La clase se sintió eterna pero al fin había finalizado.
Estaba sentada esperando que salieran todos para poder acercarme a Chad
Faltaban pocos chicos, estaban a punto de salir.
Apenas salieron, gruñí molesta.—¡Por fin!—Me dirigí hacia Chad, quién me esperaba sentado en su escritorio.
—¿Qué m****a es esto, Chad?—Le reclame con autoridad, como si tuviera poder sobre él.
Chad río—Cálmate, quieres...—dijo con su estúpida y encantadora sonrisa.
—¡No! No puedo, necesito una explicación Harris y hablo en serio.
—¡Demonios! Solo estoy de suplente, no me quedaré mucho tiempo. Tampoco me agrada estar aquí contigo.
—Yo no he dicho eso.—Dije bajando un poco mi mal humor, al ver que él lo subió.
—No hace falta hablar Zoe. Tengo muy claro que no quieres verme ni en pintura.—Manifestó frío y cortante. Dejándome sola.
Sentí un vacío horrible en mi pecho cuando se marchó.
Nunca me imaginé que el hermano de mi ex fuera mi profesor. Se supone que esto no sería así, se supone que este semestre iba a ser normal, igual a los de siempre y con Chad aquí, no lo será.
Con Chad aquí las cosas serán difíciles.
Joder, él no puede ser mi profesor, necesito solucionar esto.
Tenía que ir al comedor donde me esperaban los chicos, pero preferí ir a control de estudios. Donde tengo las esperanzas de que me solucionen este desastre.
Minutos después ya me encontraba ahí. Había una fila larga, sin embargo ya solo me faltaba una persona para poder entrar.
“Escúcheme señor Víctor, de verdad necesito que me añada cinco clase más a mi horario, sino nunca entraré a Harvard ¿Usted entiende la gravedad del asunto?” — esa era Palmer Casas, la chica más inteligente del instituto, incluso más que mi amiga Camyl.
“Señorita Palmer, entienda usted. No puede agregar más asignaciones a su horario el instituto pide solo siete materias para poder pasar de año, así que me complace anunciarle que su petición ha sido negada. Creo que Harvard puede entender eso ¡Adiós, señorita Palmer!” —expresó firmemente Víctor. Nunca antes lo había visto furioso, pero lo entiendo, Palmer puede llegar a ser insoportable a veces, siempre quiere tener la razón. —¡Siguiente!—Gritó Víctor y Palmer se retiró molesta.
Es mi turno.
Me acerque a él, y me sonrió.
Víctor Antonio de los Ríos, ex alumno de Excel, uno de los más problemáticos que tuvo la institución, mejor amigo de mi madre Amber y padrino de aguas de mi hermana, Elizabeth Johnson.
—Oh, joven Johnson. Qué alegría verla ¿En qué te puedo ayudar Zoe?
—A mí también me da alegría verlo Víctor.—Sonreí.—Necesito cambiar una clase ¿Será que se puede hacer?—Dije, y dentro de mi suplicaba que dijera que sí.
—Claro que sí ¿Cuál quieres cambiar?
—Quiero cambiar Cálculo, quiero ver esa con la profesora Angelic a las 9 de la mañana si es posible.
Víctor sacó un libro enfrente de mí y comenzó a revisarlo.
Luego me miró retirando sus lentes, suspiró mientras movía la cabeza de un lado a otro. Diciendo que algo estaba mal.
—¿Qué sucede, Víctor?—pregunté inquieta.
—La clase con Angelic ya está completa—dijo y enseguida mi mundo se vino abajo, la desesperación brotó de mí.
—Oh no. No, no ¿Tiene que ver algo que se pueda hacer? Has cambio de alumno, te lo suplico, no me puedo quedar en esa clase—le suplique mientras mi manos temblaban.—No me puedes hacer esto. Víctor, tu eres amigo de mi mamá, somos como familia, ayúdame.—añadí.
—¡Cálmate Zoe!—tomo mis manos—Si pudiera hacer algo, juro que lo haría. Pero los cambios tienen que aprobarse por el director y la primera orden de este semestre fue que "No habrá cambios, ni retiro para nadie". Por qué el semestre pasado hubo muchos problemas con ese transmite, hubo muchos alumnos que no tuvieron horas asignadas y el instituto de educación nos regaño por eso. Así que... lo lamento mucho Zoe, no puedo hacer nada.
Una lágrima se manifestó por mi mejilla.
Salí desolada.
Apretaba mis libros fuerte mientras caminaba por los pasillos.
Me dirigí a la cafetería siempre con una pregunta retumbando en mi mente ¿Esto será un castigo de Dios o una bendición?
[...]
Minutos después llegué a la cafetería y estaba repleta como suele ser siempre a la hora de comer.
Entre y una sonrisa grande se deslizó por mi rostro al observar que la cafetería no ha cambiado. Esta igual que todos los años. Repleta de personas, sucia y todos sentados según su estatus social. El grupo de los sexys calientes que no hacen otra cosa que hablar de sexo, está en el medio. Los rebeldes góticos sentados al fondo del lugar. Los nerds al lado izquierdo cerca de donde ponen los desechos del almuerzo y por últimos los populares que rodean toda la cafetería.
Respire hondo y la sonrisa seguía en mi rostro.
Camyl me hizo señas con su mano para que me acercara a ella, lo que hice. Al estar ahí salude a Austin quien comía con desesperación.
—Cuidado te ahogas, mira que la clínica queda lejos—bromeé riendo al ver que ingería su desayuno como si hubiese pasado dos días sin comer.
—¡Que chistosa!—burló fingiendo—Deberías mejor, decir ¿A dónde fuiste después de clases?— pregunta curioso dejando lo que hacía para prestar atención a mi respuesta, la cual yo no quería decir.
Quede en silencio, esperando que pasara algo que me salvara de hablar, no quería decirles a donde fui.
—Te estuvimos esperando mucho tiempo, merecemos una explicación como amigos tuyos que somos ¿No?— Comenta Camyl observando con una mirada acusadora. ¡Dios! Contarle que trate de cambiar mi horario sin decirles, es como clavarle un cuchillo detrás de sus espaldas. En vacaciones hicimos una promesa, que estaríamos juntos en todas las clases y sé que si les cuento lo que quise hacer me odiarían por completo, ya que a ellos no les parecen tan malo que Chad sea nuestro profesor.
M****a. M****a y más m****a ¿Ahora que se supone que deba decir?
Mi mente estaba nublada, no podía pensar, sin embargo mi lengua trato de hablar.
—Bu-Bueno, fu-fu...—decía pero no podían salir las palabras, hasta que casualmente la cafetería se polariza al ver entrar a una rubia súper alta. Camyl, Austin y yo fijamos la mirada en ella. Por un momento pensé que era Ashley, pero no, está era más hermosa. La chica va entrando con una sonrisa perfecta en su rostro mientras usaba una falda y medias altas color rosa hasta sus rodillas. Su cabello es largo y ondulado como las olas del mar, tiene aretes grandes y maquillaje resaltante que no la hace ver mal. Creo que es nueva porque nadie se atrevería llegar a Excel luciendo así.
Paso por mi mesa mirándome con odio, y al instante me pregunté— ¿Quién rayos es ella?— Al sentir su mirada fría y pesada.
Luego se sentó con los populares del equipo de Lacrosse.
—Alguien me puede decir ¿por qué diablos ella me miró así?— pregunté totalmente confundida por el episodio que acaba de suceder.
—Zoe lo que pasa es que, ella es...Hannah—dijo Camyl levantándose con su bandeja al bote de basura olvidando así aquella pregunta tormentosa. Austin y yo la seguimos.
—¿Williams?—pregunté confundida, al escuchar que era Hannah.
—Sí.—respondió Austin—Es Hannah Williams, nos encontramos con ella hace rato saliendo de clases, al parecer sus padres murieron y ella ahora vive con la abuela—añadió tranquilo, soltando una bomba en mí.
Me quedé en silencio, mientras caminábamos al campus.
Tristeza, alegría, coraje, decepción, eran los sentimientos que sentía al escuchar que volvió.
Con razón regreso. Con razón me necesita. Con razón su cambio tan radical.
Hannah Williams, antes era una chica extrovertida pero que vestía con colores que no notaran su presencia en el mundo. Siempre usaba cola en su cabello mientras que solo se echaba brillo suave en sus labios.
¡Dios! La muerte de sus padres tuvo que afectarla mucho, si yo me hubiese enterado que por eso me necesitaba, obviamente le habría respondido el mensaje.
¿Será que la busco? ¿Sera que me querrá ver? ¿Será que aún me necesita?—Son las preguntas que invaden mi mente.
—¿En qué piensas Zoe? —Pregunta Austin al ver que tenía la mirada ida.
–Aún sigo tratando de digerir que ella sea Hannah. Tú sabes todo lo mal que la pase cuando se fue.—dije y contuve las ganas de llorar.
—Oigan, no entraré a deportes hoy. Voy a ir al equipo de ajedrez, nos vemos luego.— expresó Camyl alejándose de nosotros.
—Lo sé pequeña, ¿Quieres hablar de eso? —ofrecía Austin su ayuda como el consejero sin título que es.
—Sí. Si quiero.—Respondí antes que vaya a explotar por sentir tantos sentimientos.
Llegamos al campus.
Austin.
Le ofrecí mi ayuda, tenía que hacerlo. Apenas mire su carita toda triste, sentí las ganas de protegerla. El cariño que le tengo a Zoe nunca desaparecerá.
Apenas llegamos al campus, nos sentamos en las gradas.
—Se libre. ¿Cuéntame todo lo que tienes ahí? —señale su corazón.
Ella me sonrió.
—Su llegada, la muerte de sus padres, Chad Harris aquí, Noah y Elizabeth lejos y mi madre Amber haciendo de las suyas me tienen al borde de la desesperación.—suspire sin ánimos...—No sé si deba perdonar a Hannah y entiendo que está pasando por un mal momento pero lo que me hizo me dolió mucho, quiero estar cerca y lejos de ella al mismo tiempo, no sé qué hacer Austin.
—¡Vaya! Estás sumergida en un pozo muy profundo. Y no puedo decirte que hagas lo que dicte tu corazón, porque está más confundido que el mío. La verdad, no tengo ni puta idea de que debas hacer.— ella rió.—Pero no te enrolles tanto, deja que todo fluya. Dale tiempo al tiempo, y veras que todo se pone en su lugar.—expresé estrechándola en un abrazo, el cual hizo que recordara el amor profunda que sentía por ella.
Zoe.
Me abrazó y me sentí protegida. Él siempre me hace sentir mejor, es la razón de porque es mi mejor amigo.
Y tiene razón, le daré tiempo al tiempo.
Risas.
Confesiones y bromas hicieron que no entráramos a más clases y tuviéramos una tarde de amigos.
Tiempo después llegué a casa.
Me quité los zapatos y me coloque mis audífonos. Me sumergí en la música, posteriormente me quede dormida.
Me desperté pensando en Hannah, lamento tanto lo que le pasó a sus padres, que hoy estoy decidida hablarle. Ayer había optado por dejar que el tiempo cure todo, que ponga todo en su lugar pero, no. No puedo hacer eso, si Amber muriera yo quisiera que mis amigos estuvieran cerca de mí por eso hoy dejaré mi orgullo a un lado y le hablare a la persona que por un largo tiempo estuvo para mí.Lo siento Austin pero esta vez no te haré caso.Suspire.Me dirigí al baño a refrescarme la cara, luego me coloque lo de siempre; jeans ajustados, camisa casual con zapatos deportivos y mi mochila la cual nunca puede faltar. Me mire en el espejo y estaba perfectamente normal, sonreí mientras me acomodaba un poco el cabello.Baje al estar lista, fui a la cocina y abrí el refrigerador. Saque una manzana, y me dirigí a esperar el autobús escolar.Ojalá las cosas con ella salgan bien, ojalá que hoy no me encuentre a Chad simplemente deseo que hoy sea un buen día. —Pensé.Espere. Espere y espere el autobús
Ben. Entre apurado al auditorio, la clase con Angelic se pasó un poco de la hora y me retraso para ir al ensayo, tuve que correr para poder llegar y cuando entre al auditorio escuche esa hermosa voz ¿Quien cantara? ¿Un ángel? Porque eso parece, ¡Dios!. Camine deslumbrado hacia el escenario y apenas finalizó aplaudí fuerte mientras la mire, y ella me sonrió. “¡Oh! Ben, hasta que por fin nos honras con tu presencia” —comentó en tono burlista la profesora Luz. Reí. Amo su sentido del humor. —¡Lo siento Luz! Pero ciencia es más importante que tú(?)—dije y ella rió. —Basta de bromas—expresó manteniendo las risas—Zoe querida tienes una celestial voz, toma asiento, igual tú Ben—manifestó. Al escuchar su nombre aun más me cautivo, ella se sentó en la primera fila y a su lado por supuesto que iba yo. — Hola ¿Cómo estás? ¿Audiciones para el papel de ángel me imagino?—Dije sonriendo. Zoe. Cante desde mi corazón y creo que funciono porque todos me aplaudieron. Estoy sentada esperando los
ChadMe encuentro en un mar de confusiones y todo por Zoe ¿Será que hice bien en confesarle lo que siento? Jamás me atreví a hacerlo antes con alguien, es que ninguna chica despertaba en mí este sentimiento llamado amor.Suspiré.A pesar de todo me alegro verla, aunque se fuera sin darme una respuesta, nunca la podría odiar. Lo sé, porque lo he intentado miles de veces por ser la chica que mi hermano amó y ama con locura, pero no puedo, Zoe se ha metido en mí hasta los huesos, me enamore perdidamente de ella como tal vez mi hermano Noah lo hizo.¡Joder! ¿Por qué me pasa esto a mí? En vez de estar pensando ¿En como rayos conseguí el papel principal? En lo único que pienso es en... ella, ¿Qué estará pensando ella de mí?Zoe.Me comporte como estúpida.Lo sé.Lo peor es que Chad debe estar odiándome mientras que yo lo estoy amando por su confesión. Confesión que se repite y repite en mi mente a cada puto minuto y aunque este mal que esté sintiendo esto, quiero gritarle al mundo mis sen
Arropada de punta a punta por el frío bestial que está haciendo en Boston en estos tiempos, me daba flojera levantarme, anoche no la pase tan bien. Dormí pensando en Noah y en Chad ¿Por qué mierda me tuvo que suceder esto a mí? ¿Por qué me tuve que enamorar de él? ¿Acaso no había otra persona en este mundo? Era el pensar en eso lo que no me dejo dormir por completo. Pensé que había caído como bebé recién nacido en la cama y así fue pero solo por unos minutos...Dios, mi vida sería más fácil si me hubiera enamorado del cartero ¡En serio!—“¡Joder! ¿El cartero?”—musité nerviosa mientras salí corriendo hacia el buzón. Pase por la cocina y mi madre hacía el desayuno para su nuevo “esposo” pero yo le diría pasatiempo favorito. —¡Buenos días, Amber! — La salude y ella al instante me pregunto a gritos—¿Querrás que te prepare el desayuno para el colegio?—¡Siii, Amber! —contesté saliendo apurada hacia afuera.Usaba mi pijama de short blanco con encaje y un auto Mustang que pasó por mi calle
Correr no me sirvió de nada, no pude alcanzarlo pero al pasar por los casilleros él estaba posado sobre su loker y con ella.Con Hannah Williams.Sinceramente me alegré de verlos a ambos, por fin podría hablar con Hannah y solucionar todo, así que me acerque sin dudarlo.—Hola—le exprese a ambos cuando me acerque, Chad respondió a mi saludo con una encantadora sonrisa de oreja a oreja, mientras Hannah hizo un mal gesto con los ojos ignorándome.—Como te decía Harris...—Chad estaba recostado de su casillero.—Habrá mucho alcohol y toda clase de juegos para nuestra edad, ¿Entonces...? ¿Irás a mí fiesta, o no? —le comentó Hannah a Chad ignorando completamente mi existencia, de nuevo. Hace días quería hablar con ella pero por motivos extraños no lo había hecho y creo que este es el momento ¿no? Quizás así cambie su actitud conmigo.—Bu-Buen—decía Chad y lo interrumpí—¿Oye Hannah? —ella volteó a mí—Hace un par de días, quería decirte que lamento tanto lo de tus padres, si hubiera sabido eso
Amber.Mi rostro ardía, sentía ese puñetazo en mi cara todavía ¿Hasta cuándo permitiré esto? Aún estoy en el suelo sin poder moverme y debo levantarme antes de que venga Zoe a casa. Intente ponerme de pie pero fue imposible, esa patada que me dio directo en él estomago dolía mucho aún ¿Qué rayos hice para merecer esto? Esa pregunta me la he hecho durante todos estos meses a su lado.Durante la golpiza intente en protegerme arropando todo mi cuerpo con mis brazos aunque desafortunadamente no sirvió de nada, pues sentí como si se partiera cada hueso de mi cuerpo... Creí que me mataría y fue ahí cuando mis esperanzas se esfumaron, dejándome golpear como bolsa de basura por él. La sangre abunda en mi sala donde estoy tirada, Alexis se marchó sin importarle mi estado pero, antes me dijo que le guardara la cena. Sí, eso significa que volverá y la verdad no quiero que regrese nunca más pero... ¿Cómo decirle que se vaya para siempre? ¿Como decírselo sin que termine con mi vida? Aún no quiero
Alexis se sobresaltó de la impresión al escucharme.—Quítate mocosa—me empujo hacia un lado—deja de hablar tonterías, necesito hablar con tu madre.—indicó como si tuviera derecho sobre mí. Como si fuese mi padre, si es que alguna vez tuve claro.—No irás a ningún lado—tire de su brazo para detenerlo—Lárgate de mi casa antes de que llame a la maldita policía.—le ordené con firmeza y seriedad mientras que una bomba nuclear de ira estaba a punto de explotar dentro de mí.—¿Como dices niñita?— apretó mi cuello al instante haciendo latir lento mi corazón—Si te atreves a hacer algo, juró que tú madre y tú no la podrán contar.—Me amenazó mientras poco a poco apretaba con fuerza mi cuello dejándome con poco aire para respirar.«Nunca me imagine estar en esta situación, sin embargo aquí estoy. Esto me comprueba que cada puto ser en el mundo no es tan diferente, todos pasamos por la misma mierda»Alexis me supera en tamaño y fuerza, yo estaba a punto de perder el conocimiento, mi vista se torna
****ChadLlegue a casa en menos de 20 minutos.Entre a mi habitación preguntándome ¿Qué mierda hice? ¿Por qué tuve que ser tan imprudente? Debí controlarme, es obvio que ella no es una cualquiera que se entregará tan fácil.¡Dios! Ilumíname—pedí al cielo mientras me deje caer en la cama.Mi mente y mis sentimientos estaban vueltos mierda, por cual no quería pensar más y me coloqué mis audífonos. Con la música a todo volumen me sumergí en un sueño profundo...****12 horas después.Toc.Toc.Toc.¡Demonios!—musite acostada en mi cama y un bostezo se mostró.Tocaban mi puerta.—¿Quien rayos es? No saben que no deben molestar tan temprano—grité frustrada, solo deseaba dormir un rato más.—Zoe, son las nueve de la noche.—Comentó mi madre desde el otro lado de la puerta—¿Puedo pasar?—Preguntó.Adormecida me senté en la cama mientras que ella entró.—Solo te iba a preguntar ¿Si Alexis volvió?—Si madre, si lo hizo ¿Y qué con eso?—pregunté a notar su nerviosismo.—Dios Zoe.—su preocupación