¡Ella es una Pellegrini, no una Barzinni!
Valeria salió sin darle oportunidad a Paloma de acompañarle, su servicio de seguridad fue alertado, la iban siguiendo a distancia. Las personas que la cuidaban, pensaron que debía salir por algunos pendientes, por lo que no dieron aviso al Señor Barzinni.

Luego de un rato conduciendo, llego a La Pariolina, un café-bar que se encontraba en una exclusiva zona de restaurantes en Parioli, este lugar estaba a la vista, había demasiadas personas, por lo que Valeria se sintió menos tensa, si Massimo intentaba algo, el quedaría expuesto. El mesero se acercó a la hermosa mujer, le ofreció agua y le entrego la carta, ella sin ver, solicito un café americano y una rebanada de pastel de fresas, necesitaba quitarse ese sabor amargo en la boca.

Luego de un rato, el mesero llego con su orden, le miraba contrariado, aquella bella mujer estaba sentada sola, pareciera esperar a alguien, pero parecía que la iban a dejar plantada. Luego de un rato, un apuesto hombre ya maduro vestido con un traje completa
Alut

Estimadas lectoras y lectores Sigo trabajando para poder compartirles los fragmentos que van y vienen en el tiempo de esta historia.

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