Tan solo habían transcurrido dos semanas desde que Esmeralda era una mujer casada. Lamentaba sentirse tan cansada debido a su embarazo y depender de Kenton para muchas cosas, como por ejemplo levantarse si se sentaba en el sofá o para atarse los cordones de los zapatos. Él jamás se quejaba y se veía de verdad predispuesto para apoyarla en lo que necesitara, pero se sentía inútil y eso la fastidiaba demasiado. Kenton fue a la oficina y una empleada se quedó en casa al pendiente de ella para ayudar a Esmeralda. Él a la hora del almuerzo iba a casa para comer con ella y en varias ocasiones si el tiempo se lo permitía, le llevaba un pequeño obsequio para ella o compraba algo para el bebé. Esos detalles eran los que ella aún más agradecía y la hacían sentir de verdad querida. Al llegar a casa, Kenton notó que Esmeralda se veía inquieta a causa de algunas contracciones. La empleada que solo se ocupaba de ella lo llamó para hablarle en privado. -La señora ha tenido contracciones. No
Las semanas pasaron y faltando solamente dos para la fecha de parto que él doctor estipulaba, Esmeralda debió ir a la clínica nuevamente con contracciones regulares muy dolorosas. Kenton estaba histérico al ver sufrir a su esposa y por temor a que algo estuviera saliendo terriblemente mal. Cuando Esmeralda iba caminando a la consulta, tomando descansos entre cada contracción, fue que rompió fuente y allí todo se agilizó para la pareja. El médico comprobó la dilatación y anunció que el nacimiento sería ese día. Lourdes y su novio, el mejor amigo de Kenton, dejaron a los niños con Marie y se dirigieron sin demora a la clínica. Allí vieron a Kenton aún más alterado porque su esposa sufría y no sabía que hacer para disminuir su dolor. Él se sentía inmensamente impotente por no poder ayudarla y además temeroso por el miedo de que Esmeralda se descompensara y no resistiera. -Kenton ven por favor- Lourdes llamó a su cuñado para que saliera de la habitación y poder hablar con él
Kenton llevaba dos días sin dormir gracias a altas dosis de cafeína. Él se negaba a dejar a Esmeralda sola, aunque ella le había pedido que se fuera a descansar al menos unas horas. Incluso Lourdes había hablado con Marie para que cuide de sus hijos unas horas y así poder ir a la clínica. Cuando a Esmeralda le dieron el alta médica, Kenton fue quien sintió profundo alivio. Él quería ir a casa, dormir en su cama y darse una ducha. Cuidar a su esposa e hijo en la privacidad de su vivienda resultaba una idea maravillosa. Además allí no habría personas diferentes entrando a su habitación cada cuatro horas. -Cuando lleguemos quiero que duermas. Jamás te vi así- Esmeralda le pidió y tocó la zona de sus ojos Kenton apoyó bien la mano de su esposa en su rostro y cerró sus ojos imaginando que finalmente ella le expresaría cariño. ¿Cuánto tiempo había esperado por eso? Esmeralda lo miró sorprendida y sintió un nudo en la garganta. ¿Tanto afecto le hacía falta a su esposo? La culpa
TRES MESES DESPUÉS Lourdes vivía en el penthouse de su novio junto a sus hijos. Su embarazo era noticia en redes sociales, así como también en los canales de televisión dedicados a conocer más sobre la vida de las personas más famosas e influyentes de la ciudad. Dylan había hablado con el papá de uno de sus compañeros de escuela en un cumpleaños al que había asistido, sin saber que él era un reportero. Su declaración se convirtió en noticia en el transcurso de algunas horas causando la simpatía y ternura del público. Aquel hombre le había preguntado si estaba feliz de que su mamá tendría un nuevo bebé y él le había dicho que si. Además de eso, le había preguntado como se sentía respecto al novio de su mamá y él había dicho que lo quería como si fuera su papá. -¿Usted quiere saber si estoy celoso porque él será el papá de mi nuevo hermano y no es el nuestro?- El niño sorprendió al hombre que luego de algunos segundos hizo un gesto afirmativo- Él nos trata como sus hijos y se qu
Esmeralda llevó sus cosas al cuarto de huéspedes. Volver a su apartamento no sería sencillo porque debería llevar todas sus pertenencias y las de su hijo allí. Además eso alertaría a la prensa y era lo que menos le interesaba en ese momento. Lo que prefería era resolver la situación de la manera más tranquila y discreta que le fuera posible. Cuando Kenton llegó a casa fue a su cuarto y no encontró nada de Esmeralda. Al ir al cuarto de su hijo encontró a Tamara con él y se sintió tranquilo. -¿Sabes dónde está Esmeralda?- Preguntó en voz baja para no despertar al pequeño -La señora llegó muy alterada. Le dió pecho al niño y me pidió que cuide de él. No la vi desde entonces señor- Contestó ella sin dar más detalles porque no tenía más información Kenton buscó en los otros cuartos y al no poder abrir una de las puertas imaginó que ella estaba allí. -Esmeralda, amor, ábreme necesitamos hablar- Pidió hablando a través de la puerta -Kenton ya está todo más que dicho, ¿Puede
Esmeralda había recibido la visita de Lourdes y le había pedido que hablaran en privado. Por supuesto que ella sabía todo lo que estaba ocurriendo y esperaría a que su hermana se lo dijera para que pudiese así desahogarse. -¿No sabías nada de esto?- Esmeralda confrontó a su hermana con una pregunta que por el tono empleado pareció acusatoria -Jamás hubiese callado una verdad semejante de haberlo sabido. Acabo de enterarme- Se defendió sin molestarse porque comprendía que su novio era el mejor amigo de Kenton y que de allí nacían las sospechas de su hermana -Era obvio que Kenton había planeado todo, ¿Por qué no me di cuenta? Fui ingenua y creí que era un excelente hombre por ser tan comprensivo cuando le dije que estaba embarazada. ¿Cómo no me di cuenta de que todo era un plan suyo?- Lamentó culpándose a si misma -No voy a defender a mí cuñado, pero escúchame. Aunque actuó mal, tuvo muy buenas acciones. Hizo todo al revés, es cierto, pero por sus acciones lo estás haciendo pa
Lourdes había llegado al cuarto mes de embarazo y con ilusión fue a la consulta médica acompañada de su pareja. Su vientre se veía de un tamaño similar al que tenía en el sexto mes de embarazo de Alvarito y se sentía enorme. No quería imaginar como se vería cuando llegara al momento de dar a luz. -¿Cómo te has sentido?- Le preguntó su doctor y ella suspiró agotada -Aún tengo náuseas y comienzo a perder la esperanza de que se me quiten- Contestó desesperanzada -Suele ocurrir en embarazos múltiples y más que la medicación para que no tengas vómitos no puedo darte- Respondió -¿Hoy podremos saber el sexo?- Intervino el futuro padre ansioso -Vamos a descubrirlo ahora. No siempre se puede ver, pero lo intentaremos -¿Que estamos esperando?- Preguntó emocionado haciendo reir a Lourdes Algunos minutos después, Lourdes estaba sintiendo como el doctor le aplicaba el gel frio en el vientre. -Estos son los latidos- Los escucharon- Aquí podemos ver claramente que es una niña
Lourdes había ido a casa de su hermana y llevaba consigo aquel vestido verde junto a los maquillajes que había usado aquel día. Esmeralda había acordado encontrarse con Kenton en la habitación de hotel y desde que él se había ido transcurrieron algunas horas. Ella debió prepararse para salir, pero lo primero fue extraerse leche para dejarle a su hijo. Lourdes maquilló tal como aquella navidad a su hermana y le deseó suerte. -Díselo. Tal vez hasta regresen siendo tres- Le aconsejó acompañándola hacia la puerta -¿Estás loca? No quiero otro niño ahora y Kenton tampoco. Si algún día quedo nuevamente embarazada seguro se desmaya- Garantizó, al menos coincidían en algo -La reconciliación está asegurada a juzgar por tus palabras. Diviértete y por favor no regreses temprano- Aconsejó Lourdes y le dio una palmada en el trasero haciendo que riera. Definitivamente estar de novia con alguien tan bromista había logrado que ella enloqueciera un poco (......) Esmeralda llegó a la