—¿De qué estás hablando? — hizo un mohín muy chistoso con los labios.
—No me molesta en lo más mínimo ser usado por una mosquita tan pervertida como tú. Mientras que no juegues con mis sentimientos, todo bien.—Eres insoportable, además de tener un ego muy grande — soltó una risa suave y negó con la cabeza—. Pero… debo darte las gracias.—¿Por qué? — quise saber.—A pesar de ser tan molesto, siempre has sido buena persona conmigo. No sé cómo pagarte todo lo que has venido haciendo por mí, aun sabiendo que no tienes obligación alguna conmigo — atacó sin darme tiempo a defenderme—. Tienes razón, me encerré en una burbuja y un recuerdo que no vale la pena. No es que lleguemos a hacer amigos algún día, pero sí dePOV TESSAEstaba acostumbrada a ser un plato de segunda mesa; a ese que solo tocaban por si el principal no les era de su agrado. En mi vida amorosa estuve envuelta entre varios tipos de hombres, pero todos iguales en un solo aspecto; lo menos que sentían por mí era amor. Para ellos solo fui sexo, placer, un momento fugaz y sin importancia. Pero con Chris había sido diferente, él supo despertar en mí esa única ilusión de un amor bonito y para siempre. Sus dulces palabras más su encanto natural me enamoró de lleno, llevándome a ese abismo el cual nunca pensé que caería.Me dejé convencer de la máscara que usaba, de ese descaro y maldad oculta que yo era ajena. Su intención era clara, pero más allá de eso, la única culpable fui yo; por haberme enamorado de un hombre como él. Sin embargo, ¿qué iba a saber yo qu
SARA—¿Cómo es que estás tan segura de que ellos van a tener una relación? No deberías involucrarte en ese tipo de asuntos. Deja que ellos por sí mismos descubran ese sentimiento.—Necesitaban un pequeño empujón, y sabes que tengo la razón. El orgullo no les dejaría ver más allá de sus narices.—Puede que tengas razón, pero sigo pensando que hiciste mal en juntar a esos dos. Sé cómo es Adriel, y lo menos que quiero es que Tessa resulte herida. No ahora que se ha estado abriendo a nosotros.—No la hará, porque él siente lo mismo que ella siente por él — me encogí de hombros—. Deberías estar feliz por tu hermano, ¿no era eso lo que querías, que conociera el amor?—Adriel nunca ha amado, es más, jamás lo había visto con u
ADRIELDesperté de un solo golpe y alerta bajo los fuertes y constantes estallidos que provenían de algún lugar no muy lejano. Al acostumbrarme a la poca claridad de la mañana, me encontraba en medio de la terraza aún. Había pasado toda la noche cogiendo con Tessa, por lo que no me di cuenta en el momento que me quedé dormido; de hecho, estábamos muy ocupados para preocuparnos en donde debíamos despertar a la mañana siguiente. Ella aún seguía estando a mi lado, como si en el mundo de sus sueños no estuviera pasando absolutamente nada, mientras que la realidad ardía en potentes detonaciones de fuego. Tomé mi ropa del suelo y me vestí lo más rápido que pude, a su vez que entablaba conversación con Marino por el intercomunicador.—¿Qué
SARASoñé con el nacimiento de mi hija siendo único, maravilloso y perfecto. Mientras Aiden me brindaba palabras de aliento, sus lágrimas se mezclaban con las mías, y entre besos, abrazos y más lagrimas la felicidad nos llegaría de golpe tras verla nacer. Pero eso fue lo que soñé, mas no lo que sucedió.Nuestra pequeña nació en medio de un infierno, de una odisea repleta de balas y sangre. Los dolores de parto fueron pocos comparados al miedo de que llegaran a donde nos encontrábamos y nos asesinaran a sangre fría. Entre tanto caos, el momento más bonito y esperado de nuestras vidas se hizo presente. La dedicación, el enfoque y la misma agilidad de Aiden tras recibir a su propia hija es un recuerdo que nunca podría llegar a olvidar en lo que me reste de vida. En es
SARANunca llegamos a conocer del todo a una persona, incluso si creemos saberlo todo de ella. Pero tampoco quiere decir que, eso desconocido se deba a maldad, aunque no podemos confiarnos del todo; porque nunca sabemos con qué rostro nos encontraremos cuando esa mascara se cae. Aiden había escondido su pasado por miedo de perder lo que estaba construyendo para el futuro, pero con la esperanza y la ilusión de ser un hombre bueno, brindando ese amor tan puro y tierno que siempre ha habido en su corazón.Él no eligió nacer en ese mundo, pero si decidió por su cuenta salir de ese mundo tan cruel y convertirse en el hombre que es hoy en día; bueno, pacifico, libre y feliz. Aiden buscaba una sola cosa, y solo librándose de los fantasmas que lo ataban al pasado, fue como único encontró paz en su corazón.
Por largos días intenté hacer que Adriel viniera a la casa con la intención de que pasara más tiempo con Lea, pero el hombre me la ha puesto muy difícil. Después de insistir por no sé cuántas semanas más, al fin aceptó. Le había dicho una pequeña mentira, la cual estoy segura no me creyó ni un poco, pero debía hacer el intento de convencerlo y traerlo. Aiden me ha seguido diciendo que no me involucre en asuntos que no me competen, que allá ellos si deciden estar alejados o no. Esta será la última vez que haga de celestina, si mi plan no funciona, me retiraré con la cabeza en lo alto.Tan pronto llegó Adriel a la casa pude sentir la emoción expandirse por todo mi pecho, este plan no puede fallar por nada en el mundo. Él se encontraba sumamente feliz con su pequeña sobrina entre sus brazos, caminando de un lado para el o
TESSADurante dos meses había tratado de arrancar de mis pensamientos todo lo que sucedió esa noche con Adriel, porque sabía perfectamente que para él solo había sido pasajero. Y lo que más dolía no era el hecho de lo que supuse en el momento que me dejé llevar por lo que sentía por dentro, sino haberme ilusionado en lo que nunca seria. Me dolía el hecho de ser tonta, de combinar el sexo casual y sin compromiso con amor; terminar sintiendo algo más en mi corazón por alguien que es una bestia, que no tiene sentimientos por nadie.Que la vida de los demás le valiera una mierda era lo de menos, dolía que él hubiera sido así conmigo. Como si yo no tuviera un poco de valor, aunque para ser honesta no lo tenía. Por ello decidí cerrar ese desliz, y centrarme en lo verdaderamente importante.Pero, ¿cómo olvidar cua
—¿Cómo demonios entraste a mi casa? No sabes respetar ni un poco la privacidad de las personas, ¿verdad? — fue lo primero que me llegó a la mente, pues su cercanía me afecta más de lo que estoy dispuesta a admitir.—¿Sabes? Eres muy despistada y odiosa; al ver la puerta abierta, pensé que la habías dejado de par en par para mí — soltó una risita en mi cuello, por lo que tragué saliva estremeciéndome con solo su tibio aliento rozar mi piel—. ¿O esperabas a alguien más?—Primero que todo, no dejé la puerta abierta; segundo, si lo hubiera hecho, ten por seguro que serias el menos invitado a pasar; y tercero, suéltame y lárgate de mi casa ahora mismo.—¿Sabes otra cosa, mosquita? Ya me hacía falta este trato de tu parte. Como que sí, debo ser sincero y admitir qu