EROS—¿Estás seguro de que podemos hacer esto?—Claro, lo hago todo el tiempo—me dediqué a ver el catálogo de artículos de venta—, nuestra querida madre ahora está fascinada con su nuevo juguete.Rory soltó una risilla.—Admito que jugar con los hombres es divertido, supongo que lo saqué de mamá—enarqué una ceja—. No me refería a ti, obvio.E pasado todo este tiempo con ella, nunca pensé que sintiera una fuerte conexión, quizá eso era lo que faltaba en mi vida, una hermana, una amiga. Mi madre y yo arreglamos sus papeles para que ahora fuese Aurora West, además de su pasaporte. Rory me confesó que nunca había viajado, y como yo ya había pospuesto mi trabajo, decidí que era hora de regresar a Chicago.Y ella vendría conmigo.Había cosas en las que tenía que pensar respecto a ella, le pregunté que, si quería seguir preparándose, me dijo que no terminó la preparatoria, que ahora no tenía nada en qué entretenerse así que eso podría ser buena idea.Me sentí como hermano mayor cuando la mat
DAKOTAMi mente se perdió, todo me daba vueltas, las manos me temblaban.De nuevo recibí una canasta de zanahorias, pero ahora incluía un conejo de peluche diminuto, como de esos suvenires.Nicholas ¿qué estás haciendo? ¿en qué estás pensando? ¿qué debo hacer con esto?He pasado estos días preguntándome que es lo que está haciendo aquí, no he querido salir de casa por el miedo a que algo suceda ahí afuera.Intento concentrarme en mi trabajo, pero, no puedo concentrarme, Nicholas está acuchillándome en cerebro.La próxima semana regreso a clases, estaré solo dos meses y medio más, esperaré a que Aurora decida nacer.¿Y si Nicholas está aquí porque quiere quitarme a mi hija?El aliento se me atascó.Arrojé la canasta al contenedor de basura, pero me quedé el conejito.—Te odio Nicholas.Está haciendo de mi vida un infierno.Me sobé la barriga. Respira, respira, cálmate.Me metí a la casa, tengo que alejarme de aquí, aunque sea solo una semana, Holly va a entenderme, tengo que irme, lejo
HOLLY La llegada de Eros y Rory fue inesperada, Adam tampoco lo supo hasta esta mañana que alguien le avisó.Son West, así que ya no debía sorprenderme que hacen lo que quieren.Estuve por volverme loca por que dirigir una casa enorme es algo frustrante, hasta ahora solo estábamos nosotros cuatro, los niños no son tan demandantes, mis bebés saben comportarse, con Adam… se está adaptando a nosotros. Pero tener dos adolescentes completamente opuestos es… es como si remontara a mis tiempos donde vivía con mi hermana y me encargaba de ella.Eros parece que siempre está molesto con Adam por alguna forma, Rory es igual de curiosa que mis hijos, pero a veces es tan solitaria que le cuesta salir de su habitación hasta tarde.Apenas llevan un día en la casa y es como si cada quien existiera solo en su mundo y no sé qué hacer para convivir.Hoy Adam se fue muy temprano, fue con mi padre al evento de clásicos, así que estaba enfurruñada en la cocina con mi taza de café recién hecha. Lamentándom
ADAMEs un jodido día de mierda.Eh tenido días jodidos, días de mierda, pero este es el que se gana el número uno.Estoy fuera de la casa de los Austen en mi auto, seleccionado específicamente para este día, debatiéndome en la decisión que tomé; estoy seguro de que fue algo precipitada.“Tienes que ser cercano con mi padre, si me amas” —me advirtió Holly anoche.Demonios, tenía que soltar esa frase así y luego con esa mirada…Tomé aire.Bajé del auto repitiéndome “esto lo haces por Holly”Me enfrenté al pasillo hacia el pórtico de la casa; los árboles cercanos al pasillo me trajeron un recuerdo desagradable, del día en el que Holly se enteró de mi maldita apuesta con el imbécil de James.Pasé el trago amargo.Toqué el timbre, dos minutos despues me abrió la madre de Holly.—Oh, Adam, buenos días, pasa—Alba tenía el mismo aire de Holly—. Ahorita baja mi viejito—me hizo pasar a su sala—¿Gustas una taza de café?—Eh, sí, por favor.—¿Cómo está mi Holly?La dejé cansada en su cama.—Está
ADAM Estupefacto, no pude creer que estuviese aquí, había un alivio abrazador, pero también una punzada de culpa. Sin pensarlo siquiera me lancé para abrazarlo, su cuerpo se tensó, lo retuve a la fuerza, alejándolo un poco de mí.—¿Qué demonios estás haciendo aquí? —lo retuve por los hombros.Su rostro estaba diferente; ahora llevaba barba, profundas ojeras y la piel de las mejillas casi pegadas al hueso.—También te extrañé hermanito—sacudió sus hombros para alejarse de mi—¿Qué haces aquí?—No tengo mucho tiempo—se apresuró a decir. Mi pecho se agitó—. Solo vine a deshacerme de una cosa.—Por qué ¿Qué es lo que tienes que hacer?—Digamos que negocie con alguien, una rata por mi libertad, fácil ¿no?—¿Quién es esa rata? —no dijo nada, y no tuve que pensar mucho para saber la respuesta—Rhodes—negué con la cabeza—¿Quién te hizo hacer esto?—Algunos agentes prefieren no ensuciarse las manos y mandan a los perros a roer la carne que les sobra.Dijo agentes…—Estás hablando de Dominic.A
EROSNo pensé que todo esto fuese tan cansado, me dolían los brazos y la planta de los pies.Afuera hacia frio, pero aquí, el calor era algo sofocante, me había quitado mi chaqueta, mi suéter y me había arremangado las mangas de mi cuello de tortuga.Estaba tan concentrado en la lista del inventario que no escuché a alguien posarse a mi lado.—Toma—el chico que me ayudaba en la repartición me extendió una lata de soda—, sirve para recargar energías.Apenas y habíamos intercambiado palabras, más que las necesarias para saber sobre donde estaba cada cosa, me sorprendió que él supiera también de organización.Acepté la lata que me extendía, aunque no me gustara la soda.—Gracias.Él se sentó en dos bultos de alimentos en el suelo, tan desairado, abrió su lata y lo imité.—Descansa un poco, ya surtimos el alimento necesario—me dijo, en su voz no fue una orden, más bien una sugerencia amable. —Tienes razón—me debatí donde sentarme, no había ninguna silla o algún banco, terminé recargándo
HOLLY—Ya me duelen los pies—protestó Rory.—Somos dos.Era hora muerta, la mayoría de los pacientes se habían atendido muy rápido, y ahora solo había dos personas esperando su turno para pasar con mi hermana, la doctora.Ambas vimos como Eros se acercaba a nosotras.—¿No tienes frio? —reparó Rory nulo abrigo.Eros tenía las mejillas sonrojadas.—¿Te sientes mal? —me apresuré hasta él tomándole la frente—, tienes un poco de temperatura.Se alejó de mí, algo roñoso.—Yo… no, no es eso, estoy bien—se apresuró a decir—. Es que yo… quiero pedirte un favor.Bajé mi mano lánguida de su frente, completamente frita, ¿Eros pidiéndome un favor?Compórtate Holly, eres la adulta.—Claro, lo que quieras.—Eh… un amigo me pidió salir a tomar algo después.¿Un amigo?—¿Cuál amigo?—Lo acabo de conocer y me pareció una buena oportunidad en salir… ya sabes, ustedes siempre están diciéndome que salga y me pareció una buena idea.Verlo trastabillar con sus palabras me hacia pensar que de verdad lo querí
ADAMHolly me había esperado fuera de la casa cuando llegamos su padre y yo; ella ni siquiera le dio la cara a su padre, sus ojos furiosos estaban puestos en mí, así que Michael solo se cruzó derecho dejándome a solas con la fiera de su hija.En cuanto su padre cerró la puerta, me incliné para besarla, pero me soltó una bofetada.—Auch ¿no crees que se te pasó la mano?Holly me miraba furiosa.—Acabo de pasar la peor de las vergüenzas con mi padre y tu tan cínico.La tomé de la mano con la que me abofeteó y le besé los nudillos.—Pero dejaste bien en claro tu influencia sobre mí para con tu padre.—¡Lo estás haciendo de nuevo!—Holly, no es para tanto.—¿Te parece poco que pierda mi dignidad?—Por supuesto que no…—Y no solo frente a mi padre, ¡con tus hermanos cerca!Comenzó a soltarme puñetazos en el abdomen.—Ya, ya, tranquila—la abracé, pero ella siguió golpeándome los costados—, ¿qué pasa si lo compenso con un regalo?—No me vas a comprar—me mordió el brazo.—Pensarás diferente c