Capítulo 68

Tengo un dolor punzante en mi cabeza, intento centrar mi mirada en Max, pero no puedo. Todo me da vueltas, solo escucho los gritos de él, no está dispuesto a dejarme en paz, así que continúa con los golpes, uno tras otro. Mi cuerpo no tiene fuerzas para luchar y me quedo tumbada en el suelo y con mis brazos intento protegerme.

—¡Max! —la voz de Jud llega hasta mis oídos antes de desmayarme.

Abro los ojos lentamente, parpadeando contra la luz blanca y brillante que llena la habitación. Mi cabeza late con un dolor constante, y todo a mi alrededor parece borroso y confuso. Intento moverme, pero no tengo fuerzas, como si estuviera atrapada en un sueño del que no puedo despertar.

A medida que mi visión se aclara, puedo distinguir las formas familiares de los equipos médicos y las paredes blancas del hospital. El sonido de un monitor acompañado del suave murmullo de las voces en el pasillo.

De pronto, empiezo a recordar cómo he llegado hasta aquí.

Una enfermera entra en la habitación, sonr
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