Estimadas lectoras y lectores Aquí dejo un capitulo más de esta historia, leo todos sus comentarios y he tratado de tomar en cuenta sus puntos de vista. Al final sabrán porque tuve que modificar el rumbo de ella, tal vez les guste saber que una de las parejas que tanto me han pedido o pidieron si quedara junta, pero para ello deben ocurrir ciertas desgracias, no todo se puede cerrar tan fácilmente, recordemos que dos de los protagonistas fueron asesinos y no son fáciles de manejar.
Valeria estacionó su auto frente a la casa que supuestamente era de Pietro, al descender del auto, las piernas le temblaban, sintió un poco de mareo, se sostuvo del auto y comenzó a subir los pequeños escalones que llevaban hacia la entrada principal. Ahí de pie se encontraba Teodore Vanetto, quien lucía serio y sin mentir, podría verse molesto.— Señora Barzinni, en su estado, no debería andar conduciendo de noche.— ¡Vine a ver a Pietro! No sé quién sea usted, pero necesito hablar con él, sé que está aquí, por la mañana lo vi, sé que aquí vive, necesito hablar con él.— Señora, pase, necesitamos platicar. Efectivamente, el aquí vive, pase. — Dijo Teodore haciéndole una seña con la mano. — Vamos al estudio.Valeria vio la casa de Pietro y era muy diferente al estilo que ella conocía de él, la casa en la que vivieron juntos cerca del mar, era más sencilla, no tenía tantos lujos, el Pietro que ella conocía, le molestaban esas cosas, le agradaban los autos caros, pero en cuestión de dond
Laura, camino junto a su padre, llevaba los ojos y la nariz roja, aquellos ojos grises — verde, hoy llevaban claramente una nube que los empañaba, sabía que al mal paso darle prisa, eso se lo había dicho Paloma. El día no había sido fácil y ella debía enfrentar el futuro como viniera, además de que su hermana le había prometido que no estaría sola, ella no debía preocuparse por ello. Ella tenía un ligero dolor en la cadera y vientre, pero prefirió callarlo, caminando lentamente, su rostro tenía una ligera marca en el labio, pero como llevaba el rostro agachado, su padre no se había percatado de ello. Massimo puso su gran mano en la espalda de su hija, invitándola a entrar al estudio, Paloma no había querido marcharse, ya que desconocía cuál sería la rección del hombre ante lo que estaba por contarle Laura. Tan pronto vio como Laura y su padre comenzaron a caminar hacia lo que sería el estudio, sintió una opresión en el pecho, desconocía si era por su hermana o por otra cosa, pero alg
Adrien luego de escuchar lo que acababa de decir Laura, se quedó sin palabras, la cara con semblante pícaro de hace unos momentos cambio completamente a un semblante frío que daba miedo, soltó el abrazo que le estaba dando a la chica y la aparto, como si ella hubiera dicho algo terrible o fuera algo repulsivo. — ¡Abórtalo! ¡Sácatelo! Laura no entendió a primera instancia lo que el joven acababa de decir. — ¿Qué? Te acabo de decir que ¡Vamos a ser padres! — Y yo te dije que lo ¡Abortes! ¿Acaso crees que estamos en edad para ser padres y jugar a la casita? — ADRIEN… — Grito Laura sorprendida y molesta. — Ya te dije, ¡Abórtalo! Si no tienes dinero y no conoces a un doctor, yo te llevo, conozco uno muy bueno y de confianza… — Dijo Adrien tomándola del mentón y viéndola fijamente. — Adrien, suéltame… ¡Me lastimas! – Dijo Laura quebrándosele la voz y llenándose sus ojos de lágrimas. — Te lo digo y te lo repito, ¡Aborta o yo te haré abortar! ¡Yo no quiero un maldito hijo a esta edad!
Paloma salió de la universidad y manejo lo más rápido que ella podía, llego al colegio Marymount y se dirigió a la dirección. Durante el trayecto Laura le había escrito donde estaba y palabras más o menos, le había dicho lo que había sucedido, Paloma no iba de muy buen humor, así que cualquier cosa que le dijeran, podría encenderla y nadie quería verla molesta, a pesar de no conocer muy bien a su hermana, jamás permitiría que alguien la dañara. Paloma llegó a la oficina de prefectura, 30 minutos después, cuando llegaba, se topó con Adrien, el joven le lanzo una mirada provocativa, ella solo se limitó a decir: — ¿Qué me ves idiota? Adrien acostumbrado a recibir solo halagos, quedo sorprendido, hasta donde él sabía esa chica no la conocía. — Soy Paloma Barzinni hermana mayor de Laura Pellegrini, vengo por ella, mi padre no está por el momento. — Señorita Barzinni, ¿acaso no es usted la hermana mayor del niño Enzo Barzinni? — Efectivamente, pero Laura es mi hermana también, además n
Valeria llegó al hospital, iba más controlada, llevaba oxígeno y podía respirar mejor, no podían darle calmantes por su avanzado embarazo, pero sí oxígeno suplementario. Fue hasta ese momento, en ese momento reacciono, acababa de poner en riesgo la vida de sus bebes por alguien a quien ya no le importaba su vida en lo más mínimo, sus ojos se llenaron de lágrimas. La mujer limpiaba sus lágrimas cuando su ginecóloga la fue a ver, Marco le había llamado e informado de la situación, así que la doctora ya llevaba una idea de que hacer. —¡Hola, Valeria! ¿Va a ser costumbre verte por aquí? —Hola, Dra. Berlusconi, ¡Perdón! Yo… yo no quería lastimar a mis hijos… Es solo… —Trataba de articular palabra Valeria. —Vamos a revisar a tus pequeños, tu esposo viene en camino, así que todo estará bien, seguramente solo será guardar realmente reposo y todo estará bien. —¿Mi esposo viene en camino? —¡Sí! Él fue quien me hablo… —Dijo la doctora con duda. — Valeria, ¿estás teniendo problemas con tu es
Luego de que el médico revisara a Valeria, este no encontró motivo por el que ella debiera permanecer hospitalizada y le dio el alta. Marco la llevo a casa, camino a esta no menciono ninguna palabra, el silencio dentro del auto era absoluto, cuando por fin llegaron, los recibieron Camila y Emma, ambas mujeres estaban muy preocupadas por Valeria, luego de que esta saliera de improviso de casa.Marco acompañó a su esposa a la habitación, le ayudo a entrar al baño para que se aseara, aprovechando esto, el hombre saco una maleta del cambiador, comenzó a sacar varias mudas de ropa, por momentos se sentía culpable al recordar cómo le había hablado a su mujer, la cual estaba embarazada; sin embargo, ya no pudo contenerse. Luego de escuchar que había ido a casa de Pietro en su búsqueda, con ello quedaba claro, cuál era la razón por la que ella había visitado esa casa a tales horas, no tenía que ser muy listo para darse cuenta de que su matrimonio se estaba yendo al carajo.— Marco, ¿qué estás
— ¡Querido padre! ¿Cuánto tiempo tuvo que pasar para volvernos a ver? – Dijo Franco hijo, al ver a su padre en el hospital.— ¿Franco? ¿Franco eres tú? ¡Dios! ¡Dios es grande! ¡Mi hijo me ha salvado! – Dijo Franco padre derramando lágrimas y con voz entrecortada.— Padre… Ni dios te va a salvar, no quería salvarte, pero la verdad es que en este momento me conviene tener que cuidar de ti. — Dijo Franco hijo de manera fría.— ¿Qué quieres decir Franco? ¿Acaso no es suficiente lo que he vivido con Marco? – Dijo Franco padre al escuchar la voz de su hijo.— ¡Tú te buscaste lo que estás viviendo! ¿Acaso olvidas que mataste a toda la familia de Marco? – Dijo Franco hijo seriamente.— Va… ¿Ahora resulta que tú eres su vengador? – Dijo Franco padre sin un atisbo de remordimiento.— ¿Ya vez lo que digo? – Dijo Franco hijo colocando su mano en la cabeza de su padre. — Ahora yo soy quien decide si vives o mueres. Ahora ya sabes que el día que necesites recordar por quien estás vivo, no será por M
Valeria, al ver que Marco salía de su habitación, se vio tentada a seguirlo e impedir que se fuera; sin embargo, estaba claro que, ella le había hecho daño, quien dijo que mentir puede hacer feliz a alguien, lo que salía por su boca no era lo que su semblante decía. Aunque ella trataba de fingir, estaba claro que Marco no era tonto y podía ver más haya incluso de ella, Marco lo podía ver y sentir, no necesitaba ser tan inteligente para darse cuenta de que lo que ella estaba diciendo eran de verdad mentiras. Aquella mujer sintió cómo una punzada de remordimiento recorrió su cuerpo, luego de darse cuenta de que, nuevamente, se estaba queriendo engañar y estaba queriendo engañar a Marco, prefirió no seguirle, trato de mantener la calma, era necesario darle su espacio. Valeria recordaba a Marco y no es que ellos hubiesen tenido momentos así antes, pero si recordaba que cuando su marido estaba molesto por algún tema de trabajo, prefería alejarse y calmarse, él era un hombre reflexivo y pre