Las mujeres han sido hechas para hacer amadas, no para ser comprendidas.Óscar WildeLeah le pido a Fabio que la dejara unas calles después, sabia que estaba mal tratar de esconder a su pequeño si le causara un tipo de vergüenza, aunque era todo lo contrario, se despidió con un beso antes de salir del auto.—Nos vemos luego, descansa.Fabio asintió y la vio alejarse, apoyo la frente del volante tenia curiosidad de a donde iba o con quien se encontraría, tenía que recordarse que tenia que confiar en ella, así como se había negado a leer su informe en su escritorio debía respetar sus decisiones o las cosas que quería mantener a parte de él.Leah sonrió mientras se acercaba a la escuela de su pequeño, sabía que los últimos días lo había abandonado de cierta forma y le causaba una cierta molestia, desde que se reencontró con Fabio se olvido parcialmente de su obligación como madre de poner a su hijo primero, antes de salir con Fabio pasaría un buen rato con él y se aseguraría de hacerle s
Leah se sentía muy nerviosa mientras se preparaba para la cena, luego de los mensajes que habían intercambiado no le había vuelto a escribir lo que sin duda generaba cierto tipo de incertidumbre, se aplico un poco de labial rosado para mantener un maquillaje sencillo, se había vestido con un vestido sencillo de cuadros que llegaban cuatro dedos encima de su rodilla, su cabello castaño caía en pequeñas hondas que había hecho y unos hermosos ganchos en su cabello delicados de colores suaves y unos tacos gruesos color hueso. Guardo todo lo necesario y se miro en el espejo por ultima vez sonriendo emocionada, le diría a Fabio sobre su hijo, antes que todo se complicara y terminara averiguándolo de otro modo. Salió de su cuarto, caminando donde su pequeño dormía había vuelto sin energía y luego de un baño y comer cayo rendido cuando le leía un cuento, Yexy estaba de guardia en su nuevo trabajo así que no le quedo de otra que contratar a una vecina. —Dulces sueños pequeño, hoy mama le dirá
Leah se congelo al momento de ver a Ricardo allí, sus manos sudaron sabía que la última vez había logrado salir ilesa de sus enredos, pero que el estuviera y todo el desastre de la oficina solo podía ser sus juegos, apretó el sobre intentando mantener la calma, las provocaciones podrían llegar a otros oídos o la existencia de las fotos que eran una clara advertencia de su romance.—Veo que tienes algunos problemas —Leah apretó sus manos en formas de puños y sonrió a Ricardo no podía creer que estuviera allí—. Hay mucho desorden, espero que no se haya perdido nada importante.—No deberías estar aquí. No es como si tuviera algo que ver contigo ¿O me equivoco?—Yo estoy donde me da la gana— dijo amenazante, se acerco como un felino rodeando a su presa haciendo que Leah diera un paso atrás.—No creo que el dueño piense lo mismo— se carcajeó intentando parecer fuerte—, además te lo digo de una vez, vuelve acercarte a mí, si no quieres que te llegue otra citación.—¿Acoso? ¿Alguien creería
Leah avanzaba por la calle completamente metida en sus pensamientos, nunca nada salía bien para ella, no podía evitar sentirse desanimada y preocupada con respecto a las fotos podían ser su ruina y la de su jefe; además de su carrera laboral. El amor, su estabilidad y sobre todo la tranquilidad de fabiano sabia que la gente de internet nunca tenía piedad y solo pensar que su pequeño pudiera ver algo de aquello un malestar incomodo en la boca de su estómago, todas esas preocupaciones.Su estómago gruñó inhaló el rico aroma de pan recién salido del horno y cruzo la calle hasta la panadería de la calle, tenía el medio día antes de volver al trabajo, avanzando rápidamente antes que el semáforo cambiará corrió cruzando la calle como si no hubiera mañana, tropezó con un cuerpo y su bolso cayó al piso esparciendo las pocas cosas que tenía adentro. Se apresuro a recoger las cosas esparcidas en el suelo.—Lo siento señorita, déjame ayudarla— su alemán era muy marcado, Leah podía apostar que er
Los temores nacen en los momentos que menos esperas, están hay esperando un signo de debilidad para atacar toda aquella plenitud.…..Leah evito todo lo que pudo a Fabio cuando regreso a la empresa molesta por su actitud de temprano, bufo al pensar que se había hecho a un lado por estúpidos celos. Junto a Melissa se aseguro de ordenar todo el desorden y elegir por prioridad los proyectos que estaban a punto de iniciar. Cuando eran las tres de la tarde su teléfono vibro, contesto la llamada preocupada al ver que era de la escuela.—Maestra, ¿Le sucedió algo a Fabiano? — pregunto con desespero, la maestra guardo silencio, no sabía ni cómo explicar la situación.—Señora, el joven Fabiano está en el hospital.El aire se quedo atascado en su pecho al pensar todo lo posible, sus manos temblaron mientras tomaba sus cosas del escritorio.—Maestra…—Hubo un incidente en el colegio y el joven Fabiano resulto herido en estos momentos lo están atendiendo… necesitamos que venga, ya que necesitamos
Fabio sintió que todo lo que sabía hasta ahora parecía una pequeña mentira, quería patear todo lo que tuviera por delante apretó su cabello desesperadamente sintió que sus ojos se llenaban de lágrimas, se agacho escondiendo su cabeza entre las rodillas.Solo el pensamiento de que luego que habían pasado cinco años y se había perdido de todos aquellos momentos, sentía una furia que Leah no le hubiera dicho nada al respecto al principio cuando se volvieron a encontrar estaba furioso pero una parte hacia que reflexionara sobre sus sentimientos y verdaderos pensamientos. Ella se había hecho cargo a pesar de esa poca edad y con todos los obstáculos que había enfrentado, y sin duda había esperado que le digiera sobre esa pequeña personita que había nacido de esa noche; entendía o lo intentaba encontrar motivos por el cual ella lo había ocultado esos dos meses que había estado encontrándose con él.Luego de unos diez minutos regreso a dentro, camino hasta la habitación y se detuvo en la puer
No sé qué tiene ella que me hace detenerme a pensar lo que quiero a futuro, sé que sonara loco si lo digo en voz alta.... Que quiero mucho más, de sus sonrisas, su calor y sus besos. Se que, si lo confieso, solo se asustaría yo también lo haría sin embargo me opongo a dejar todo a la suerte.Ella tiene miedo yo también tengo miedo ¿Podemos dejar eso atrás? ¿Podemos superar nuestros miedos?—Señor ¿Por qué lo hizo? — me preguntó Taylor luego de abandonar la casa de Mariana—¿Tanto le gusta?—Si, me gusta...pero solo fue un poco de ayuda. —¿Tres días buscando a un viejo pintor gruñón? — mencionó.Inmediatamente recordé todo lo que hice para conseguir que aceptara a ir y pintar de nuevo ese mural, todavía sentía sus huesos sonar cuando intentaba estirarse, ese viejo zorro astuto se había aprovechado de su complexión.—Supongo que si—confesé—, que esto se quede entre nosotros.Taylor asintió no es como si fuera a decirle a otros, sabia que Fabio era una persona reservada con sus asuntos p
Fabio impidió que su abuelo fuera al hospital buscaría una ocasión para reunirse, en esos momentos solo quería mantener a su familia lejos de los medios y las personas que se podrían aprovechar de ello; y sabia que su abuelo al primer momento lo hubiera grita a todo el mundo, pero la situación ahora era critica, aunque había tomado acción contra su ex empleada y Fabricia, quien había descubierto la fuente del fotógrafo que tomo las fotos de ellos. Había hablado con Cecilia para decorar una habitación de huéspedes para Fabiano y Leah quería tenerlos a su lado en todo momento y por su puesto quería hablar con Leah en lo que se convertiría su relación a futuro. Dos días después Fabiano fue dado de alta luego de un par de discusiones Leah no tuvo más opción que aceptar ante el entusiasmó de su hijo por vivir con su padre, sentía que de alguna forma empezaba a reducir su toma de decisiones. Todo parecía que empezaba a tambalearse, con resignación y sobre todo vergüenza al llegar al pent-h