Estimadas lectoras y lectores Aquí les dejo un capítulo más de esta historia... ¡Gracias por sus comentarios y por seguir la historia hasta ahora! Si les ha gustado, visiten mi listado de libros para más aventuras y emociones.
Vicenzo y Marco se encontraban frente a la tumba de Valentina y el pequeño Pietro, la tarde era fría, ambos llevaban flores, miraban con nostalgia aquella placa envejecida por el tiempo, ambos estaban perdidos en sus pensamientos, ninguno decía nada. Ambos hombres luchaban con el cúmulo de emociones que traían dentro, una lágrima rodó por la mejilla de Marco, un doloroso recuerdo de su pasado llegó, un nudo en la garganta le impedía emitir palabra.— Marco Barzinni… ¡Eres libre! Deja de cargar esa pesada carga que llevas en la espalda, se ha hecho justicia a nuestra Valentina, tu hijo también ha recibido justicia, tu familia ha sido vengada.Marco volteo a ver al hombre que tenía a su lado, el cual muy a pesar de su edad, aun lucia joven, sus líneas de expresión era lo único que te mostraba la edad, su andar era tranquilo, pero firme, aquel irresponsable hermano, ahora era un faro de tranquilidad, vivía día a día basándose en sus creencias, vivía para su hijo, para su nieta, para su nu
Marco iba manejando después de haberse detenido abruptamente, el estado de salud de Pietro no era bueno, por lo que, si quería hablar con él, debía esperar a que se estableciera.Memorias de lo que ocurrió el día de hoy por la mañana comenzaron a cruzar por su mente.--- Tribunal de apelación ---Marco Barzinni llegó al tribunal, era un testigo protegido, llegó acompañado de Valeria, su esposa. Era la primera vez en años que, el hombre se sentía nervioso, sabía que, si las cosas no salían bien, él terminaría en la cárcel, Valeria quedaría sola y sus hijos crecerían sin un padre presente todo el tiempo.Por otro lado, Pietro Pellegrini llegó tomado de la mano de Celeste Massimp, aunque las cosas entre ellos no estaban del todo bien, ella entendió que no podía dejarlo solo, era el padre de sus hijos y se sintió en la obligación de acompañarle. Pietro llevaba la misma incertidumbre que Marco, si algo salía mal, él terminaría en la cárcel y jamás podría volver a ver a sus hijos, ya que seg
Después de una serie de presentaciones, tomaron asiento y Massimo, guardó un lugar para Magnus D’Angelo, su padre, quien llegó pocos minutos antes de que iniciara el juicio. Era extraño, pero Magnus no había llegado solo, el hombre llegó en compañía de Vicenzo Moretti.Massimo dudó, ¿qué interés tendría el padre del famoso juez que presidiría el juicio del año? Esa pregunta, no tendría respuesta, al menos no para él.— ¡Orden en la sala! El honorable juez Moretti, las honorables juezas Sforza y Zucconi, están llegando a la sala. Señores, ellos serán los jueces profesionales, ahora vienen los jueces legos, el señor Vespucci y Cipriani. — Dijo el policía encargado del orden.Numerosas familias de muy buena posición estaban ahí, iban en apoyo a Franco Amato, el hijo del famoso juez Amato. Todas aquellas familias no podían creer las injusticias que se estaban cometiendo con un hombre tan intachable como Franco Amato hijo.Poco después de las presentaciones, llevaron al detenido y sentaron
Llamo a testificar al señor Franco Amato padre, quien desafortunadamente no está en condiciones de hablar, ya que lastimosamente le cortaron la lengua y las cuerdas bucales, pero afortunadamente, el hombre sigue fuerte y ha ideado una forma de comunicarse mediante la escritura.Por favor, apóyenme a pasar al señor Franco Amato, quien pidió ser testigo para detener a su hijo, pido comprensión y empatía ante este hombre, ya que muy a pesar de no poder hablar, tiene mucho que decir.La puerta de la sala se abrió y un anciano en silla de ruedas, entro a la sala, de aquel hombre fuerte y grande, no quedaba nada, el hombre en esa silla de ruedas estaba encorvado, llevaba puestas unas gafas de sol, tratando de cubrirse las cicatrices de sus ojos, el hombre llevaba una máscara de oxígeno, y sus manos temblaban.Marco y Pietro se quedaron helados al ver quien tenía a Franco Amato, según la última orden de Marco Barzinni, este hombre debía ser llevado a un hospicio lo más alejado de Italia, pero
Tras una larga sesión y análisis por parte de los jueces, fue declarado culpable Franco Amato hijo de todos los cargos relacionados con intento de homicidio en primer grado de Pietro Pellegrini, difamación y mal uso del poder judicial en el caso de Marco Barzinni, usurpación de funciones en el Grupo Pellegrini, dejando afectaciones en el señor Massimo D’Angelo.Los cargos por tráfico y explotación venían a cumplimentar la orden de arresto, el hombre pasaría toda su vida, encerrado en una de las peores cárceles de Italia, no habría derecho a fianza y debía cargar en su conciencia, el haber dejado a su hija en manos de su abuelo, ya que, si algo era falso en esa declaración, era que él supiera de qué Alessia sufría de abuso s****al.Antes de concluir esa larga lista sesión, donde se desahogaron todas las pruebas presentadas, donde la defensa quedó sin palabras debido a la falta de sinceridad del cliente, el juez Moretti dijo:— El caso inicialmente se abrió por la familia Barzinni y la m
A la salida del juicio, para evitar a todos los medios de comunicación, Moretti había dispuesto para los Barzinni, Pellegrini y D’Angelo una salida por la parte trasera del Tribunal. Él aún tenía mucho que hacer ente tal noticia que cimbró el país, pero para un hombre como él, esto era parte de su día a día.Valeria vio desde lejos a Pietro, estaba claro que no sería correcto saludarlo ni emitir algún comentario, las cosas con Marco iban bien y si ambos querían sacar adelante su matrimonio, debían evitar todo tipo de malentendido, no solo por ellos, también por su familia, ya había sido demasiado tiempo con la familia desperdigada, por lo que solo se limitó a subir al auto de su esposo y marcharse rápidamente.En el caso de Pietro, Massimo y sus respectivas parejas, subieron juntos a una camioneta que el propio Magnus había dispuesto para llevarlos a casa. Magnus se había quedado junto con Vicenzo en el tribunal, tenían cosas que platicar, así que no los acompañó, solo se aseguró de qu
Celeste tomo la mano de Massimo, lo vio y dijo:- Massimo, yo amo a tu hermano, al principio no entendía su forma de ser, cuando le conocí, este hombre fue muy directo, me dijo que le gustaba y quería una relación conmigo.Sinceramente, creí que estaba loco, creí que solo quería un acostón con la profesora de su nieto, me sorprendió cuando comenzó a cortejarme, comenzó a llenarme de detalles, se preocupaba por mí, me asustaba de momento, él buscó la manera de ayudarme, no es secreto que no soy de una familia adinerada, soy huérfana, mis padres murieron cuando era muy joven.Pietro lo sabía y es que nunca le importó, siendo sincera, hasta ahora no logro acostumbrarme a la vida que tienen, ustedes los Pellegrini, son una familia adinerada. Recuerdo que cuando Pietro conoció mi apartamento, él simplemente se movía como si fuera cualquier cosa, no mostró sorpresa.- Celeste, mi hermano siempre ha sido así, entre los dos existe un abismo de diferencia, él siempre ha sido una buena persona,
Una vez que Aldo terminó la llamada, besó la mejilla de Paloma, la chica, al sentir aquello, poco a poco fue abriendo los ojos.- ¡Cielo! ¡Despierta! Oye… - Dijo Aldo con un poco de preocupación.- Aldo, ¿Qué sucede?- Acabo de colgar con Massimo, necesitamos regresar inmediatamente a Italia…- ¿Por qué?- Se trata de mi padre… Al parecer no está bien, lo tienen ingresado en el hospital y Massimo me pidió que regresara ahora mismo.- Pero… ¿Y nosotros?- Todos se regresan conmigo… Es momento de volver…- ¡Aldo! Pero… ¿Qué vamos a hacer?- Juntos enfrentaremos lo que venga… No lo olvides, tú ahora eres mi esposa; cualquier cosa que te afecte a ti, me afecta a mí, somos una familia y nada podrá separarnos. Recuerda que antes de que tú y yo nos separemos, antes de que eso suceda, tú, yo y Enzo nos iremos del país y nadie volverá a vernos.- ¡Sí!- Entonces… Debemos avisar a todos en esta casa, ya que, en menos de una hora vendrá un grupo de hombres y nos llevarán al aeropuerto. Paloma, re