AVA

Dracco abre la puerta y la ventisca me hace sentir el cambio de temperatura inmediatamente, porque aquí adentro estábamos en caliente.

—Si, está aquí conmigo—lo enfrenta Dracco y soy tan cobarde que no soy capaz de dar la cara—¿tienes algún problema con ello?

—Deja mi hermana en paz—a través del espejo paralizado veo como mi hermano se le va encima a Dracco, sus hombres lo sujetan evitando el contacto, pero el millonario se prepara para darle un golpe.

«No respeta nada ni a nadie»

—Basta—abro más la puerta saliendo a darle la cara de una vez y por todas—no peleen por favor y suéltenlo que es mi hermano, no le hará nada.

—¿Que tienes en la cabeza hermana?—nada, posiblemente—¿que haces con este hombre? —lo señala con decepción en su mirada—&iques