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Que irónico resultado.
Que irónico resultado.
Por: AlejandroFlores
Evento 1: Casualidad.

Recuerdo como empezó todo... En aquel lugar y sin previo aviso mi normal y patética vida fue marcada para luego ser llevada hasta el fondo del abismo...

 Un sol tan resplandeciente que cubría todo el panorama, brisas que generaban una curiosa intranquilidad y hojas color castaño que caían de los árboles dando la ilusión de un camino de cobre que se armaba poco a poco; estos tres elementos convirtieron un simple paseo por el parque en algo totalmente asombroso, soy el tipo de persona que realmente ama observar con detalle (Sea un simple paisaje o incluso a un desconocido) todo con el fin de contemplar “la belleza oculta en lo evidente”. Ese podía ser otro día normal, solo iba a dar una caminata como de costumbre, compraría algo de jugo y regresaría a casa a ver una película, así hubiera sido de no ser porque me volví a encontrar con él…

-¿Pattler...? ¿Paul Pattler, eres tu cierto?

 Un hombre vestido con un traje gris, corbata morada, un reloj plateado más reluciente que el espejo de mi baño y unos zapatos que parecieran sacados de una filmación de espías  británicos. A pesar de estar en la ciudad seguía dando un paseo por el parque público cuando este sujeto se me acerco  ¿Qué hacia un tipo como él en este lugar? Cualquier chica que lo hubiera visto pasar en ese momento de seguro se le hubiera acercado pensando que era un actor, volví en mí al darme cuenta de que unas señoras que paseaban a unos pequeños perros (Y muy feos por cierto) miraban al sujeto de forma muy desagradable.

-Pues sí… ¿Nos conocemos de algún lado?

 El sujeto sonrió, parecía que ya se esperaba mi respuesta.

-¡Claro que sí! Pero  descuida no es fácil recordar a alguien de hace 15 años, los amigos pueden irse y nunca volver por lo cual reencontrarse y recordarse al instante es muy improbable.

 15 Años, en ese entonces estudiaba en preparatoria. Luego de volver a recordar esa amarga, cruel y divertida época llena alegrías y tristezas fui capaz de reconocer a ese tipo.

-¡¡Arthur!!

 Él soltó una carcajada y exclamó:

-¡¡Finalmente!! Solo te iba a dar dos intentos más, menos mal adivinaste rápido. Pero… Gabriel y yo nos parecíamos mucho ¿Cómo no me confundiste con él?

-La verdad… tú siempre has tenido cejas de cepillo, así que no fue difícil diferenciarlos.

-¡Hey…! Pero él  tenía los dedos muy cuadrados, te acuerdas como lo llamábamos en secundaria.

-“Manos de bloque” y a ti “C.J.”

 Las risas tanto suyas como mías surgieron al momento, seguimos hablan del pasado y los demás compañeros de clases. Luego de un rato nos sentamos en una banca que estaba cerca y continuamos la plática, Arthur con un tono de sorpresa me pregunto de repente:

-¿Y a que te dedicas actualmente?

 Esa hubiera sido una buena pregunta para empezar la conversación (Pero ya habíamos hablado de tantas tonterías que no hacía falta una rutina para romper el hielo), me sentí un poco defraudado cuando hizo la pregunta y con una mirada baja respondí:

-Soy contador en una empresa de inmu… Bueno… más bien dicho: Era contador en una empresa inmobiliaria.

-¿Recortes de personal?

 Negué su respuesta moviendo la cabeza.

-Caída del mercado inmobiliario en la bolsa… todos salimos perdiendo, desde los bastardos de la junta ejecutiva hasta el conserje.

 Arthur también desvió su mirada al suelo, parecía arrepentido de haber preguntado. Traía una galleta en mi bolsillo, la saqué y partí por la mitad, le ofrecí una parte a Arthur y él se me quedo viendo sorprendido por un momento y luego tomo la galleta, mientras yo masticaba él comentó:

-Hoy en día todo es una locura socio… pero siempre debes seguir adelante, no sirve de nada aferrarse a las desgracias.

 Paré de masticar, tragué y le respondí:

-No estaré desempleado por siempre, ¿Quizás empiece a buscar en los clasificados un puesto como oficinista?

-Mmm… si quieres puedes trabajar conmigo.

-Esa oferta fue por lástima.

 Luego de oírme decir esto Arthur masticó la galleta con rabia y me respondió mientras comía:

-¡Nada de eso! ¡Si tuviera que ofrecer algo por lástima sería una limosna, no un trabajo! ¡¿Qué te ocurre hombre…!?

 -¡¿Eh…?! Lo siento… Es solo que fue repentino. Para decir algo así debo suponer que tienes un negocio en crecimiento…

-¡Exacto!

-¿Con buenas ganancias?

-Je, je… así es.

-De seguro se trata de… Un de un local de renta de agua mineral.

-Correc… ¿Qué? ¡¡No!! ¡Eso ni siquiera tiene sentido! ¡¿Qué clase de ideas retorcidas tienes sobre los negocios?!

 De inmediato Arthur sacó una tarjeta de presentación de su bolsillo y me la entregó.

-¿Y esto que?

-Es de la empresa que me asignaron. ¿Recuerdas que me solía pelear mucho en los recesos?

-Sí, nunca ganabas.

-“Claro”, después de graduarme me dieron dos opciones: Estudiar administración y manejar una de las empresas de mi padrastro o Vivir en un internado militar.

-¿Qué elegiste?

-¿La verdad no sé si solo te haces el tonto o si en realidad se te aflojo una tuerca en estos últimos 15 años?

-Para resumir, estas a cargo de…

 Casi me da un ataque cardiaco al leer el nombre: Grupo Inversionista NUEVO LEÓN. Escrito en la tarjeta, con una dirección y apartado postal al fondo.

-Necesito un asistente que mantenga un seguimiento y calcule mis gastos para declaraciones fiscales, se está volviendo un problema hacerlo yo mismo así que esto nos conviene a ambos.

-¿No habías contratado a nadie antes para hacerse cargo?

-Hace un mes tenía una linda asistente, lamentablemente tuve que despedirla, la chica no sabía… como guardar secretos.

-No tienes que preocuparte por eso soy como una tumba sellada y lanzada al mar, nada saldrá de allí.

-¡Suena bien! Te espero el lunes para una entrevista, ve a la dirección escrita en la tarjeta.

 Arthur se despidió, pero antes de irse le pregunté por curiosidad ¿Qué estaba haciendo vestido de esa forma paseando por el parque?, de inmediato su expresión cambio a una de angustia y exclamó:

-¡Ah! ¡Lo había olvidado, saque a pasear a Dr. Zanahorias y este huyo mientras atendía una llamada!

 De inmediato Arthur salió corriendo a todo prisa (Incluso con el traje de oficina su estilo de trote hacia que se viera bien mientras corría por el parque), luego de eso me fui a comprar jugo a la tienda, llegue a mi casa y reflexione de lo ocurrido hoy hasta que surgió una pregunta:

-¿Dr. Zanahorias  es nombre de perro?

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