“La normalidad es un camino pavimentado: es cómodo para caminar, pero nunca crecerán flores en él”
Vinent Van Gogh
Entro lentamente a la amplia habitación, que por cierto es una grosería de lujo para mis ojos.
Kerem está parado justo detrás de mí, sé que está esperando que yo le diga que no pasa nada, sé que quiere olvidar el tema de lo que pasó allá abajo. Pero yo no.
Me niego totalmente a no poner reglas en este asunto, aunque yo debí negarme rotundamente a este juego, pero ya es tarde. Muy tarde para m&iacut
Luego del bendito desayuno, Evie me pidió que le acompañara a una tienda, porque según ella está noche será la ceremonia principal donde se hará una especie de ritual para dar inicio a la semana de pre-casamiento. Me explicó que el resto de semana solo serán desayunos y cenas donde se comparte y conocen entre familia y amigos.El día sábado será la boda oficial de Steven y su futura esposa. Quisiera que con ello fuera el fin de esta parodia. Y apenas hoy es lunes.—Brando, puedes irte, te avisaré en cuando nos pases a recoger por favor —dice Evie en dirección al hombre de media edad que nos trajo a una boutique del centro de New York.—Si señora —se despide el hombre mientras bajamos del auto hacia la tienda.Es una belleza de tienda, creo que le llevaré varias ideas a Millie
Su expresión es… Atormentada, como si algo le embargara la existencia, puedo presenciar el hecho, puedo notar cada uno de sus gestos porque nuestra mesa es una de las que está más cerca de los novios.Amelia sigue dando rienda suelta a lo que sea que está diciendo, sus labios no paran de moverse mientras que el resto de gente hace caso omiso al suceso que a mí me tiene afligida.Al instante varias parejas salen de sus mesas en pareja a acompañar en el baile a los novios.—Ven acompáñame —susurra Christopher tomando mi mano. Su toque me parece ajeno, totalmente ajeno. Pero yo afirmo su agarre y asiento en respuesta.Caminamos hacia la pista y quito la mirada de Kerem, no quiero torturarme más ¿por qué seguir haciéndolo? Este es el objetivo de él, reconquistar a su antiguo amor; yo no soy más que un in
Llegamos en 20 minutos a la residencia y en silencio entramos a la casa yendo rápidamente a la habitación.Kerem cierra la puerta y yo giro en su dirección.—¿Qué pasó con tus padres y Cris?—Mis papás estaban cansados y se retiraron mucho antes. Christopher se fue con una amiga una hora después.Coloca su reloj en la mesa y desabrocha su camisa.—¿Dormirás aquí?—pregunto.—Por supuesto, yo te lo dije —su mirada es penetrante y sería.—¿Y en qué parte dormirás? —examino alarmada.Sus manos están desabrochando los puños de su camisa y con el dedo me señala en dirección a la cama de la habitación.—En esa cama.—Pero… ¿Cómo? Entonce
La mirada de Amelia está fija, sin parpadear, como si lo que fuese a decirme dependiera su estabilidad.—Hola, Amelia… —digo pasando el trago.—Alexandra, quisiera conversar contigo algunas cosas… Creo que son necesarias…—Adelante, te escucho —indico retadora, colocando en tensión mi cuerpo. Ella parece titubear un poco, luego pasa las manos arreglando su cabello.—Debes saber que es sobre Kerem —explica por fin.—Claro… Me lo debí imaginar.Ella mira hacia varios lados para luego tomar el aire.—Alexandra, no sé qué te ha contado Kerem… No sé si en algún momento te comentó sobre nuestra relación.—Su pasada relación… —corrijo con reproche a sus palabras. Pero un gesto burlesco es gestado en su rostro formando una especie de sonrisa forza
De forma voluntaria y atrevida, inicio el beso. Un beso que comienza salvaje con sed de Kerem. Inmediatamente él restriega su cuerpo en el mío casi cortándome la respiración, su boca es hambrienta y su lengua es experta en dar las mejores sensaciones que he sentido en mi vida.Toco su abdomen duro y firme, ya que él está desnudo a excepción del bóxer que lleva puesto.De pronto me separa con gran esfuerzo de su cuerpo.—¿Estás segura de esto?, porque no creo tener la fuerza de parar… Y aunque pueda en algún momento no quiero parar… No lo haré.—No lo hagas… —indico segura.Hay una mezcolanza de manos entre nuestros cuerpos. Su mano llega hasta mi boca y con sus ásperos dedos comienzan a rozar mis labios suavemente, la adrenalina comienza arrebatarse nuevamente por todo mi cuerpo para acercar total
—Lo siento —le escucho decir. Pero, por el contrario, yo sigo en mi posición solo haciendo el gesto con mi cabeza para aceptar su solicitud.No sé cuánto a pasado. Pero la realidad me despierta cuando la puerta de mi asiento es abierta y un par de manos me toma.—Perdóname Ale, la ira que me dejó ciego. ¡Por favor! Acompáñame a desayunar y hablemos…Me bajo con él y nos adentramos a una cafetería, y luego de que arreglaron un lugar para nosotros, tomó sus manos con suavidad.—Déjame ver tus manos —Varios nudillos sangran y yo niego con la cabeza.Sadik está mirando a la nada con un rostro desencajado. Ya nos han servido el desayuno, pero él no ha comido nada.—Luego de terminar acá iremos a comprar ropa para esta noche —comienza él sin mirarme, como si nada h
Llevo un paso apresurado, quiero irme del lugar, estoy segura de que si volviera a verle la cara a esa loca podría cometer una estupidez.Un jalón más fuerte de lo necesario hace que me devuelva.—¿Ale qué pasó? ¿Por qué te vas así? —la expresión de Cris es incrédula, haciendo que mi enojo aumente.—¿Estás metido en el combo, Christopher…? ¿O debería llamarte hermanito? —le escupo sin pensar mientras la ira se me rebosa en cada gesto.—¿Qué? ¡No sé de qué estás hablando! ¿Cómo crees que me prestaría para algo así? —responde enojado.—Ahora mismo no confío en nadie… —me zafo de su brazo, pero rápidamente vuelve a tomarme. Su apretón está siendo incluso
No….Esto no puede estar pasando.Amelia está literalmente encima de Kerem, besándolo, manoseando su cuerpo… él por supuesto está correspondiéndole el beso.Lentamente doy vuelta para salir del lugar lo más rápido que pueda, llegando al baño para hacer lo que venía hacer y arreglarme el maquillaje destruido.No sé cuánto tiempo pasó desde el momento que ingresé al sanitario, no lo sé, necesitaba controlar el temblor involuntario que mi cuerpo producía. Necesitaba con urgencia dejar de derramar lágrimas incontenidas, necesitaba cambiar el color de mi cara enrojecida.Llego lentamente a la silla que nunca debí abandonar y tomó asiento, el rostro impactado de Cris no deja de mirarme un solo segundo, y cuando hace para hablar a preguntarme alg