Estimadas lectoras y lectores Aquí les dejo un capítulo más de esta historia...
Luego de hacer una escala, Aldo y el resto de la familia tuvieron una despedida que les dejó un amargo sabor de boca. El hombre delante de Paloma la abrazó y besó, prometió regresar con sus hermanos e hijo, él no podría quedarse con ellos de brazos cruzados esperando noticias, ya habían rastreado a los hombres de Franco y él sería quien los interceptaría.— Aldo mi vida, ¡cuídate mucho! No deberías ir, pero sé que no podrás estar tranquilo, solo pido que te cuides… — Dijo Paloma con los ojos llenos de lágrimas.— Mi vida, el plan inicial era llevarlos al lugar seguro, pero confío en la gente de Massimo, ellos los pondrán a salvo, yo me sé cuidar solo, no te preocupes, le he dejado un móvil a Paolo para comunicarnos, siempre que pueda lo haré, te prometo que regresaré con ellos, ellos y ustedes son mi familia, tú encárgate de cuidarte y cuidar a nuestro bebe.Sin más, Aldo se despidió de todos, incluso de la pequeña Adele, luego de ello tomó otro vuelo y fue a un destino desconocido. Mi
El chofer y un equipo de sujetos cuidaban de Aldo y los niños, llegaron al aeropuerto y ahí ya los esperaba un avión privado para llevarlos a donde pidieran.Aldo y los niños subieron a este, ahí ya le aguardaba bolsas con ropa para poder cambiarlos, comida caliente y unas mantas.Cuando Aldo se cercioró de que los 3 niños estaban alimentados, limpios y descansando, fue cuando por fin decidió hablar con Franco Amato con el teléfono del hombre que había matado el mismo, aunque pareciera que Franco le había leído el pensamiento, ya que el móvil comenzó a sonar, lo dudo, pero en el décimo timbrazo contesto:— ¡Sorpresa! Será mejor que te ocultes en el mejor lugar que encuentres, Franco Amato, porque no seré yo quien se haga cargo de ti, pero seguramente Marco Barzinni ya te está buscando y te tiene claramente en la mira, más ahora que los niños, están conmigo…Luego de ello colgó y hecho en agua el móvil, ahora si podían despegar, los llevaría con él a los Emiratos Árabes, ahí estarían se
Mientras toda una batalla se desarrollaba, Valeria y Pietro, por su lado, se encontraban ingresados en el hospital psiquiátrico “Di Santa Rosa”, ambos con sus propios demonios, ambos con sus propios problemas no resueltos. La pareja estaba tan cerca, pero tan lejos el uno del otro, los días habían transcurrido con normalidad, Pietro había mantenido su estado normal por varios días, lo que había ayudado a la Dra. Serra a abrirse camino por su mente.En el caso de Valeria, a ella ya solo le faltaban unas pocas semanas para terminar con la primera fase, por lo que había preguntas que en un inicio no tenían respuesta, pero que actualmente ya podrían ser contestadas.— Valeria, ¿cómo te encuentras el día de hoy?— Hola, Dra. Serra, estoy bien y ¿usted?— Bien, Valeria, muy bien, me da gusto escuchar que vas mejorando, sinceramente has hecho un trabajo increíble.— ¡Gracias, Dra. Serra! Básicamente, se lo debo a usted…— ¡No! Esto es un logro tuyo y nada más, mi única tarea es ayudarte a com
Valeria lloró por varios minutos, para ella era doloroso reconocer que, en todo este tiempo, siempre sintió culpa, una culpa que estaba infundada en lo que vivió en el pasado con Pietro, él había sido un hombre honesto al final, pero el corazón de Valeria estaba muy lastimado, ella no había podido corresponderle como él quería.Luego de su muerte, ella tuvo que vivir con la culpa, una culpa infundada por los recuerdos de un hombre, uno que hizo todo lo posible por hacerla feliz. Si bien Massimo no fue la mejor persona con ella, Valeria, se aferró a la persona que le mostró lo único que ella conocía desde niña, maltrato, indiferencia y abandono.Pietro le había mostrado una vida diferente, pero lamentablemente, los fantasmas de su pasado la seguían y no le permitieron aceptar el futuro que él le había mostrado cuando era joven.— Valeria, debo preguntarte algo importante. — Dijo la Dra. Serra luego de algunos minutos.— Sí… Dígame…— ¿Qué significa Marco para ti?— ¿Por qué me pregunta
Este día había iniciado como un día glorioso para Franco Amato, él por fin, se convertiría en el dueño del Grupo Pellegrini, era algo equiparado como si hubiera comprado una de las más grandes cadenas de ropa de diseñador o cosas así, pero sin poner ni un centavo.Aldo, con lo que él no contaba, era que no solo le quitaba el negocio a los Pellegrini originales, sino que, el solo hecho del método que usó para presionar, no había sido contemplado desde todos sus lados.Massimo se había retirado de ahí, sabía que su hijo, sobrino y el hijo de Guadalupe estaban bien, ¿en dónde? Solo Aldo tendría la respuesta, pero por el momento, el plan había surtido efecto.Franco estaba sentado en la elegante silla que formaba parte de la presidencia del Grupo Pellegrini, veía y volvía a ver las fotografías que le había enviado Marco Barzinni, una oleada de ira lo invadía, su hija, aquella mujer que él había sostenido en brazos cuando bebe, aquella a la que le había enseñado a andar en bicicleta, la mis
Luego de una larga travesía, horas que parecieron días y días que se sentían eternos, Aldo tomó un vuelo con los niños a los Emiratos Árabes, ahí ya los estaban esperando; Paloma y compañía.Ese lugar era donde vivía Aldo o Teodore cada vez que visitaban ese país, las medidas de seguridad eran asombrosas, Aldo se había esmerado en poner toda la seguridad que estuviera a su alcance, no podía volver a arriesgar a su familia.Tras varias horas de vuelo, Aldo y los niños llegaron a ese enigmático país, él aún no podía quitarse la sensación de todo lo que había pasado hace unas horas.Cuando le pidió a Teodore que lo entrenara como su padre, este le dijo que no todo sería fácil, había actividades que le quitarían la tranquilidad, era cuestión de experiencia y temple para soportar lo que viniera, por lo que, Aldo debía hacer uso de su autocontrol para disipar esas emociones.Paloma no podía estar tranquila, Paolo no había recibido ninguna llamada y ella comenzaba a impacientarse, se sentía i
Luego de que Franco Amato había hablado con ese “amigo” al cual le cobraría un favor del pasado, solo debía sentarse a ver cómo la desgracia caería en la familia Pellegrini, era obvio que Massimo Pellegrini saldría salpicado con ello.A la mañana siguiente, Marco Barzinni se encontraba en la bodega donde estaba el viejo Franco, lo vio y le dijo:— Espero que hayas tomado la mejor decisión Franco, por alguna buena razón te mantuve con vida en estos años, solo recuerda que, lo que yo te hice tiene una razón de ser.En el caso de tu hijo, ¿Acaso le diste alguna razón para hacer lo que te hizo? Se llevó tu voz, se llevó lo poco que quedaba de implacable Franco Amato.Franco tenía una pluma y papel, hoy día esa era su única manera de comunicarse, además de asentir o negar con la cabeza.— “Eres un idiota, lo sabías” “Debiste matarme cuando podías”— No, no, Franco, tú ahora eres mi “as bajo la manga”.— “¿Para qué me quieres vivo?” “Ya no te sirvo para nada.”— Oh, mi hombre, sirves y sirve
El hospital “Di Santa Rosa” era un lugar enorme, este era un compendio de 3 edificios en forma de u. La Dra. Serra había sido muy cuidadosa, el tema era que, por más que quisiera evitarlo, si el destino así lo quería, en algún momento Valeria y Pietro terminarían encontrándose.Pietro procuraba no salir de su habitación, más cuando su mente se sentía dispersa, él perfectamente sabía que podría toparse con Guadalupe, por lo que evitaba salir a los jardines o andar por las áreas comunes.Un buen día, tal como si de una jugarreta del destino se tratase, mientras Pietro regresaba de una sesión con la Dra. Serra, caminaba por el largo pasillo que lo devolvería al edificio donde estaba su habitación, iba un poco pensativo que no puso atención a su alrededor, hasta que una voz conocida lo saco de sus pensamientos.— ¿Pietro? — Preguntó Valeria con sorpresa y sintiendo cómo una corriente eléctrica le recorría el cuerpo.— Gua… Guadalupe… — Respondió Pietro con la voz temblorosa.El hombre no p