Era verdad que había una biblioteca... Pero también había ¿Un piano? No estaba segura. No podía ver bien, maldición.
Si tan sólo pudiera abrir un poco más...
-¡Agatha!- gritó Marta desde la planta baja, haciendo que me sobresaltara.
Mi corazón comenzó a latir desesperado. Cerré despacio la puerta y corrí escaleras abajo.
-Aquí estoy-
-¿Qué estabas haciendo?- me miró con desconfianza.
La cena concluyó sin muchos más entredichos, gracias a Dios.Mark contó un par de anécdotas que tenían con el jefe cuando estudiaban juntos en la secundaria. Luego Andrew estudió Leyes y su amigo Contaduría, pero siguieron manteniendo su relación de mejores amigos.Ahora el ogro de mi jefe estaba más suelto y cómodo que de costumbre. Incluso se reía y bromeaba. Esa faceta de él todavía me sorprendía.Marta lucía como si fuera la madre de ellos dos, mirándolos con orgullo y riendo a carcajadas de sus historias.Y yo, estaba allí, de
POV AGATHATodavía no podía creer lo que estaba viviendo.Lo había logrado. Estaba dentro de la habitación misteriosa.Paso a explicarles.Marta me ordenó que limpiara las escaleras mientras ella se iba a comprar al almacén que estaba a quince minutos de aquí. Eso me daba un amplio margen de horario estando sola.El jefe aún seguía en su cuarto, probablemente durmiendo. Eran apenas las ocho de la mañana, y él solía quedarse hasta tarde trabajando.
Alisé mi vestido pasando las manos por encima.Suspiré por novena vez mientras me miraba al espejo.Después de haber limpiado todo el día, Andrew se había acercado a mi habitación al atardecer con un vestido rojo muy lujoso, de Carolina Herrera. La tela era muy suave, probablemente de seda. Tenía algunas partes de encaje, donde dejaba ver algo de mi piel. Pero era muy elegante.Creo que recién con seis sueldos míos podría comprar algo así.Él no me había dicho a qué hora venía su madre, pero procuré estar lista para las ocho. Cinco minutos más tarde, el timbre de la puerta principal sonó.Me erguí al instante y mi corazón comenzó a latir como un loco.Escuché como Marta abría la puerta y se saludaban con gran afecto.En ese instante, Andrew salió de su habitación.Y que Dios me librara de mis pensamientos pecaminosos.Llevaba una camisa blanca con sus botones superiores abiertos, dejando ver su piel bronceada.Un Capítulo 14
-¿Le llevo el café al Señor?- pregunté tomando la bandeja.-Si, por favor querida- respondió Marta mientras amasaba lo que sería una pizza.Me dirigí al despacho del jefe.Estaba bastante nerviosa. Desde anoche, no lo había visto. Y estaba segura de que así como se rompió el hechizo de ser una princesa por un rato, también se habían esfumado sus gestos dulces.Golpeé la puerta dos veces y luego de escuchar su "Adelante", entré.-Buenos días, le traigo su café-
Caminé a la cocina con miles de preguntas rondando en mi mente. Y claro, ninguna respuesta lógica para ellas.Marta estaba de pie bebiendo un jugo de naranja.En cuanto me vio, sonrió.-Emily dio un buen show hoy--Esa mujer sí que quiere estar con Andrew- bromeé.-Todas en el pueblo lo quieren. Es un hombre muy codiciado. Aunque muchas sólo lo buscan por su dinero--Lo imagino-<
Al día siguiente, me desperté y preparé el desayuno para Andrew: un café sin azúcar. Claro, amargo como su vida.Sonreí mientras lo servía.Sin embargo su voz me sorprendió.-¿Por qué será que siempre sonríes?-Me giré para observarlo. Llevaba un jogging gris y una remera blanca.Eso era algo poco habitual en él, es más, nunca lo había visto tan informal.Pero joder no podía mentir, le quedaba irresistiblemente se
POV AGATHANo supe cuánto había extrañado tocar el piano hasta que comencé a hacerlo.Mis dedos se movían con familiaridad sobre las teclas, emitiendo sonidos que me rememoraban a mi juventud.Había decidido tocar la primera melodía que me habían enseñado, una de Beethoven. Y me había costado mucho aprenderla, así que era una de mis favoritas.Al terminar suspiré, y sentí una parte de mí liberada.Volteé mi rostro hacia Andrew.Último capítulo