Intento calmarme, pongo todo mi esfuerzo en lograrlo. Desde pequeña siempre mi madre me ha dicho que la mejor manera de resolver nuestros problemas es respirando profundo, esperar unos segundos y comenzar a pensar soluciones con la cabeza fría, pero el lugar donde estoy no me ayuda en esa tarea.
Fui engallada, me lo advirtieron, de hecho, no lo quise creer o eso es lo que quiero pensar. Tal vez solo soy chismosa y tonta, lo que para mí mala suerte, no es una buena combinación, o solo soy estúpida. A estas alturas opto por lo segundo.
Noto que comienzo a atraer atención, que todos estos hombres no paran de verme con sus ojos lascivos y asquerosos, lo cual es un choque en la realidad; no tengo tiempo de llorar. Debo hacer lo que me enseñó mi madre, debo respirar, buscar a mis amigas y huir de aquí. Cuando esté en casa a salvo, pensaré qué hacer. Así que me limpio las lágrima
Anoche fue una mala noche, de eso estoy segura. Lo sé por las profundas ojeras que descansan bajo mis ojos, lo sé por la piel seca de mi rostro, lo sé por mi sofocante sensación de resaca cuando ni siquiera bebí un solo trago. Luego de cepillar mis dientes y lavar mi rostro, bajo a la primera planta y de inmediato entro a la cocina, donde preparan el desayuno.—¿Para quién es eso? —es lo primero que pregunto.Noto que preparan panqueques de harina, lo cual es rarísimo.—Buen día, señorita Candice. Son para su madre —contesta una de ellas mientras continúa preparándolas.—Mi mamá está en dieta. ¿Acaso sufren de alzhéimer o algo así?—No, señorita —contesta la otra—, en realidad es para la compañía de su madre. Ella pidió bananas —mi respuesta es un ase
Es realmente agotador pensar cada día en las cosas que has hecho mal, en lo que te arrepientes y en todo lo que no fue debido a algo que hiciste. Es justo cómo me siento ahora mientras bajo del auto de mi padre. No he dormido nada desde el sábado en la noche, mis amigas están de camino a sus casas en estado de shock. Como si venir aquí hubiera sido una pésima idea; tal vez lo fue.Me arreglo la falda de mi uniforme y sujeto muy fuerte mi bolso. Mientras los estudiantes pasan de un lado a otro con sus mochilas y las llaves de sus autos, me impiden la vista hacia la entrada del establecimiento, sin embargo, cuando todos comienzan a dispersarse puedo ver perfectamente a Candice del otro lado. Está justo en la entrada con su cabello perfectamente peinado en ondas, y su corbata con broche de pedrería intacto. Sus botines de tacón tan altos como ella misma firmes sobre el suelo. Se ve imponente y fuerte; justo como es.
Camille no deja de mirarme, en sus ojos noto que pide auxilio desesperadamente. Está asustada, pero creo que justo ahora estoy más asustada que ella. —¿Qué hace ella aquí? ¡¿Por qué la trajiste aquí?! —mis gritos solo provocan risas en Adam, lo cual me enoja. —No eres su madre, niñita. Cállate y termina lo que sea que estabas haciendo con este caballero. —Adam, lárgate de aquí. Estás en mi casa. No dejaré que te cojas a esa niña en esta casa —observo sorprendida a Dominik. ¿Acaso dejará que se la lleve sin más? ¿acaso no la ve temblar? ¡Pero soy una tonta! Claro que dejará que se vaya con ella. A él no le importa un pepino lo que le pase a Camille. —Camille, vámonos de aquí —ella niega con la cabeza, hasta que se ríe. ¡Pero qué carajos! De inmediato mi ceño se frunce. Hace un segundo estaba temblando como un bebé con frío y ahora está muerta en carcajadas. —Es una broma, Heather. Estoy bien —Camille se suelta de su agarre y se
Mientras estoy sentada en mi clase de literatura, noto que aquel chico modelo y de gafas de sol extravagantes y costosas, que ahora descansan sobre su cabeza, está charlando fuera del aula con la directora. Tiene aire despreocupado igual que cuando comenzó a caminar a la vista de todos a las afueras de la escuela. Escucha atentamente a la directora, aunque puedo jurar que no le importa mucho lo que sale de su boca. Al parecer es un chico nuevo, pero es extraño porque según lo que me había dicho Ethan, este semestre solo entraríamos los estudiantes becados y claramente él no lo es.No me doy cuenta que en realidad me está viendo a mí cuando noto que ladea una sonrisa al darse cuenta que estoy embobada observando cada movimiento que hace. De inmediato, esquivo su vista y vuelvo a poner atención a lo que dice mi profesor. A los segundos la directora entra acompañada del chico, quien de inmediato pone su
[CONTIENE COMENTARIOS RACISTAS Y XENOFOBOS, QUE OJO, SOLO APORTAN INFORMACIÓN A LA PERSONALIDAD DEL PERSONAJE]Estoy dirigiéndome a la cafetería donde me dijeron que están Heather y Emily, porque debo hablar urgentemente con la primera, no obstante, al entrar al pasillo que conecta directamente al pasillo que conecta directamente con dicha cafetería, noto que justo en la mitad del camino, Taylor y Heather están teniendo una conversación.Taylor le incrusta sus dedos en la piel del brazo de Heather, se ve enojada y completamente eufórica. En sus ojos puedo ver la ira corriendo de un lado a otro, de modo que me escondo detrás del muro. Desde aquí puedo escuchar perfectamente lo que hablan.—¿Ahora se turnan para amenazarme? —es lo primero en salir de la boca de Heather. De inmediato hago una mueca al escucharla.Mi relación con Dominik está en una cuerda f
Los nervios están cada vez más latentes en mi interior, muevo los dedos frenéticamente y me miro cada dos segundos en el espejo. Sé que estoy castigada, pero sé que debo ir a esa fiesta. Allí estarán todos; Candice, Taylor, Barbie, incluso Camille, así que debo ir. Sí quiero acabar con esto, debo empezarlo, así que lo haré, la cuestión radica en que debo escaparme y no será nada fácil.Me observo por última vez al espejo; llevo una falda de cuero falso color negra a la mitad de mis muslos y que es lo suficientemente alta para cubrir mi ombligo, una blusa roja ajustada al cuerpo y unas botas de tacón. El cabello decidí atarlo en una coleta muy alta. El teléfono lo llevo en el pequeño bolso que cuelga de mi hombro.Son las diez de la noche y siguiendo el mensaje de texto de Dominik, la camioneta se detendrá a las diez con quince, jus
Ya estoy bastante alejada de aquel lugar, de modo, que puedo obedecer a la petición de mi cuerpo sobre descansar. El teléfono no ha parado de vibrar en mi bolso, pero no he sido capaz de detenerme para contestarlo. El escozor en la palma de mi mano es insoportable, así que me detengo a mitad de la calle a mirar mis heridas. Noto que los vidrios no están tan profundos e intento sacarlos, logro sacar uno con un grito desgarrador, pues no era tan superficial como pensaba. La sangre comienza a brotar en grandes cantidades y a gran velocidad.¡Mierda! Creo que necesitaré puntos. Estoy perdida y el mareo se está apoderando lentamente de mí. Intento sacar el celular de mi bolso, pero solo obtengo lastimarme más, comienzo a caminar más rápido hacia la calle principal, para intentar encontrar un auto que me lleve a una clínica, hasta que siento luces detrás de mí.El auto comienza a
Mientras bajo las escaleras de mi casa con las manos en los bolsillos de la chaqueta, tal como me dijo Mason pienso en él. Fue realmente un alivio que él haya estado por allí justo anoche, justo cuando estaba perdida, justo cuándo necesitaba ayuda. Comienzo a preguntarme qué hacía por esa calle tan solitaria a esas horas, iba solo, lo que implica que iba a buscar a alguien o acababa de llevar a alguien a algún lugar, o solo salió a despejar su mente y estoy intentando exagerar las cosas.También comienzo a preguntarme quién es la chica de nombre Hazel, qué tan importante es o fue para él al punto de tatuarse su nombre. Lastimosamente no podré preguntárselo, ya que no somos amigos y probablemente no lo seamos jamás. Cuando llego a la primera planta de mi casa noto que solo está papá bebiendo de su taza de café, lo cual es extraño porque siempre e