Nikolay

—¡Cómo pudo pasar esto! — gruño lanzando las hojas que trajo Alekséi desde el recibidor con molestia — , ¡Todo esto para nada!

Pateo la maldita papelera junto a mi escritorio, las palabras que dijo Regina se repiten una y otra vez dentro de mí. Pensar en que el pobre niño que ahora al parecer me ha robado a mi mujer podía haberse quedado sin su verdadera madre en vano me enfurece. Quizás soy el mismo tipo de monstruo que mi hermano o peor aún que mi padre.

—Tenemos que encontrar otro modo, su estatus social no parece disminuir y su mujer parece saber de esto, así que…

—Voy a ir hasta él — le digo — : él no conoce mi rostro, así que quizás debería permitirle verlo antes de morir.

—¿Ir, por tu cuenta?

Mi amigo niega, soy el vor, lo sé, pero no pienso dejar que todo se vaya al drenaje y tenga que poner en peligro a mi mujer más de lo que ya debo hacerlo solo porque ese idiota que me marcó para toda la vida. De más de una manera es tan poca cosa que a nadie le importa en su famili