—¿No sería eso muy atrevido de mi parte? — ni las palabras me salían al tenerlas tan de cerca.
—¿Por qué te avergüenza tanto? Se supone que quien se avergüence sea yo, por pedirle a un desconocido que se me hace muy tierno, que me toque.—Pero no somos nada como para que la toque. Mi mamá dice que las mujeres no son un bollo de pan para que las manosee, pero más aún, que debo respetarlas. Por lo tanto, no es correcto que se deje tocar de mí. No debo tocarla, por más que quiera.—¿Por qué debes ser tan lindo e inocente? Hace que me sienta la mujer más depravada del mundo.—No es mi intención. Es solo que no somos nada, y esas cosas solo se deben hacer con la persona que uno se case—Pero si aquí estoy. ¿Por qué vas a querer buscar a alguien como yo?—Tu inocencia a veces me lleva a pensar que es todo una farsa, y que esta faceta que estás mostrando ante mí, es solo para obtener algo a cambio.—¿Qué cosas dices? Realmente es muy complejo comprenderte, pero te juro que voy a buscar la forma de hacerlo. ¿Qué te parece si nos encontramos en mi casa luego de que termine de acompañar a mi jefe? Estoy por asuntos de trabajo aquí y lo dejé ahí dentro sin darle una explicación. Lo más probable tenga problemas ahora cuando entre, pero buscaré la forma de solucionarlos. Esta noche estoy libre del restaurante, así que puedo preparar algo de cenar para los dos y hablamos con calma, ¿te parece?—Está
—Dame un momento— le di la espalda para poder presionar mi pecho.—¿Estás molesto?—Claro que no, solo sorprendido. ¿Por qué hiciste eso?—Fuiste tú quien me lo dio, ¿no? ¿No fue eso lo que te pedí? Te avisé, pero no captaste mi pedido. Los amigos comparten las cosas.—Pero ¿por qué hacer una expresión así?—¿Qué tipo de expresión?—No dije nada— la oí reír de nuevo, y la miré—. Veo que has encontrado la forma de divertirte, y es burlándote de mí.—No me estoy burlando, pero deberías d
Me di tanta prisa para ir al baño, que la dejé con la palabra en la boca. Eso fue muy descortés de mi parte, pero no soportaba estar un segundo más ahí. Todo mi cuerpo estaba sudoroso, no pareciera que me hubiera bañado hace poco.Aún no puedo creer que estas manos acaban de acariciar y tocar la piel de una mujer. Nada más de pensar en ello, la piel se me eriza. Ella es mucho más de lo que puedo soportar.Si me hubiera quedado ahí, no sé lo que hubiera ocurrido. Estaba fuera de sí, mi mente no estaba pensando claramente. Incluso ahora, que ella no está conmigo, estaba teniendo pensamientos que jamás se me habían cruzado con una mujer. Mi imaginación estaba muy activa, imaginando lo que podría sentirse al probar esos labios tan suaves; esos labios que aún la sensación de s
—No quiero que pienses que me estoy aprovechando de la situación que estás pasando. En este momento estás muy vulnerable y lo más probable por eso dijiste eso, pero no quiero hacerte sentir incomoda por mí. Eres muy bonita y realmente me gusta todo lo que he conocido de ti y, a decir verdad, quisiera conocerte mucho mejor. No quiero faltarte el respeto, haciendo algo que solo por las ganas y el momento suceda.—¿No te das cuenta de que en este momento muero por eso? Solo bésame, y no digas nada más.A pesar de lo que dijo, no esperé que ella fuera quien lo hiciera. Todo pasó tan rápido, que no tuve tiempo de procesar lo que dijo. El calor y la suavidad de sus labios lo pude percibir claramente en los míos. Y es que no me atrevía a mover ni un solo músculo luego de esa sensación tan poten
Entre apasionados besos y el vaivén de nuestros cuerpos, no sé en qué momento o cómo llegamos al cuarto. Nuestra respiración estaba agitada, y es que no nos habíamos separado en ningún instante. Mi mente estaba nublada, como para pensar con claridad en lo que hacía. En el momento de separarnos, posó sus dos manos sobre mi pecho.—Eres muy lindo, Steven— sus manos se deslizaron hasta llegar al borde de mi camisa, y la subió por completo hasta dejarme descubierto.—Es muy vergonzoso que me veas así— desvié la mirada.—No, no debe ser vergonzoso. Me gusta cómo te ves. Acuéstate en la cama.—¿Para qué?—Solo hazlo— tragué
Esperé a que saliera del baño, pero había olvidado por completo que ella no tenía ropa para cambiarse, por lo que cuando salió, estaba únicamente en toalla, cubriendo solamente sus partes. Su cabello estaba húmedo y chorreando por su pecho.—Dios mío— quedé anonadado al contemplarla de esa manera.—Estoy muy húmeda, Steven— soltó con descaro, como que le preocupa muy poco lo que mi sucia mente pueda llegar a imaginar.Tragué saliva al escuchar su comentario, y ella sonrió con esa misma sonrisa coqueta que la caracteriza.—Es muy peligroso que estés así— me acerqué, y me siguió con la mirada.—Ah, ¿sí?&
Luego de ayudarle a secar el pelo, interrumpí nuestra conversación, y es que debía darme prisa para bañarme, ya que tenía que descansar para ir al trabajo mañana. Mi ropa interior estaba muy sucia, pero no iba a poder lavarla a mano ahora. A Mónica le presté una camisa que hace mucho tiempo no usaba, y que era bastante ancha como para cubrirla un poco. En realidad, no sabía que lo más complejo aún faltaba por ocurrir. Ni siquiera había pensado en que le pedí que se quedara, y de que solo hay una cama.Luego de sentarme lentamente en el borde de la cama, ella sonrió, como que se dio cuenta de lo incómodo que me sentía. Estoy a punto de acostarme con una mujer en la misma cama, pero no sé por qué aún luego de lo ocurrido, siento tanta vergüenza que podría morirme. No sé si haya sido adecuado ped
A la mañana siguiente al despertar, ella ya no estaba. No sé en qué momento se fue, ya que la gran parte de la noche estuve desvelado y ella parecía que se había dormido. Llegué a pensar que ni se despidió antes de irse.«Gracias por haberme dejado quedar en tu casa. Te entregaré la camisa luego. Ten un buen día». No había visto su mensaje hasta que desbloqueé mi celular. Al menos no se olvidó de avisarme, tal vez le surgió algo y por eso se fue.Luego de asearme y prepararme para el trabajo, me dirigí a la oficina. Realmente necesitaba un café para despertar un poco, ya que tenía mucho sueño.Mi jefe llegó antes de tiempo y no tuve la oportunidad de ir a prepararme un buen café. Lo recibí como normalmente lo hag