Inicio / Romántica / Prisionera del mafioso / Capítulo 4 : Nunca pensé tenerla en mis brazos.
Capítulo 4 : Nunca pensé tenerla en mis brazos.

Nikolay

Miro a la dulce mujer que tengo en mis brazos, el olor que proviene de ella es simplemente encantador, pero lo que más me gusta es la furia en su mirada. Sus dedos se clavan en mi brazo, traga hondo antes de intentar alejarme de su cuerpo. Vuelvo a colocarla en línea recta sobre el suelo, bajo mis manos descaradamente hasta la curva deliciosa de su trasero y antes de que me dé cuenta estoy siendo abofeteado por esta mujer.

— Mne nravitsya, net mne temy (me gusta, no me temes )— susurro pegándola más a mi cuerpo — , me enciendes.

Murmuro cerca de su mejilla, ella intenta apartarme golpeando mi pecho, pero es demasiado débil o pequeña para hacerme algún daño, suspiro antes de tomarla en brazos a pesar de sus negaciones. Me encuentro con Irina en la sala sentada esperando alguna orden.

—Cocina algo ligero, pero consistente — le pido — , déjalo en la puerta de la habitación.

—¡Bájame, maldito! — chilla la mujer que tengo en brazos— : no me toques, ¡Suéltame!

Ignaro sus quejas, Irina camina hasta la cocina mientras yo subo las escaleras y dejó a la mujer que ha golpeado constantemente mi pecho sobre la cama. Tomo una de sus piernas con rapidez. Ella intenta alejarla, pero soy mucho más fuerte y cuando nota el clic de la cadena alrededor de su tobillo la furia solo aumenta.

—¡Tu maldito! — jadea — , qué derecho tienes a hacerme esto — niega — : porque yo, porque a mí.

Su voz muere, su respiración se quiebra y la veo gemir antes de comenzar a llorar en silencio, las ganas de correr a su lado para abrazarla se mueven bajo mi pecho, pero no lo hago. Saco mi chaqueta para tirarla sobre el tocador. La mujer que gime en la cama me mira con el ceño fruncido de un momento a otro.

—¿Qué estás haciendo?

Ella sorbe por la nariz, rodeo la cama dejándome caer a su lado sobre el colchón, e intento no reaccionar a la forma en que se encoge sobre las mantas para apartarse todavía más.

—Voy a dormir un rato — respondo — ; probablemente deba irme a mitad de la noche, pero quería estar aquí, contigo, zvezda.

—Yo no quiero estar contigo — respondo — lárgate — sorbe por la nariz — , no quiero ver tu fea cara.

—Lo siento por eso — saco mis botas húmedas por la nieve — pero es lo único que verás todas las mañanas por el resto de tu vida, zvezda.

—No pienso quedarme aquí — me advierte — no pienso vivir con un monstruo que ni siquiera me dice por qué me secuestro.

—Te estoy protegiendo — respondo alzando las mantas para meterme en ellas — : mejor conmigo que con tu ex esposo.

Ella traga al escuchar la mención de mi hermano, se aleja de la cama hasta salir de la misma y se deja caer sobre el suelo haciéndome sentir más despreciado de lo que pude haberlo hecho jamás, Maldigo para mí mismo antes de salir de la cama. Ella trata de correr hasta el baño, pero se lo impido.

La obligo a meterse una vez más a la cama, cubro la mitad inferior de su cuerpo con una manta y luego me meto una vez más en la cama. Sujeto su brazo impidiéndole alejarse. Ella forcejea conmigo, así que me canso de esta lucha y la rodeo pegando su cabeza a mi pecho.

—Estoy cansado Zvezda — cierro mis ojos — podemos discutir mañana, ahora solo quédate quieta.

Ella me maldice, se mueve en mis brazos y la aprisiono más contra mi pecho. Mi cabeza se hunde en la mata de cabello oscuro que huele a algún tipo de fruta tropical, provocando el deleite más absoluto para mi estresado cuerpo.

Fue una mañana difícil, fue una tarde molesta y la incesante espera de que mi móvil suene para darme la noticia que todos esperan solo me hace querer matar a alguien más. Debería haberme quedado en la casa del Vor, la mayoría de mis hombres están ahí, pero quería tener algo de calma, quería estar con mi pequeño conejillo.

Un conejillo inquieto que me está robando el sueño, pero que sin duda calma mi estresante existencia. Nunca pensé que podría tenerla así, cuando la vi aquella vez, parecía una de esas obras de arte que mi tío colecciona. Perfecta e inalcanzable para un simple bastardo como yo.

Los recuerdos de esa noche pueblan mi mente y mientras disfruto de la mujer ahora calmada que envuelvo en mis brazos me permito regresar una vez más a ese momento años atrás.

—No vayas lejos Mikail — el vor, me señala con un dedo — no creo que pueda tardar mucho con esta delikates — la chica a su lado sonríe — debemos asistir a la cena en unas horas — , golpea en el trasero a la chica — así que debo darme prisa.

—Si Vor.

Respondo antes de salir de la habitación, miro a mi alrededor sin mucho que hacer realmente y me decido ir a fumar hacia la calle, camino entre los edificios hasta el callejón adyacente. Prendo mi cigarrillo agobiado un poco por los desagradables recuerdos que me traen estas calles y dejo que la nicotina amaine mis pensamientos.

La voz dulce y emocionada de una chica me hace mirar hacia la otra acera, la chica de cabello rubio con un vestido blanco que llega hasta sus rodillas continúa su conversación ajena a mi existencia,sin embargo,yo no puedo dejar de mirarla.Algo se apodera de mi.

Ella parece un ángel en medio de toda esta multitud. Ella da dos pequeños pasos sobre sus zapatos de color blanco distraída en su llamada,de repente ancio tener el poder de tomarla y llevarla conmigo,pero solo soy un simple vori de la Bratva.Ademas una mujer como ella jamás estaría conmigo,no pertenece a mi mundo.

Sus ojos verdes miran hacia mi dirección, sonríe de una forma tan hermosa que el cigarrillo en mis manos cae al suelo y siento mi corazón detenerse cuando extiende su mano para hacer un gesto de saludo.

Me separo de la pared incrédulo de que me esté saludando, la luz del semáforo cambia a verde y antes de que pueda moverme un poco más,una mujer se acerca a ella. Besa dulcemente su mejilla antes de que ambas caminen hacia la izquierda sobre la acera.

Ni siquiera me doy cuenta de que estoy siguiéndola hasta que termino frente a una tienda de ropa para chicas. Entro en ella sintiéndome extraño entre tantas prendas delicadas, e intento aparentar normalidad cuando una empleada se acerca. Su rostro palidece cuando ve mi cicatriz.

—Necesita algo señor — puedo ver el miedo en su rostro — ¿Busca alguna prenda en específico?

—Eso — señalo lo primero que veo — quiero eso.

La chica de la tienda mira el maniquí, toma el pañuelo que cuelga de su cuello antes de correr hasta la caja para envolverlo. La risa del dulce ángel se vuelve entonces más cercana. Un delicado aroma floral entra en mis sentidos y mis dedos hormiguean cuando su cabello está a centímetros de mí.

—Su compra, señor.

…..

El sonido de mi móvil me hace abrir los ojos, la oscuridad que me rodea me hace sentir ligeramente desorientado, pero el cálido cuerpo junto al mío me recuerda rápidamente donde estoy. Me desprendo de la dulce chica en mis brazos. Contesto el móvil tratando de hablar en voz baja.

—¿Murió?

—Sí, Vor, el señor Vasili ha muerto.

Mi pecho duele ante la noticia, miro a la mujer a mi lado un segundo antes de tomar mis cosas para marcharme. Saludo al guardia que descansa del otro lado de la puerta y subo al Jeep que use para llegar aquí hace unas horas.

Me recuerdo que no tengo tiempo para sentimentalismo mientras lo prendo, ella está aquí para algo más, ni siquiera debería haber venido aquí en primer lugar. Le hice una promesa a mi tío y dejarme llevar solo hará más difícil las cosas.

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo