Estimadas lectoras y lectores Massimo sigue recolectando los frutos de su pasado. Tal vez las cosas vayan mejorando, pero nada quita que todo poco a poco va agarrando camino y en el se puede ir recogiendo lo que sembró.
--- Meses atrás (Las Maldivas) ---- ¡Anda, papá! ¡Apresúrate…! - Dijo Paolo al llegar al aeropuerto mientras su padre pasaba la aduana.- Paolo, espera, ya solo deja firmar y vamos. Si esta chica ya te ha esperado un tiempo, no creo que no pueda unos minutos más… - Dijo Massimo apresurándose para alcanzar a su hijo.Massimo y Paolo se hospedaron en el mismo bloque de islas donde Aldo había rentado toda una villa para ellos, durante su estancia.Paolo no había esperado a su padre, por lo que solo puso sus cosas en la habitación y salió al encuentro de Amina.Massimo sin otra opción, decidió cambiarse debido al calor. Entre el tiempo que usó para cambiarse y en lo que salió a buscar a su hijo, rápidamente se lo topó en la sala de estar.- ¿Paolo? ¿Hijo? ¿Qué haces acá? – Preguntó el padre intrigado.- ¡Déjame solo, papá…! - Dijo Paolo, viendo hacia ningún punto.Algo que llamó la atención de Massimo, era ver el vaso que tenía en las manos.- ¡Paolo! ¿Qué demonios haces? Tú no estás en e
- Quiero saber, ¿Qué fue esa mujer? ¿Dónde quedo? ¿Cómo fue que se separaron? ¿Ella no te amaba? - Pregunto Paolo con curiosidad.- Paolo, ¿podría mejor contarte cómo conocí a tu mamá…? - Dijo Massimo incómodo de solo pensar en aquel lejano pasado.- ¡No! Quiero saber quién fue la mujer a la que le rompiste el corazón… Por favor… - Dijo Paolo sin aceptar el cambio de tema.- ¿Te gusta saber del dolor ajeno? – Pregunta Massimo ante su insistencia.- Solo quiero saberlo, eso me ayuda a no pensar en lo que vi…- Paolo, eso suena muy convincente, pero no quiero que tomes mi ejemplo…- Papá, sé que hiciste mal, pero al final, mírate, hoy día tienes a una buena chica…- ¿Diana?- Sí, ella me cae bien, además tú y mamá, esto seguro que ya no se querían… - Dijo el joven con mucha seguridad.- Paolo, yo siempre voy a querer a tu mamá… Ella te trajo a ti al mundo, trajo a tus hermanos al mundo, ¿Cómo no la iba a querer? - Dijo Massimo sorprendido por la declaración de su hijo.- Siempre discutía
Luego de que Massimo tomó un baño, salió, se puso la pijama y fue a la cama, miró la hora en su reloj, ya tan pronto era media noche, ya era un poco tarde para marcarle a Diana, por lo que solo le envió un texto deseándole buenas noches y mandándole un beso.Massimo entró a la cama, se recostó y puso su mano en el lado de la cama que normalmente usaba Diana. El hombre realmente extrañaba a la que sería su esposa, pero esa era la vida de una CEO exitosa y él lo sabía perfectamente.Poco a poco se fue quedando dormido y al hacerlo, una persona apareció en sus sueños, más bien un momento de su vida apareció en sus sueños.--- Santorini (Hace 23 años aproximadamente)Massimo llevaba cargando a Guadalupe mientras la chica trataba de seguirle el ritmo a sus besos.Era evidente que la chica poco sabía sobre cómo besar, ya que los únicos labios que en su vida había besado habían sido los de Massimo y Pietro, pero lo vivido con Pietro, era algo que se llevaría a la tumba.El hombre no quería ad
- ¡Vaya! No esperaba escuchar aquello, durante el día, el hombre se veía muy interesado en ti… Por esa razón ni me acerqué… - Dijo James con total sinceridad.- ¡Ese hombre lo único que quiere es que me mantenga lejos de él! Oye, ahora que lo pienso, ¿Tú eres de por aquí?- No, solo estoy de vacaciones… ¿Por?- ¿Mmm? Perdón, es que creía que eras de por aquí… - Dijo Guadalupe un poco decepcionada.- ¿Necesitas algo?- ¿Te soy sincera? – Dijo Guadalupe con un poco de duda.Estaba claro que por el momento, no conocía a nadie, el chico se mostraba amable y sincero, tal vez él podría conocer un lugar accesible donde pudiera quedarse.Él no se veía del tipo que fuese millonario, por lo que le inspiraba más confianza.- Dime…- No tengo dónde quedarme y ando buscando algo barato, no traigo mucho dinero en la bolsa, de hecho he pensado regresar mañana mismo a Italia. – Dijo Guadalupe con pesar.El lugar era maravilloso, le había encantado nadar en aquellas cristalinas aguas, pero no tenía din
- Disculpe, señorita, de casualidad. ¿Vio pasar a mi esposa? Una chica bajita… - Dijo Massimo en la recepción.- ¿Es la mujer que subió a su habitación? ¿La chica rubia? – Dijo la recepcionista un poco confundida.- No, mi esposa es una chica bajita con la que llegué…- Perdón, señor, pero la mujer que llegó hoy nos dijo que ella era su esposa.- ¡Oh, ya veo! Bueno… ¿Vieron pasar a la chica bajita con la que llegué?- Sí, salió del hotel, pero no vimos para dónde iba… Disculpe usted…- ¿Cómo? ¿Ella no se hospedó aquí?- No señor… Solo la vi pasar con una bolsa y una mochila.Massimo sintió un escalofrío recorrerle, salió del hotel, miró para todos lados. Las calles lucían con personas, pero conforme avanzaba la noche, el número de personas reducía.Antes de entrar en pánico, decidió marcar el número de su esposa, ella estaba sumergida en una reunión de chicas y chicos de su edad, más o menos de su edad. Reía y consumía cerveza, esa reunión le recordó a las que iba cuando vivía en Gaet
Luego del desayuno, en donde Massimo, Luciano y Laura, se miraban a los ojos y solo estaban a la expectativa. Massimo decidió que hoy pasaría el día con Paolo, quería que salieran a dar una vuelta. Maurizio se quería agregar al viaje, pero Laura y Luciano lo distrajeron.- Papá, ¿A dónde vamos a ir? - Preguntó Paolo, intrigado.- ¿Mmm? No tengo idea, pero lo único que quiero es platicar contigo. Hay dos cosas que quisiera que platicáramos.- ¿Qué cosas? - Volvió a preguntar Paolo sin entender a su padre.- Bien… La primera y la más importante, ¿Sabes que te amo, verdad?- ¡Sí, papá! Yo también te amo, pero ¿A qué va todo esto?- ¡Ah, ya sé! ¡Vamos al mirador…! - Dijo Massimo recordando que aquel lugar es un lugar despejado y que se presta para platicar. - Quiero tener una plática de hombre a hombre contigo. - Dijo Massimo sinceramente.- ¿De verdad? ¿Por? - Preguntó el chico asombrado.- ¿Oye, quieres algo de la tienda?- ¿Una gaseosa?- Bien, en la primera tienda que veamos bajamos p
Massimo observa con atención a su hijo y no sabe por dónde comenzar, ¿Cómo le dices a tu hijo, que no es tu hijo?- Paolo… ¿Sabes que te amo, verdad? – Pregunta Massimo con precaución.- Papá… por segunda vez sí, sí lo sé y yo también te amo mucho, papá, pero ¿Qué es lo que querías contarme?- Paolo, cómo podrás haberte dado cuenta, tu madre y yo, no fuimos las personas más responsables que hayan existido.Tu madre cometió errores, yo cometí errores y eso es parte de la vida. Lo importante es enfrentar las consecuencias y seguir adelante.Cuando te digo que te amo, no lo digo de manera vacía, como cuando quieres caerle bien a una chica, tú eres mi hijo y te amo por el hecho de que eres mi hijo. Te vi nacer, crecer y, aunque no siempre estuve a tu lado, trate de ver cómo crecías.Massimo tomó una gran bocanada de aire y luego la dejó salir en un largo suspiro. Sintió cómo su estómago se revolvió y supo que no podía retrasar más el momento.- Paolo, amé de muchas maneras a tu madre, inde
Valeria miraba el recipiente con las cenizas del abuelo Alberto y no podía evitar sentir una gran opresión en el pecho, ella misma se llenaba de nostalgia.Él solo recordar la vida que llevó a lado de sus abuelos, el recordar la manera tan abrupta en la que su abuelo se fue.- ¡Ay, abuelito! ¿Cuántas cosas cambiaron desde ese día que fuiste por mí a la escuela? – Dijo Valeria con nostalgia.Valeria recordaba aquel día en el que su abuelo abruptamente llegó para llevarla a un destino incierto; de eso ya habían pasado 25 años.Una aventura que la llevó a conocer a nuevas personas y que, desde que las conoció, nunca más dejó de verlas.Hoy, regresaba Paloma y Aldo de luna de miel, aquella hija producto de su amor de juventud que tanto amaba y que en poco tiempo daría a luz, estaba comenzando su nueva vida, a ella si le había tocado una buena pareja, ella si había aprendido a reconocer lo que eran aquellos verdaderos destellos de amor.Solo era cuestión de un par de meses para que, la reci