Me despierto y de inmediato siento una punzada en mi cabeza tan fuerte que me envía de momento al baño, evacuo lo que no me he comido mientras pienso en la tonta que durmió toda la noche sin importarle el frio, no quise despertarla, pero si cubrirla, no quiero follarme a una resfriada.

Salgo de la ducha desnudo y busco algo cómodo que ponerme pensando como despertarla esta mañana, si la empalo por ese coño apretado que mantiene o porque no, tomar algo que claramente su esposo nunca disfrutó y ella por su estúpida moral no quiso entregarle.

Me fastidia sobremanera su ética, su moralidad, la inocencia que tiene, ante todo y todos, comprendo porque su esposo estaba enamorado de Ava, es dulce, demasiado tierna e incorruptible, aunque esa ultima palabra ya la pongo en duda, cada vez se suelta mas en la intimidad  y quiero convertirla en una puta en la cama que me sepa complacer.

Mi teléfono su