-¿Le llevo el café al Señor?- pregunté tomando la bandeja.
-Si, por favor querida- respondió Marta mientras amasaba lo que sería una pizza.
Me dirigí al despacho del jefe.
Estaba bastante nerviosa. Desde anoche, no lo había visto. Y estaba segura de que así como se rompió el hechizo de ser una princesa por un rato, también se habían esfumado sus gestos dulces.
Golpeé la puerta dos veces y luego de escuchar su "Adelante", entré.
-Buenos días, le traigo su café-
Caminé a la cocina con miles de preguntas rondando en mi mente. Y claro, ninguna respuesta lógica para ellas.Marta estaba de pie bebiendo un jugo de naranja.En cuanto me vio, sonrió.-Emily dio un buen show hoy--Esa mujer sí que quiere estar con Andrew- bromeé.-Todas en el pueblo lo quieren. Es un hombre muy codiciado. Aunque muchas sólo lo buscan por su dinero--Lo imagino-<
Al día siguiente, me desperté y preparé el desayuno para Andrew: un café sin azúcar. Claro, amargo como su vida.Sonreí mientras lo servía.Sin embargo su voz me sorprendió.-¿Por qué será que siempre sonríes?-Me giré para observarlo. Llevaba un jogging gris y una remera blanca.Eso era algo poco habitual en él, es más, nunca lo había visto tan informal.Pero joder no podía mentir, le quedaba irresistiblemente se
POV AGATHANo supe cuánto había extrañado tocar el piano hasta que comencé a hacerlo.Mis dedos se movían con familiaridad sobre las teclas, emitiendo sonidos que me rememoraban a mi juventud.Había decidido tocar la primera melodía que me habían enseñado, una de Beethoven. Y me había costado mucho aprenderla, así que era una de mis favoritas.Al terminar suspiré, y sentí una parte de mí liberada.Volteé mi rostro hacia Andrew. No tuve tiempo ni de esconder los papeles ni de fingir que estaba limpiando.Él ya estaba dentro del cuarto cuando alcé la mirada.Y me quedo corta si digo que su rostro me dio miedo.Sus ojos estaban más oscuros que de costumbre. Su semblante primero fue de sorpresa pero luego de una notable rabia. Su mandíbula estaba tan apretada que temí porque se rompiera un diente. Su respiración comenzó a ser agitada y ruidosa.Y realmente tuve miedo. Ojalá estuviera Marta aquí para defenderme.-¿Capítulo 19
-Si aceptas mis disculpas por ser tan idiota, y no te marchas de aquí, a cambio puedo ayudarte a encontrar a tus padres-Mi corazón se aceleró. Había estado toda mi vida pensando quienes eran ellos, si me habían abandonado a conciencia o si había sido algo de fuerza mayor que los había obligado a hacerlo. Si me habían querido, o si nunca había sido deseada.Todo eso y mas estaba en mi cabeza desde pequeña. Había intentado muchas veces conseguir información, pero nunca lo había logrado. Eso es lo malo de ser dejada en un Orfanato. Parece como si tus progenitores se esfumaran de la faz de la tierra.Pero ahora... Uno de mis principales anhelos estaba al alcance
Luego de una larga sesión de besos, nos sentamos a cenar.Entre risas y caricias, nos dejamos llevar por la maravillosa comida y charlamos un poco más sobre nuestras vidas.Andrew era un hombre increíble. Siendo hijo único y bastante joven, se tuvo que hacer cargo de la empresa de su padre y por lo tanto de la economía de su familia.-Comí tanto que no puedo respirar- murmuré sonriendo.Andrew soltó una suave risa.-Estaba deliciosa la comida, muchas gracias-<
-Eres perfecta- murmuró Andrew depositando un beso sobre mi frente. -Te quiero-Mi corazón comenzó a latir como loco. No había querido pensar que también le correspondía, porque no quería sufrir. Pero ahora entre sus brazos, tenía más sentido que nunca.-También te quiero- susurré y lo besé en los labios.De pronto el timbre sonó y nos separamos confundidos.-¿Esperabas a alguien?-Negó frunciendo el ceño.
POV ANDREWTiré de mi cabello un poco mientras intentaba pensar qué hacer.Era un maldito estúpido. ¿Cómo le podía haber hecho eso? Me había dejado llevar por mis estúpidos mandatos familiares y la había lastimado.Ni siquiera estaba de acuerdo con eso. ¿Qué había de malo con que sea mi mucama? La quería y eso era suficiente. Además a diferencia de otras mujeres, Agatha trabajaba para ser independiente y no necesitar nada de nadie. Eso era mucho más valioso que todas aquellas hijas de millonarios que mi madre quería presentarme.Joder. Sus ojos llorosos