabeza acariciando su imagen con delicadeza.La foto en la pantalla de mi teléfono es una de las pocas capturas de Alejandra que pude hacer sin que se percatara que sacaba fotos de ella en momentos que consideraba especiales.Que ahora me sirven de compañía en mis momentos oscuros como en este instante que no hay ninguna noticia de ella ni mi hermano.Mi atención se pierde con la intromisión de Eli en mi habitación hecha una furia.—Tú maldito hermano se la llevo… saco a Alejandra del país —Dice sin preocuparle molestarme con el tono que esta empleando en este momento para dirigirse a mí.—¿Qué estás diciendo? —Pregunto quitándole importancia a ese hecho para co
Alejandra Marie Costa Entrar en la casa de mi infancia en esta ocasión no me trae ninguna felicidad las condiciones por las que fui obligada a regresar no se las deseo a nadie. Desde que me marche cuando tenia seis años solo venia a Italia una vez al año de lo contrario siempre eran mis abuelos o nuestros demás familiares quienes viajaban para visitarnos. —Cariño cuanto tiempo sin verte mírate ahora serás madre que rápido pasa el tiempo —Dice mi abuela apretando mis mejillas como suele hacerlo desde que tengo memoria luego ella estudia mi rostro con atención antes de preguntar —¿Por qué esa carita hija? ¿Qué sucede? Tú mirada no es de una mujer feliz por su embarazo. Yo no logro responderle, sino que mi padre es quien da una respuesta. —Solo esta aburrida madre como siempre actuando rebelde para llamar la atención de los demás —Dice mi padre con fastidio. Sin embargo, mi abuela con su mirada fija en mi rostro sin hacer ningún comentario solo asiente mientras camina a mi lado. —¿
Richard MüllerHoras interminables han transcurrido minando poco a poco mi estado de ánimo convirtiéndome en un guiñapo de nervios y ansiedad. El único pensamiento que me mantiene coherente sin perderme en el dolor que me causa el miedo que atenaza mi corazón es confiar que mi mujer será fuerte debe serlo hasta que logre llegar junto a ellos.Una vez consiga sacarla de las garras de esos hombres sana y a salvo ¡Juro que haré que se arrepientan de a ver nacido!El infierno que estoy viviendo en este momento se los debo a ellos por lo mismo estaré encantado en devolverles el favor no pienso quedarme tranquilo hasta que ambos hombres terminen donde se lo merecen.—Richard estamos por llegar —Anuncia Marian acercándose donde me encuentro en mi rincón en el avión sentándose frente a mí.—Marian —Sin mirarla susurro su nombre para que se detenga antes que se marche —Llegaremos a tiempo para evitar que esos malditos les hagan daño.Pregunto con voz trémula mientras ella permanece en silencio
Alejandra Marie Costa—Porque soy tú hermana Brayan … Ayúdame.Suplico apelando a esa pequeña esperanza por mínima que exista en mí su corazón que me reconozca como su hermana.Mi mirada empañada por las lágrimas se pierde en su rostro esperando por una reacción de su parte sin embargo mi hermano se queda ahí clavado en el piso sin decir una sola palabra no hay ninguna reacción de su parte llenándome de una gran decepción por un momento quise confiar que mi revelación tendría un efecto en el hombre que solo me mira ser arrastrada escaleras abajo forcejeando con todas mis fuerzas.Entre mi desesperación escucho la estridente carcajada de quien siempre creí era mi padre divertirse con mis suplicas.—Jajajajaja realmente pensaste que mi sobrino correría en tú ayuda —Se burla mi padre —Pobrecita sigue soñando nadie intervendrá para ayudarte —Luego dirige una dura mirada a los hombres que siguen sus órdenes ciegamente — ustedes hagan lo que les ordene tenemos poco tiempo para llegar a la c
Richard Müller—¿Hay mucha actividad dentro de la casa de los Costa? —Confirma Tessa sin apartar la mirada de su computadora —Por el infrarrojo puedo ver que tenemos casa llena supongo que deben a ver muchos por el momento veo veintidós. Entre ellos deben estar Alex, familiares y los matones que nos encañonaron en la pista. Ah sus palabras todos los presentes concentramos nuestra mirada en la dirección donde se encuentra la residencia de la familia Costa.—¿Qué estamos esperando para entrar Axel? —Pregunta apresurado Montes haciéndose notar —Odio la espera si es un hecho que se encuentran adentro porque no entrar ya para mandarlos al demonio a todos.—Porque primero debemos saber cuántos hay dentro realmente recuerda estamos en su territorio tienen el control de lo contrario porque se molestaría traerla hasta aquí no pienso arriesgar a la mujer de Richard ni a ningún civil que quede en el fuego cruzado quedó claro Montes —Responde Axel de mal humor por la impaciencia de Montes.—Muy
Alejandra Marie CostaUna mueca de dolor se dibuja en su rostro mi mirada desciende donde comienza a fluir un hilo de sangre en su abdomen sin embargo se mantiene firme resguardándome, utilizando su cuerpo a pesar del dolor que lo embarga.—Resulta que eres mi hermanita —Dice con una alegría que disimula el dolor que debe estar experimentando en este momento colocando su mano contra mi mejilla —Debí saberlo desde aquel día en tú boda con Jonathan, eres tan parecida a nuestra madre como no pude verlo. Fui tan ciego Alejandra lo siento mucho de saberlo jamás hubiera permitido que te casaras con ese hombre. Que solo te hizo infeliz.—Brayan eso no importa ahora —Digo acercándome para tratar de cubrir su herida presionando con mi mano.—Si importa Alejandra porque debía protegerte lo prometí después de la muerte de nuestros padres como tú hermano mayor era mi obligación procurarte lo jure sin embargo no cumplí todo lo contrario ayude a un desgraciado lastimarte facilitándole todo para logr