Jayden.
Hace unos minutos terminé una reunión de negocios y ahora voy en camino a mi Bufete, y de pronto recibo una llamada de la ex-dueña del restaurante diciéndome que un imbécil está acorralando y maltratando a mi bella rusa, ¿qué es lo que se cree ese imbécil? En este momento me dan ganas de regresar e ir a matar a ese hijo de puta y enseñarle que con acosar a una mujer no conseguirá nada más que odio y repudio.
Se equivocó de mujer el infeliz, está muy equivocado si piensa que me quedaré con los brazos cruzados. Antes de cortar la llamada y de las ganas de regresar le dije a la ex-dueña que se llama Marcela Paz, que me mandara el video de esa escena.
Aceleró hasta más no poder, la furia incrementa e increment
***Después de unos diez minutos él se aleja de mí, por unos segundos me observa para luego desnudarse mientras mis ojos lo ven lleno de deseo.¿Qué es lo que hará? No pretenderá que lo haremos aquí y ahora. ¡Santa mierda! No lo digo, puesto que se está quedando sin nada de ropa. En un santiamén mis ojos escanean a mi alrededor por si más de una alma pérdida anda rondando por este lugar mágico, ya que no quiero ser fotografiada y menos salir en un video porno.Soy una pervertida, pero también tengo mi personalidad de santa. ¡Pero santa diabla en persona!Él es grande, fuerte y sensual, como todo hombre sexi que cualquier mujer desearía comer. C&oacu
—Me iré, pero no por siempre porque tú me ayudaras sí o sí —se levanta y luego de unos segundos limpia las lágrimas de cocodrilo.Todavía tiene el descaro de venir a buscarme… ¿Qué hago? La mato ahorita o dejo que el propio narco la mate. Es difícil, ya que ambas se escuchan muy tentadoras. Como puedo olvidar todo lo que ella me hizo, como puedo olvidar lo estúpido que fui al enamorarme de una persona que jamás se enamoró.—No te afanes mucho, porque en el momento que me busques verás a tu queridísimo narco —relamo mis labios.En este preciso instante siento una enorme satisfacción al saber y sentir que la puta sufrirá y recibirá su castigo. Ese mismo castigo que
—No quiero irme, pero si no tuviera un par de problemas no lo pensaría como lo estoy haciendo en este instante.Después de bajar las escaleras nos detenemos en medio de la sala. Esto me huele a despedida o hay algo más de una relación de solo sexo. Luego de unos minutos de debatir si se iba o se quedaba inesperadamente el timbre empezó a sonar y a resonar.—Regreso en un momento —separo mi mano de la de él.Le dije claramente que me esperara, pero ¡no! El sexi me sigue tal como si fuera mi guardaespaldas. Aunque yo llevo la delantera y él detrás de mí no quita que se sienta incómodo la presencia protectora detrás de mis pasos. Abro la puerta, mis ojos se abren como plato, mis nervios se aceleran, las ganas de morirme
Hace dos días nos asignaron a Víctor y a mí una mini oficina en la cual ambos tenemos que trabajar o cuando necesitemos respirar de cualquier cosa. Desde que nos asignaron esta oficina ¡yo! No he dejado de comer tranquilamente en este lugar que es mío. ¡Corrección! “Lugar compartido”.—Sabes cuántos hermanos tiene él y porque le dio la gana de regalarle el mismo restaurante en el que yo trabajo —resoplo. Me dejo caer en la silla que está cerca de mi escritorio.—Pensé que tú lo sabías.—Sé poco de él —levantó la mirada para ver esa mirada asombrada.—Como no vas a saber con quién te acuestas y no me mires as&
—¿Me puedes explicar por qué actúas así? —me cruzo de brazos.—No, explícame tú qué haces aquí —vocifera.—Ya te dije por qué estoy aquí —contraataco.—Eso no es motivo por el cual estés aquí porque si no me equivoco tienes otro trabajo por el cual cuidar —ahora es el papi el que se cruza de brazos.—Deja de comportarte como un niño y dile de una vez a tu secretaria que deje de llamarme, ya que fue ella la que le exigió a mi jefa que viniese a entregarte el pedido que se hizo —gruño.Que se ha creído el papi sexi para reclamarme algo que no tiene ni sentido
Zoe.(…)Quince días después de aquella triste tragedia. Quien iba a pensar que aquel día sería uno de mis peores momentos y sin dejar atrás que hoy en día reconozco que soy una chica sensible. Tengo un corazón de pollo, el mismo corazón que el ex papi sexi destruyó con su sinceridad.Como dicen; «lo que no te mata te hace más fuerte».Los únicos días que pasé como una estúpida en la cama fueron más ni menos que cinco días y hace dos días busqué trabajo en tiendas, cafetería, ropa de segunda mano, súper, joyerías, gasolinera, floristería, panadería, hasta en una funeraria. Aaahhh… fue cansado, pero a la vez alentador porque así me puedo dar cuenta que tengo que estudiar y esforzarme más para trabajar de lo que estoy estudiando.Lo bueno de todo es que hoy me llamaron de una joyería y me dijeron que lo único que tengo que hacer es ofrecer el producto y enamorar a las parejas o al cliente, pero… enamorarlos en forma figurada, querien
Jayden.—¿A dónde vamos?—Mi hermana y su esposo nos están esperando para enseñarle el restaurante —le contesto sin dejar de ver al frente.—¿Y dónde está tu hermana?—En su joyería, ¿sabías que su esposo y ella tienen una joyería que abrió hace meses? —resoplo—. Y porque hasta ahora se dignaron en decirme.—¡¡¡Wao!!! Jayden, esa no es cualquier joyería y aún más sobresalta el apellido Ston —esboza una enorme sonrisa.Estaciono mi auto y por lo que veo William tiene razón, el local está en el centro de la ciudad y eso no es todo, ya que tiene una buena imagen y no se queda atrás el toque fino de mi hermana. En solo la entrada tiene un letrero con el nombre “Joyería Ston”. Un gran ventanal de vidrio con un logo de joyería y el apellido Ston, a mano derecha está la puerta principal y desde afuera de la joyería puedo ver parte de lo que hay dentro.No hay duda que mi hermana junto a su esposo han contratado mucha segurida
—Estoy celoso y no me gusta que estés con un hombre que no sea yo —grita como loco. Su cinismo y su posesión me provoca únicamente risa, pero lo reprimo, ya que no dejaré que me doblegue porque lo único que mis oídos quieren escuchar es que se arrepiente de lo que me dijo o que siente algo por mí. No sé si los celos sean una buena señal o que sea un mal consejero. —Ya entiendo —cabeceo tras balbucear—, tú estás mal porque no eres la persona que está a mi lado. —No puedo creer que me hayas olvidado tan fácil —su voz se escucha un poco dolorida. ¡Wao! No puedo creer las palabras que salen de sus labios. ¡Me está diciendo que lo olvide! No sé si matarlo ahora o esperar que lo mate junto con la pata de urraca.