Después de que Amelia salió de la casa de Ángel había algo seguía inundando su mente y que en definitiva no podía dejarlo pasar.-¿Por qué Ángel no me reclamó las acciones si Amelia no se quedó a su lado? Se preguntó Natalia de repente pensando por primera vez en que quizás sus acciones estuvieran en juego en ese momento.Ella se frenó de golpe y se giró sobre sus pies para acercarse a Ángel nuevamente.- ¿Qué quieres? – preguntó Ángel fastidiado al ver que ella caminaba de nuevo en dirección a él.-No pienses que porque dejaste ir a Amelia voy a devolverte las acciones – dijo Natalia en forma amenazante. necesitaba advertirle que de ninguna manera le devolvería las acciones que ya le pertenecían a ella legalmente. Natalia sentía que llevaba demasiado tiempo para lograr ese objetivo y de ninguna manera estaba dispuesta a dejarla así por así.-Natalia, si las hubiese querido devuelta ya te las hubiera quitado – dijo Ángel mientras ponía los ojos en blanco cansado de la ambición de esa
Amelia no podía creer que se había quedado como boba mirándolo, eso era algo que ella no podía permitirse. En ese momento se dio cuenta que a pesar de que hacía poco que no lo veía ya extrañaba escuchar su voz.-Definitivamente me estoy volviendo loca – dijo Amelia para sí misma mientras recostaba su frente de una columna sintiéndose realmente frustrada.-No amiga, el amor no es falta de juicio, ni tampoco una enfermedad – dijo Amarilis quien había salido tras Amelia.Amelia se giró y abrazó a su amiga muy fuerte. Ella se sentía muy ansiosa por todo lo que le estaba pasando.-Ya vámonos al consultorio del doctor Ramos por favor – dijo Amelia en cuanto terminó el abrazo.Amarilis se limitó a asentir y ambas chicas se dirigieron al coche que Wanda había puesto a su disposición el cual ya estaba listo para el viaje pues en cuanto el chofer las vio salir se preparó para marcharse.Cuando Amelia y Amarilis llegaron al consultorio del doctor ramos se acercaron al cubículo de la secretaria.
El doctor en verdad se sorprendió de lo que Amelia le estaba diciendo y pensó que al fin tenia una idea del motivo de la depresión de Amelia. Él le hizo una seña para que ella siguiera hablando ya que estaba interesado en saber el reto de la historia.-Mientras estuve secuestrada solo podía pensar en como poder escapar e ignoré todo el tiempo las atenciones de mi secuestrador quien decía que lo único que quería era hacerme feliz – continuó Amelia diciendo su punto de vista de todo lo que había pasado – un día logré escapar, pero desafortunadamente fui raptada por alguien que organizó una subasta donde yo era el principal articulo a la venta. Como habrá notado siempre he sido tratada como a un objeto – bromeó Amelia con su propia desdicha – mientras estuve en ese lugar tuve tiempo para pensar en la manera en la que mi primer secuestrador me había tratado e incluso llegué a desear estar con él otra vez.-¿Es decir que te diste cuenta que esa otra persona te había tratado de una manera
Wanda estaba muy enojada cuando alguien la chocó justo antes de entrar a su ascensor privado. ¿Quién demonio se atrevía a usar su ascensor cuando sabía que ella se encontraba en la empresa?- ¿No puedes fijarte por donde caminas intruso? – preguntó ella tratando de zafarse de los brazos de la persona que la sostenía, pero en ese momento ella levantó su vista y se encontró con la mirada encantadora de Clemente quien estaba tan sorprendido como ella.Clemente notó cada rasgo del hermoso rostro de Wanda, ella se veía exquisita con sus ojos azules y cabello largo castaño y brillante, pero lo que más resaltaba en ella eran sus pequeños labios rojos. A la vista de Clemente ella parecía tan bella como si fuese creada a su antojo.- ¡Wanda! – fue la única palabra que salió de la boca de Clemente, aunque quería decir algo más las palabras se negaron a salir de su garganta.Ellos se quedaron mirándose fijamente durante unos segundos, hasta que Wanda se dio cuenta de que estaba pasando algo raro
En cuanto Wanda le preguntó a Amelia sobre su cita con el doctor Ramos de repente aparecieron en la mente de Amelia todas las palabras dichas por el doctor. Ese era un tema que realmente la agobiaba puesto que esto incluía el hecho de que realmente estaba sufriendo el síndrome de Estocolmo. Al pensar en eso ella se sentía débil, puesto que no pudo tener el dominio propio como para no enamorarse de su secuestrador aun cuando era consciente de todo el daño que este le había hecho.-No trates de cambiar el tema de conversación querida, esto ahora se trata sobre ti ahora – Amelia se mostró reacia a hablar sobre ella y su vida tan deprimente.-No estoy cambiando de tema a propósito, solo quiero saber qué es lo que dijo el doctor acerca de tu problema – dijo Wanda completamente seria – estoy preocupada por ti.-Pues no te preocupes más querida mía – dijo Amelia mientras llenaba su copa de vino una vez más – todo está bien conmigo.En cuanto Amelia dijo esas palabras ella volvió a tomar el l
Wanda estaba parada Enel vestíbulo cuando un hombre alto que media al menos uno diez entró al edificio, el hombre tenia una belleza sobrenatural, vestía con un traje beige hecho a la medida, su cabello negro como el azabache estaba peinado a un lado, su delicada piel y su perfecta figura lo hacía lucir como si fuera de la realeza. Sus ojos como el azul del cielo se dirigieron a la hermosa mujer que parecía como sacada de una revista de modelaje. Él se acercó a ella a pasos lentos como si estuviera en cámara lenta, mientras ella no podía separar sus ojos del hermoso hombre que poco a poco parecía estar más cerca de ella.-Creo que ambos estamos bien sincronizados – dijo Clemente cuando llegó junto a Wanda – ambos estamos perfectamente combinados.Wanda no articuló palabra alguna, solo le brindó una hermosa sonrisa mientras asentía con la cabeza.- ¿Me permite escoltarla hasta mi carro bella dama? – preguntó Clemente sintiéndose completamente extasiado por la hermosa sonrisa de la chica
Clemente no pudo evitar reír de manera provocadora ante la confesión de Wanda que no solo le pareció sincera, sino que de esa forma logró darse cuenta de que ella definitivamente estaba borracha. A él le pareció muy gracioso que ella se haya embriagado con tan solo una copa de vino pues no tenía idea de que ella había pasado la tarde bebiendo.-Eso es una buena noticia para mí – dijo él de manera jocosa y sin poder evitar una media sonrisa que lo hacia lucir muy atractivo ante los ojos de Wanda.En ese momento llegó el chef del restaurante personalmente acompañado de dos meseros. El chef presentó personalmente sus platillos sintiéndose muy orgulloso de poder cocinar para ellos dos. Ese restaurante a no tenia mucho tiempo de haber abierto sus puertas al público, sin embargo, ya se había hecho de buena fama por su deliciosa comida y la comodidad del establecimiento. El hecho de que personas tan importantes como Wanda y Clemente comieran en el lugar lo pondría a ellos en la cima de la pi
Wanda llegó donde estaba Clemente, pero ya no tenia animo de continuar con la cita, ya hacia un rato que según ella estaba arruinada. Ella no sabia que tipo de relación tenía Clemente con Analía, pero tenía el consentimiento de que se trataba de una relación algo complicada.-Ya quiero irme – dijo ella en cuanto llegó junto Clemente sin deseo de decir una palabra más, lo cierto era que desde el momento que Analía se acercó a ellos en su pecho apareció un sentimiento que nunca habia sentido y era muy desagradable, por alguna razón ella estaba muy molesta con él, solo le avisó de que quería irse por no ser descortés.En cuanto ella terminó de hablar comenzó a caminar a la salida del restaurante mientras se apresuraba a llamar a su chofer para que pase a recogerla pues no tenia ni la más mínima intención de que Clemente la llevara a casa. En cuanto él vio la intención de la chica se paró corrió tras de ella y la tomó por una mano.-Oye ¿qué te pasa? – le preguntó él sintiéndose un poco d